Anestesia

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Voy por un sendero sin rumbo alguno, la voz de Sam me guía lejos en el infinito, con la muda voz de él, mi alma se reconforta y se llena de una sensación tan extraña como la vida misma. Siento el roce de su cálido y suave tacto que me hace sentir un cosquilleo en mi mano y mi mejilla donde el toca. No se cuanto a pasado ni como es que estoy aquí. Mi vida parece acortarse mientras mi odio y mis deseos de venganza parecen aumentar, algo en mi está cambiando. Nunca dejes a una chica pensar en soledad. Lo único que al parecer sé es cuando me visitan, Sam, Lucas, Paulina, Sandra, Alan y Janice. Cada tacto y cada voz es diferente. Sam apenas se va de aquí, Sandra no lo tolera y Lucas viene todos los días. Que extraño es el olvido cuando olvidas que has olvidado, pensando que hace sólo unos días las cosas estaban "bien".

Siento un líquido quemar mi interior, empezando por mi brazo, habitualmente a esta hora, me hace sentirme mareada y con los ojos muy pesados, me deja sin fuerzas para poder moverme aún cuando siento que estoy lista para hacerlo pero al mismo tiempo me hace sentir ligera y frágil, me recuerda la delicada situación en la que me encuentro, me regresa a la pequeña caja de cristal donde me encuentro recluida de cualquier otro ser, incluyéndome a mi.

No sé que pasa o por que, pero mi corazón duele esta vez, es diferente a lo demás, mi respiración para. Esta vez ha sido más líquido que el habitual, escucho ruido y luego nada, una parte fragmentada de mi moribunda alma se pregunta ¿Cuantas veces puede alguien morir?

Si sigo así probablemente lo averigüe, pero temo no poder contarlo después.

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