Dos días después de la muerte de Nicolas me encontraba en mi cuarto con un vestido negro al igual que Jenny.
No habíamos hablado nada, creo que las palabras no era muy necesarias en ese momento.
Habíamos llorado todo lo que no habíamos hablado.
Y no es como si no lloráramos ahora, estábamos destrozadas, pero supongo que no había más lágrimas.
Y el dolor no faltaba.
Mucho dolor en nuestros corazones.
Una parte de mi vida se fue, una parte de mi alma me abandonó.
Se fue un amigo, y lo extraño más que nunca.
Ahora sé que no podré oír sus chistes nunca más.
Que no podré abrazarlo o bromear junto a él.
Joder, ¿Quién me dirá que no me rinda ahora? Nico era… no sé, era una luz en medio de la oscuridad.
Era un trago de alegría en medio de la tristeza.
Era una persona única e irremplazable, era alguien a la que nunca podré olvidar.
Duele tanto que me cuesta respirar.
Lo extraño tanto y solo pasaron unos días.
No me imagino cuando pase un mes.
No me imagino un mes sin él.
Quiero creer que se fue de viaje y volverá.
La maldita realidad me tumba abajo, sé que está muerto, sé que no volverá nunca .Lo extraño con mi vida, extraño su sonrisa.
Nico era tan bueno con las personas, tan…Nico .Él era alguien que no le importaban la dificultad de sus problemas, él siempre te ponía primero.
Era dulce y tierno, era un buen amigo .Era una excelente persona.
Y lo odiaba.
Lo odiaba por habernos empujado para salvarnos.
Se mató por salvarnos.
Jodido imbécil, cómo lo odiaba.
Hubiera muerto yo y no él.
¿Por qué Dios? ¿Por qué te llevaste su alma?
¿Acaso él te hizo algo?
Ese día me había dicho que quería vivir, y lo entendí perfectamente porque sabía lo que se sentía.
Él quería vivir Dios, él estaba feliz.
Y no solo eso, dejó un dolor inmenso en Luciano y en todos nosotros.
- ¿Vamos? –Preguntó Jenny sacándome de mis pensamientos.
La observé allí, con su vestido negro y su cabello bien arreglado .Vi su dolor en su rostro, sentí su vacío al ver sus ojos rojos por el llanto.
- Lo extraño –Confesó.
- Yo también –La abracé.
No quise llorar, así que intenté mantenerme bien por ella.
Luego de eso bajamos las escaleras hacia la sala, en donde estaban Grace, Mamá, Luciano, Julian, Pablo, Savannah y Jared esperando.
Todos estaban demacrados, destrozados, tristes.
Luciano era el que estaba más en shock.
Me dolía verlo así, quería hacer algo pero no sabía qué.