- ¿Ya has hecho esto antes? –Me preguntó Sandra, la nueva asistente en maquillaje.
- Sí, unas tres veces .Soy como la suplente en casos de apuro –Bromeé y por arte de magia ella se rio.
- Bueno, tienes una piel muy delicada y tus facciones son bonitas –Oh Sandra, no conseguirás un mejor puesto adulando a la hija de la dueña de la empresa.
- Gracias –Le dije.
- ¿El castaño es tu novio? –Me preguntó.
- Sí, es un encanto, ¿Verdad? –Quería presumirlo a todo el mundo.
- Lo es, tienen mucha suerte –Me terminó de aplicar sombra en los ojos y pasó a mis labios.
- Oh, esto es muy bonito –Tomé un labial color coral de sus cosas y lo examiné.
- Lo es, lo usamos normalmente para el maquillaje natural, en ti se vería bien.
- ¿Y qué me pondrás a mí? –Le pregunté.
- Este –Señaló un labial rojo pop, o como diría Jenny, ‘Rojo puta’.
Bien, ¿qué coño me iban a hacer?
- ¿Puedo verme al espejo? –Pregunté nerviosamente.
- Oh claro…estaba tan concentrada que se olvidó –Giró mi silla y me observé detenidamente al espejo.
Tenía sombra oscura en los ojos, acompañada con rímel y máscara para pestañas que me las dejaban súper largas; creo que me había puesto una base un poco más clara y parecía una especie de reina de ángeles caídos o una prostituta vampira, no lo sé .Era gracioso verme así, ya que yo era lo menos femenina que existía en la tierra.
Y terminado los labios, joder, era una prostitua .Oh bien, pónganme un corsé y ligueros y ya estaba completa.
- ¿Qué sucede? –Me preguntó Sandra con preocupación.
- Nada, no estoy acostumbrada a la excentricidad del maquillaje –Le dije.
- Te ves muy bien, como una especie de reina del Mouling Rouge, te ves muy bien –Me mostró una amplia sonrisa.
- ¿Terminamos? Porque quiero salir a ver mi ropa cuanto antes -Ignoré olímpicamente su comentario y me levante de mi lugar.
Joder, tenía el trasero entumecido por haber estado tanto tiempo sentada.
- Listo, puedes irte.
Salí de la habitación y corrí hasta otra en la que se suponía que estaban los vestuaristas .No quería que Julian me viera así.
- Chicos, ¿Ya está mi ropa? –Pregunté al equipo que estaba eligiendo prendas de ropa.
- Sí Ori, es esa, entra a cambiarte rápido y ve con Noah –Me dijo Ana, una de las coordinadoras generales.
Obedecí sin chistar y tomé el conjuntos que tenía colocada la etiqueta de ‘Dark Paradise -Oriana Fulop & Noah Arias’, uhm… ¿Dark Paradise? No iba a preguntar de qué iba todo, solo me coloqué lo que me señalaron y salí con los chicos nuevamente.
Llevaba unos ligueros en encaje negro, unas zapatillas negras que tenían tachas doradas y unos shorts desgastados, arriba tenía una camisa de seda negra que se transparentaba y abajo un sujetador negro de encaje .Ok, ¿Yo iba a salir así? Olvídenlo.
- ¿Y la corona de flores? –Preguntó Gastón, asistente de Ana.
- Pensé que eso era un error, no sean enfermos, no me pondré esa cosa –Protesté.
- Debes ponértela, porque va perfecta con la temática –Me dijo Ana.
- ¿Y la maldita Noah que usará? Juro que no la veo igual o peor que yo y no cuenten conmigo para esto.
- Noah saldrá sin camisa –Dijo Gastón.
- ¿Esto es un desnudo, o qué? –Comenzaba a enfadarse.
- No, pero no tengo problemas en hacer uno –Oí una voz a mis espaldas.
Me volteé para verlo .Era un chico, oh…y un chico muy guapo, una especie de modelo Calvin Klein con un típico aire londinense .Llevaba tatuajes, tenía cara de niño bonito y oh…estaba sin camisa.
¿Por qué me envías a alguien así, Jesus? Ese muchacho era un puto pecado.
- ¿Eres Oriana? –Preguntó.
- Sí, ¿Tú quién eres? –Le pregunté aún pasmada por su belleza.
- Noah Arias, un placer –Me dijo.
Oh .Por .Dios.
¿Él era ‘la tal Noah’? ¿Noah era un chico? No, rebobinemos… ¿Noah era un chico guapo?