Huida expectante

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Estoy ahí, inmóvil en un ducto de ventilación viendo por entré las rejillas del aire. El frío congela mi voluntad y mueve mi sucio cabello de una manera extraña.

Aún no sabe que estoy aquí.

Veo su espalda, lo esta grabando. ¿Por qué lo esta grabando? ¿Es para él un juego, un show o un pasatiempo? ¿Qué sentido tiene?

Esa pobre chica, esta muriendo, sufre.

Tiene el pelo castaño ondulado hasta la cintura, su piel es blanca con ojos cafés, sus labios están pintados de un rojo oscuro y tiene un traje de lencería que no cubre sus partes íntimas. En su cuello se posa indiferente una gruesa soga que extrae su vida ahorcandola. Lanza algunos sonidos desesperados de su garganta tratando desesperadamente de gritar y sus pulmones tratando de tomar aire. Lágrimas corren por sus mejillas, sus pies, envueltos en botas de cuero negro, suspendidos en el aire se mueven inútilmente tratando de encontrar algún soporte para disminuir el peso de la soga y sus manos luchan con las ataduras detrás de su espalda.

Poco a poco sus ojos se cierran, deja de luchar y finalmente deja de tomar aire al tiempo que, supongo, su corazón deja de latir.

Tiemblo, no de miedo o frío sino mas bien de ira, no puedo creer lo que está haciendo.

Lo que ella debió sentir, el saber que su vida se escapa y que no hay remedio alguno.

Lágrimas corren por mis mejillas, bajo la mirada tratando de no hacer ruido, aprieto mi quijada con la intención de no lanzar ningún sollozo que delaté mi posición.

Escucho una especie de canción enfermiza con muchos sonidos al azar la cual instintivamente me hace voltear arriba nuevamente. Lo veo caminar hacia ella, la cámara está ahora en un tripie, toma un banco y lo pone frente a ella.

Cuando supongo que va a bajarla, lo único que hace es comenzar a tocarla, ríe, la toca de una manera salvaje.

Mi cuerpo expectante esta paralizado de horror y sorpresa.

Se baja los pantalones lentamente, envuelve su cintura con las piernas de ella y comienza a violarla, se mueve de manera exagerada.

Es tal la brutalidad de la penetración que no soporto más y vómito ahí mismo, llenando me a mi misma. No me escucha por el volumen tan alto de esa estúpida canción.

Vuelvo a vomitar.

El no para, lanza algunos gemidos placenteros de vez en vez, el éxtasis en el que se encuentra es notorio. Cuando finalmente se detiene frota la entrepierna de ella con semen. Al cortar la cuerda, la carga en su hombro y le da algunas nalgadas, repulsivo.

Baja del banco sin que vea su cara, deja el cadáver de ella en un sofá blanco juntó con el de otras chicas y apaga la cámara con un control remoto.

Ya no soporto esa horrible canción, lo veo tomar una máscara blanca, la que siempre usa cuando va a vernos, siempre dijo que yo era su favorita. Va al cuarto donde estábamos Rin (la chica) y yo lo cual me alarma para irme lo más rápido de ahí. Comienzo a retroceder dificultosamente por el ducto, lo escucho gritar y aventar cosas en la habitación, ha descubierto que me he logrado soltar de la cadena.

Lucho contra mi claustrofobia buscando una salida.

Finalmente entre la oscuridad y el frío, se cuela un fino rayo de luz solar, extiendo débilmente una de mis manos hasta ponerlo debajo de su suave calor pero no puedo moverme más, siento que moriré aquí. Escucho como arranca la rejilla donde yo estaba hace tan sólo un segundo, el miedo de morir en sus manos como Rin se funde con la adrenalina y me impulsa a seguir, no moriré, no en mi cumpleaños, no en mis 17 años. Ese será mi regalo, salir de aquí y vivir, volver a ver a mi familia después de un año.

No puedo evitar pensar en Rin, me acompañó todo el tiempo que estuve aquí, nunca me dejó perder la esperanza, aunque la de ella estuviera por los suelos, no puedo creer que ella ya no está más, y peor aún, que tuvo un final que no merecía.

Llego a la rejilla, siento una brisa más cálida, veo la calle y la luz de un atardecer. La empujo con fuerza y logro sacarla del marco y tirarla, el sol me deslumbra haciéndome caer a la calle, trato de ponerme de pie, pero la herida en mi tobillo que hizo el metal oxidado de la cadena tan apretada con la cual me amarraron me hace flanquear y caer de nuevo al suelo. Como un vil borracho me levanto con torpeza ciega y me muevo desorientada tratando de huir de algo.

Cogeo torpemente sin esperar a que mi vista se aclare, aunque poco a poco lo va haciendo.

Volteo y logro darme cuenta de que un carro viene directamente hacia mi y frena repentinamente sin llegar a herirme, a tan sólo unos centímetros de mi piel.

Caigo en un desmayo.

Despierto en un cuarto blanco, tengo algo en mi rostro, me impulsa aire, me estoy moviendo rápidamente, parpadeo varias veces de manera lenta moviendo mi cabeza de un lado al otro, apenas con conciencia. Veo figuras a mi al rededor, comienzo a escuchar leves murmullos que no logro entender. Las figuras tienen gorros, batas azules y blancas, sus rostros están a contraluz así que casi no logro verlos. Trato de moverme pero estoy tan mareada y mi cuerpo tan cansado y lastimado que duele incluso respirar y hasta el parpadear me deja exhausta.

-Elinor- escucho mi nombre de esas sombras, parecen preocupadas. ¿Preocupadas por mi?

No sé si siento todo o si simplemente no siento nada en absoluto.

-Elinor, aguanta, la perdemos- ¿Perder? No entiendo nada. Mi visión se aclara dejándome distinguir a los doctores alado de mi camilla.

-La presión disminuye- grita una mujer.

-10 miligramos de epinefrina, ¡Ahora!- grita el doctor. Siento un pinchazo en mi muslo. Llegamos a una sala. Comienzan a conectarme a diversos cables que hacen que mis brazos sientan presión e incluso un poco de dolor.

-Ritmo cardíaco en 54 y aumentando- escucho de fondo un leve "bip, bip" repitiéndose minuto a minuto, trato de hablar cuando siento que el aire deja de faltarme pero la máscara de oxígeno me lo impide. Siento un agudo dolor en el pecho. Pregunto por Rin sin voz.

-¡Fallas cardíacas está entrando en paro!- mis ojos comienzan a cerrarse, y siento que todo se difumina a mi alrededor.

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