Capítulo XXXXIX

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—Cariño —susurró el muchacho mientras acariciaba la mejilla de su prometida para despertarla—. Ya llegamos.

Lily obtuvo el alta médica a la mañana siguiente a su hospitalización y en cuanto se subió al auto de Peter, se volvió a quedar dormida. Al parecer el castaño estaba tan inmerso en su conflicto interno que no se dio por enterado de que, de hecho, la chica había pasado toda la noche despierta y escuchándolo sollozar.

—¿Uhm? —musitó la chica, confundida.

—Ya estamos en casa, Albright —respondió el muchacho, sonriendo con ternura—. Te quedaste dormida desde que salimos del hospital.

—Claro, ya recuerdo —contestó la chica, quitándose el cinturón de seguridad y abriendo la puerta para salir del vehículo.

La pareja caminó en silencio uno al lado del otro, llenando de una extraña tensión el corto recorrido hasta la entrada de su hogar.

—Voy a recostarme un rato —anunció la chica sin ver a su novio—. Si quieres ordena algo para que comas, yo no tengo hambre.

Peter observó con los ojos abiertos como platos como la chica se internaba en su dormitorio sin siquiera haberlo visto a los ojos, no lograba comprender el motivo de esa actitud y eso le frustraba sobre manera.

—Lil, ¿podemos hablar?

El muchacho ingresó a su dormitorio y se quedó estupefacto cuando vio a su novia mirándose en el espejo, completamente desnuda.

—Hoy se me nota más la panza, ¿no crees? —preguntó la chica con una sonrisa ilusionada, dejando atrás por un momento la actitud fría con la que se había dirigido a su prometido minutos antes.

—Creo... que... si... —respondió el joven con la respiración acelerada, hacía bastante tiempo que no había visto a su novia sin ropa y al verla en ese momento, se dio cuenta que le estaba dando demasiado trabajo controlarse. —Uhm, nena —musitó el muchacho aclarándose la garganta—, ¿no crees que está haciendo un poco de frio?

—Nop, no lo creo, ¿por qué lo dices?

La chica continuaba absorta, viendo su reflejo en el espejo de cuerpo entero mientras que el joven estaba luchando con sus instintos para no acercarse a ella.

—¿No vas a acercarte a hablarle a Lara? —preguntó la muchacha haciendo un puchero.

Peter tragó saliva y se quedó estático unos instantes para posteriormente reaccionar y caminar con indecisión hacia donde la chica se encontraba.

—¿Hola bebé? —susurró el chico contra el estómago de la muchacha—. Ayer nos asustaste mucho a tu mami y a mí...

—No la regañes —dijo la chica en voz baja y con los ojos cerrados, turbada por la cercanía de su novio—. Lo que pasó fue mi culpa por ser tan torpe...

Peter la interrumpió comenzando a besar su abdomen en repetidas ocasiones, haciendo que su respiración se acelerara y que sus caderas comenzaran a balancearse de forma instintiva.

—Lily —musitó el joven entre jadeos mientras comenzaba a acariciar la espalda de su prometida—. No... puedo... detenerme...

Lily soltó un gemido ahogado, reprimido entre toneladas de culpas, miedos y malos recuerdos que venían desde mucho antes del abuso de esos dos sujetos de unos meses atrás; eran sensaciones habían estado cohibidas desde el instante en que un chico quiso abusar de ella en una tarde de tormenta y eran la razón principal para que ella no lograse nunca disfrutar del todo las ocasiones en que Peter y ella hicieran el amor, por no decir de cuando tuvo relaciones con Brandon por única vez.

Te encontraré (Vida en Línea #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora