La RED

Ubicado

-Necesito que vengas.
-¿Lo tienes?
-La duda me ofende
-Voy para allá.

Colgué rápidamente y apreté el celular acercando mi puño a mis sonrientes labios. Mis ojos se abrieron a la par que mis manos bajaron a guardar el celular en el bolsillo de mi pantalón.
Tan cerca.
Salí de casa con la confianza rodeándome, mi frente en alto y una sonrisa burlona en el rostro, de pronto todo parecía tan fácil.
Tan simple.
De pronto Rin parecía estar tan cerca de mi como la lluvia del cielo.
Maldije cuando el quinto taxi me ignoró, sin seguirlo pensando comencé a caminar de todos modos el día era soleado.
Después de caminar dos calles vi a una singular figura saludar en mi dirección.
Afiné la vista lo más que pude para resolver que aquel semblante rubio y delgado se trataba de Alan, que caminaba hacia mi con una mirada tan tranquila y tan suya como ninguna otra cosa en el mundo.
Sus ojos, libres finalmente de aquellos lentes de contacto negros, brillaban con su original tono azul y su barba comenzaba a dejarse ver nuevamente al rededor de sus delgados labios.
-Hey, parece que ya estas mejor.
Le dije al estar frente a él.
-Pues, eso creo.
Levantó los hombros mirando al suelo.
Por un momento me sentí terriblemente vigilada, busqué a mis alrededores, nadie parecía estar mirando.
-¿Que pasa?
-Eh.. Nada, solo una sensación.
Alan sonrío.
-Ahora me dirás que te estas volviendo loca.
-of eso me temo.
-¿Hacia dónde vas?
-A casa de un amigo mío.
-¿David?
Dijo severamente sin casi dejarme terminar la frase.
-Eh.. Si.- De pronto su mirada estaba fría.- ¿Cómo lo supiste?
Me miró como si acabase de hacer una pregunta tonta.
-Sam no ha dejado de hablar de él últimamente. Me dijo algo de que tú y él están haciendo un proyecto juntos.
Mis mejillas se sonrojaron. Espero que no sepa del incidente, ¿Sabrá siquiera que Sam y David...? Me parece absurdo que Sam le haya contado todo eso.. Él no suele contar las cosas, Alan debió preguntar algo, pero ¿Por qué lo haría?
-¿Elinor? Tierra llamando a Els, contesta.
Alan agitaba su mano frente a mi.
-Oh disculpa, ¿Decías algo?
-Si, te estaba diciendo que si te parece bien que nos vayamos juntos.
-eh, claro, si.- dije tratando de sonreír.
-¿Que tal va todo con Lucas?
Preguntó.
-Pues ahora mismo está en Canadá.
-¿Segura? Juraría que lo vi en su trabajo hace dos días.
-¿Trabajo?
Mi estómago dio un tirón.
-Si, trabaja como programador de páginas web en los edificios "CDD" ¿Acaso no sabías?
-Últimamente no sé nada de nadie Al.
-¿Y como que lo viste? Me dijo que iría a Canadá estas semanas por su abuela.
-Pues me choqué con él cuando salía de la oficina, se puso furioso cuando se cayó su álbum de fotos, dijo que era un regalo.
-¿Álbum?
-Si, uno grueso, no lo vi bien.
Me detuve en seco, Alan dio un paso mas antes de girarse con las cejas levantadas y una boca que parecía reprimir una sonrisa.
-¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?
-¿Cuando te topaste con él?
-Emm, hace unos 3 días.
Me incliné ligeramente.
Era imposible, debió ser un error.
Una absurda casualidad.
Me enderecé fingiendo una sonrisa.
-Estoy bien, ¿Continuamos?
-De hecho, yo me voy por esta calle.
Dijo señalando con el pulgar la calle detrás de él.
-Oh, vale.
-Nos vemos.
Levantó la mano para despedirse.
-Bye.
Me quedé sola. Fue algo tan repentino encontrarme a Alan así, y sacó de inmediato el tema con Lucas... ¿Será que..? No, todo deben ser coincidencias. Conozco muy bien a Alan y Lucas es mi novio. Tarde unos momentos en reanudar mis pasos, quedaban pocas calles.
Así que caminé lentamente imaginándome el momento de aquel fatal encuentro.
Como saborearía mi venganza, tan lentamente, que sufra lo que todas sus víctimas han sufrido.
Perfección.
Imaginé sus gritos pidiendo clemencia, su sangre salpicándome y cada una de sus lágrimas cayendo en el piso.
Perfección.
Toqué el timbre.
David me abrió con una sonrisa despreocupada.
-Ven, ven, ven.
Dijo moviendo su dedo a modo de "ven aquí"
-¿Lo tienes?
Río.
-¿Qué si lo tengo?
Ahí esta.
Miré a la computadora.
El mundo se cayó a mis pies una vez más.