La RED

Negación

Mientras doy el último sorbo de mi café, escucho la voz del detective Uraño, escucho su garganta aclarar cuando pone una fotos sobre la mesa.

-Su amiga fue encontrada en un bosque cerca de la carretera por un perro que llevo una de sus piernas a su dueño por error.- Al voltear abajo la imagen de Janice sin ojos y con parte de su cuerpo roído y en putrefacción, desnudo entre las hojas me golpea como una ola enfurecida. Su piel amoratada revela el tiempo que estuvo pudriéndose ahí.- por lo que sabemos, estaba viva cuando la dejaron ahí, según la forense las heridas tienen un mínimo de 6 días, mientras que la causa de la muerte de determina por la hipotermia. Se encontraron marcas de agresión y de semen tanto en sus partes como en la boca y en los globos oculares.- Apenas y reprimo el vomito que se forma en mi garganta, no entiendo como es posible que haya enfermos así- le rompieron la quijada y las paredes del útero así como varias costillas y las muñecas, le dieron un golpe preciso que la dejo paralizada de la cintura hacia abajo y de igual manera derritieron con agua hirviendo sus cuerdas vocales, presenta marcas en todo el cuerpo de algún material flexible de cuero- ya no lo resisto mas y me levanto para admirar por la ventana con barrotes. Una niña llora por el helado que se le ha caído al suelo.- Lo siento, sé lo difícil que es-

-Admiro que lo considere de esa forma- dice Sam con los puños tan apretados que sus nudillos ahora son blancos, parecería que el hueso saldría en cualquier momento. Pongo mi mano en su hombro desde atrás y afloja un poco ese gesto, pero luego retira mi mano como si se tratara de algo asqueroso.

-Chicos, si les digo todo eso es por que espero que reflexionen y puedan decirme si hay alguien que pudiese tener intención de dañarla.- parece que escogía con extrema precaución las palabras conforme las sacaba de su boca.

-Escuche detective, Janice era una muy buena chica, todos aquellos que la conocen siempre la trataron bien, ella siempre animaba a todo el mundo, el tratar de pensar en alguien que incluso la mirada de mala forma me resulta lo que sigue de imposible- dije seriamente, tratando de suavizar un poco la terrible ira con la cual pronuncio las palabras.

-Entiendo, bueno, si llegan a sospechar de alguien o recuerdan algo, agradeceríamos que nos mantengan informados. Que tengan buen día- dice levantándose y abriendo la puerta para que ambos salgamos.

•••••

Me revuelvo en los brazos de Sam.

-Pobre Alan, debe estar destrozado- le digo.

-Pues lo disimula muy bien- me contesta

-No digas eso, nos ha mostrado los mensajes donde Janice le decía que estaba enferma y que iba a ir con sus padres por unos días a Michigan.- digo recordando la seriedad de Alan en la comisaría.

-Sea quien sea quien le hizo eso, debe estar abusando de su celular, hay que tener cuidado que igual y averiguan mas de nosotros.- dice moviéndose ligeramente en la cama.- No quiero que algo te vuelva a ocurrir- me besa la cabeza. La lluvia de afuera completa el ambiente lúgubre. Estamos en la habitación de nuestra cabaña. Me escondo en su pecho, fundiendo su palpitar con la lluvia, fundiendo su calor con la fría realidad, fundiendo nuestros recuerdos con el ahora, fundiendo su aroma con el mío y si entiendo el mundo en el subir y bajar de su pecho. Al momento de levantar la vista y ver sus ojos cerrados, siento la impaciente necesidad de ser con quien sueña de manera tan profunda. Sin poder resistirlo acaricio su rostro provocando que sus ojos despierten al entreabrirlos, me mira y nuestros rostros se acercan, nos fundimos en un tierno beso, un beso terriblemente familiar y cálido. Un beso traído de un recuerdo infantil, de un despertar confuso, el beso que solo una persona podría darme, el beso del hospital. Me separo lentamente de él.

-Fuiste tú- susurro con ternura.

-¿Yo qué?- pregunta con suavidad.

