Capítulo LXXII

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Tras haber colgado la llamada, Rose se dirigió a la habitación donde estaba la joven a la que había rescatado, el doctor Foster la estaba esperando en la sala de operaciones para hacerle la cesárea de emergencia a la joven, pero la chica no permitía que la prepararan para la cirugía.

—Gabby, ¿qué sucede?

Al entrar a la habitación donde se encontraba la aludida, ésta se estaba quitando la endovenosa que le habían colocado.

—No quiero que me saquen a mi bebé —expresó la chica en medio de un mar de llanto—. Yo sé que si me la sacan, ella me va a dejar sola, como todo el mundo lo ha hecho...

—Cariño —dijo la mujer mientras se acercaba para acariciarle la mejilla—. Mira, no te voy a decir que vamos a lograr salvar a tu bebé, tú pareces ser una chica inteligente y sé que tus nervios se deben a tu tiempo de gestación, pero ya no podemos hacer nada, hija, tu rompiste fuente y si no has entrado en trabajo de parto aún es por las lesiones que tienes —a medida que la enfermera hablaba, la muchacha se iba tranquilizando, después de todo, no había sido en vano todos los vídeos que Peter y ella habían estado viendo recientemente para prepararse para cuando ella fuera a dar a luz—. Lo que si te podemos prometer el doctor Foster, mis compañeras y yo es que haremos todo lo posible para que tú y tu bebé logren superar esta situación lo mejor posible.

La chica se enjugó las lágrimas y respiró profundo un par de veces.

—¿Logró comunicarse con Elijah? —preguntó ella después de calmarse.

—Si —respondió la mujer con una sonrisa— me dijo que estaba en Nueva Jersey pero que hará todo lo posible por estar acá lo más pronto posible —a medida que hablaba, la enfermera iba preparando a la chica para llevarla a cirugía—. Y también me pidió que te dijera que te quería con todo su corazón.

En cuanto escuchó eso, la chica no pudo evitar sentirse culpable. Bien sabía que su amigo tenía sentimientos hacia ella que iban más allá de la amistad, no tenía necesidad de que se lo dijeran, simplemente lo sabía y ahora, por haber decidido contarle a él antes que a nadie sobre su paradero estaba alimentando una ilusión que no iba a poder corresponder.

—¿Qué sucede, Gabby? —Quiso saber la mujer, extrañada ante el gesto melancólico que se había dibujado en el rostro de la muchacha—. Pensé que te alegrarías al saber que tu pareja venía en camino.

—Lo que pasa es que él no es mi pareja, es solo un amigo, mi mejor amigo —susurró ella en respuesta— ¿quiere que le cuente un secreto?

La mujer asintió en respuesta y se acercó a la muchacha.

—El padre de mi bebé se llama Peter Wallace y no le pedí que lo llamara a él porque su papá es policía y estoy segura que me están buscando para llevarme a la cárcel, y, como Peter me engaño con su ex prometida, estoy segura que no le va a importar la vida de mi niña ni mucho menos protegerme de las autoridades...

—Gabby, pero no entiendo, ¿ por qué dices que la policía te está buscando? Desde que entraste acá, lo único que has dicho es eso...

La chica negó con la cabeza, de nuevo el miedo producido por las amenazas de Brandon estaban haciendo mella en su interior.

—Confía en mí, cielo, puedes contarme lo que sea, yo estoy de tu lado —dijo la enfermera, incitando a que la muchacha se abriera con ella, tal vez así podía dilucidar lo que había sufrido aquella y, con suerte, darle parte a las autoridades para que atraparan al o a los agresores de la mujer.

—Asesiné a mi padrastro —soltó la muchacha, en medio de la desesperación—. Lo hice en defensa propia, lo juro, él me había golpeado y me había abusado y yo... y yo...

Te encontraré (Vida en Línea #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora