- Muéstramelo –Dijo secando sus lágrimas.
- ¿Qué? –Pregunté sorprendida.
- Muéstramelo –Repitió nuevamente.
- Jenny yo… -No quería hacerlo, me diría tantas cosas.
- ¡Que me los muestres maldita sea! –Gritó enojada.
- ¡Esta bien! –Grité molesta, ella lo había pedido.
Levanté mi manga izquierda hasta la altura de mi codo, claramente se veían unas quince cortadas superpuestas a algunas anteriores, solamente que las de hoy aún estaban rojas y me dolían hasta la madre.
- Lo siento –Dije nuevamente levantando mi brazo hasta la altura de la cámara, lloraba a más no poder y Jenny solamente se cubría la boca para no gritar de la rabia.
- ¡Es una ****! –Gritó – ¡La mataré maldita sea!, Sabrina Roos morirá –Dijo enojada.
- ¡No es su culpa! –Dije enojada –Ella no me obligó a cortarme, fui solamente yo –Le dije intentando calmarla.
- Pero si la p*rra no te jodiera todos los malditos días tú no tendrías que hacerlo –Estaba hecha una fiera, nunca la había visto así.
- Tranquilízate ¿Quieres? –Le dije.
- Demonios, eres tan calmada –Ella soltó un suspiro.
- Te necesito aquí –Susurré ahogando lágrimas.
- Lo sé linda, lo sé –Dijo secando sus lágrimas –Muy pronto estaremos juntas Ori -Eso me dio ánimos.
- No puedo esperar más –Le sonreí algo triste.
- Hoy es martes, el viernes ya estoy allá –Sonrió.
- Intentaré aguantar eso –Dije.
Hablamos un rato más y luego me despedí, bajé a cenar y hablé con Grace de diferentes temas, intenté que no se diera cuenta de que llevaba mi brazo jodidamente lastimado porque me diría muchas cosas que no tenía ganas de oír; Grace era como una madre para mí, pero muchas veces se preocupada demasiado por mi y eso me molestaba.
- Hay algo que debo decirte –Me dijo algo preocupada.
- ¿Qué sucede Grace? –Pregunté.
- Tu madre…-No la dejé terminar.
- No la llames así, no es mi madre –Le dije secamente.
- De acuerdo, Catherine… me dijo que necesita que vayas a su estudio mañana –Yo me tensé al oír eso.
- ¿Ella me necesita? –Arqueé una ceja -¿Para qué? –Pregunté.
- Una de sus modelos se enfermó –Dijo –Necesitan que vayas a modelar –Yo solté una sonora carcajada, Grace debía estar bromeando.
- Estas de coñ…-No me dejó terminar.
- ¡No uses ese tono conmigo Oriana! –Me dijo.
- De acuerdo, pero debes estar bromeando Grace –Le dije.
- ¡No bromearía con esto! –Estaba alterada –Catherine lo dijo, tienes que ir –Me suplicó casi de rodillas.
- ¡Yo no soy modelo! –Dije enojada –Tengo el pelo rosa y ni de coña posaré en cueros frente a desconocidos con cámaras –Ella me miró.
- Por favor, es tu madre –Yo solté otra sonora carcajada.
- ¡Una madre que nunca estuvo presente! –Me levanté de la mesa para irme a mi habitación.
- Pero siempre pregunta por ti –Mintió, sabía que era mentira.
- ¿Cuánto te pago para que dijeras eso? –Pregunte, ella me miró entristecida.
- Ori, sabes que te considero como a mi hija –Yo me tensé, ella sabía como ablandar mi carácter –Te pido por favor que vayas, hazlo por mi –Me miró, detestaba que me mirara de esa manera, tan dulce y maternal.
- De acuerdo –Murmuré bajito.
- ¡Gracias! –Me estrechó fuertemente entre sus brazos, la adoraba.
Hoy era miércoles, eran las ocho de la mañana y había faltado a la escuela porque tenía que ir a los estudios Fulop donde sería la cara de la tapa de la revista VOGUE, promocionando los productos de mi madre… sí, hoy vería a Catherine después de meses de ausencia, hoy mantendría una charla.
Acababa de desayunar, Grace me dijo que no me preocupe, que todo saldría bien… para ser sincera estaba nerviosa, modelar no es lo mío, y estoy segura de que millones de personas vieran mis fotografías tampoco lo era; ahora Stephan, el chofer, me llevaba hasta la empresa de Catherine para que unos estilistas me maquillaran, me peinaran y me convirtieran en una estúpida rubia plástica .Llevaba puesto una remera mangas cortas color crema con unos dibujos de pájaros, unos jeans desgastados medio blancos, unas vans grises y un pañuelo color rojo en la cabeza, seguramente me transformaría allí adentro, pero serían solo unas simples fotografías.
- Llegamos –Anunció Stephan.
- Gracias –Dije y salí del auto, tenía en frente mío al imponente edificio Peterson.
- Vuelvo por usted más tarde –Dijo Stephan y arrancó nuevamente.
Yo solamente asentí y me dirigí hacia la entrada del edificio, era sorprendentemente alto y tenía en lo más alto de este escrito con un cartel gigante ‘Cosméticos Fulop’ y la cara de mi madre en el .Catherine no aparentaba tener más de treinta años, cuando en realidad tenía alrededor de cuarenta, ella siempre usó gran parte de sus productos para parecer joven, y si alguno de sus maquillistas se atrevía a decirle que tenía una arruga ella los demandaría.
Pasé a través de la puerta giratoria del edificio llegando hasta la recepción donde había una castaña con anteojos y de aparentemente unos ¿veinticinco años? De edad hablando por un auricular .Yo me acerqué hasta el escritorio y ella mi miró de pies a cabeza.
- ¿Se te ofrece algo? –Preguntó indiferentemente.
- Si, tengo una sesión de fotos –Dije algo fastidiada.
- ¿Tú? –Preguntó burlonamente –Disculpa cariño, pero te equivocaste de lugar –Me señaló de pies a cabeza con su bolígrafo.
- ¿Podría al menos decirle a Catherine que estuve aquí? –Pregunté molesta, esta chica era una idiota.
- Lo siento linda, pero la señora Fulop no puede recibir visitas ahora… es una mujer ocupada –Sonrió falsamente –Pero dime tu nombre, le diré que viniste –Sacó una agenda y esperó hasta que yo hablara para anotar.
- Oriana Fulop, su hija –Le dije secamente, ella se tapó la boca con sus manos, haciendo un gesto de ‘Sorpresa’.