-Tu me besaste en el hospital.- digo sintiéndome terrible, no puedo definir si es por el hecho de haber pensado que Lucas me había besado, o quizá el estarlo engañando en este momento, o, quizá sea porque aún cuando una gran amiga esta muerta aún tengo narices para andarme besuqueando con mi mejor amigo.
Sam tiene una cara sonrojada vestida de una muesca de asombro confirmando mi hipótesis.
Lo abrazo con fuerza.

-Perdona Sam- susurro. Él me abraza con tal fuerza a tal punto de casi hacerme daño.

-Elinor, yo...- empieza a decir cuando mi celular suena- contesta- dice. La llamada (menuda mierda) es de Lucas.

-¿Bueno?
-¡Amor tienes que venir a casa de Alan!
Se escuchan demasiados ruidos y gritos.
-¿Qué ocurre?
-Alan enloqueció, si puedes contactar a tu amigo zack estaría bien.
-¿Te refieres a Sam?
-si, ese tipo, date prisa.
La llamada se cuelga. Sam me mira confundido por mi mueca de horror.

-Tenemos que ir a casa de Alan- le digo tomando mi chalina y mi bolso, Sam me da una chamarra azul marino con gorrito de borde afelpado, lo tomo y salimos en bajo un paraguas.

•••••

Llegamos a casa de Alan, la puerta esta abierta y se escuchan gritos.

-Viejo, lo sé, pero debes tranquilizarte- dice Lucas seguido del golpe de una silla contra la pared.-Demonios, ¡Casi me matas idiota! -

-¿Por qué esta el "casi"? ¿Por qué?- susurra Sam mirando hacia arriba. Le doy un leve codazo mientras caminamos entre los destrozos, vidrios, fotos, espejos, todo.

-No lo entiendes hombre ¡Nadie lo entiende! Ella era mi vida y se ha ido, Esta muerta ¡Muerta, puta madre, Muerta!- se escuchan golpes mientras que repite las palabras. De tan solo escucharlo mi corazón se quiebra, más alaridos y sollozos. Bastante enfermizo.

Tocamos a la astillada puerta de la habitación, Alan esta hecho un ovillo al pie de su destrozada cama mientras Lucas acaricia su espalda.

-Hola- digo con un hilo de voz.

-¿Qué quieren?- Dice con fastidio.

-Venimos a apoyarte Man, si no te parece nos largamos- dice Sam. Le dirijo una mirada furiosa, Lucas entorna los ojos. Sam solo contesta levantando los hombros.

-¿Cómo pueden estar tan frescos? ¿Qué tan fríos son ustedes?- El dolor reflejado en esas palabras cargadas de odio era incomparable. Es verdad. Pareciera que Janice no esta muerta. Es como si estuviera en casa a punto de llamarnos.

-La noticia fue muy impactante para nosotros, nuestras mentes están suprimiendo la información y las imágenes, es terrible lo que pasó Al, pero debes calmarte.- le digo. Alan tira a llorar con ganas, Sam se abalanza contra él quitándole un vidrio roto, una gota de sangre cae por la muñeca de Alan.

-¿Qué fregados pretendes pedazo de soperutano?- Grita Sam, instintivamente Lucas y yo lo sostenemos.

-¿Cómo pretendo vivir sin ella?- dice Alan herido.

-Mira, respiras, comes y bombeas sangre. Fácil.- Sam se levanta.

Alan parece a punto de darle un puñetazo.

-Basta los dos- protesta Lucas- Sam, mídete con tus palabras o te daré una tanda que no volverás a decir ninguna y tu Alan basta ya de ser un Emo, a Janice no le agradaría nada de eso, ¿Ok?- los señala y observa a ambos.

Mi celular vibra, un nuevo mensaje.

-Chicos, debo irme.- digo corriendo fuera.

"Él usuario:

Tu amiga estaba buenísima."

•••••••

Lloro frente a la computadora. Ese maldito bastardo. Lo he visto, he visto como ha torturado a Janice sin matarla, lo vi mientras metía su pene en uno de los ojos de Janice con ella aún consciente y luego en el otro.
Maldito enfermo.

Güero Verger: Qe hay morrita?
Ese mensaje aparece en la ventana de chat.

Conversó con él un rato, decidida a llegar a ese sujeto, con tal de vengar a todos aquellos a los que se ha llevado.

No importa que tengo que hacer, lo haré.

Lo que sea.