Tras una ardua y larga noche, el sol finalmente salió, alumbrando con su luz los desperfectos ocurridos por la noche.
Los Mugiwara, pese al agotamiento y el dolor de los golpes recibidos durante la noche, decidieron salir a echar un vistazo al barco, no sin antes coger abrigos lo más calientes posible, pues la temperatura era muy baja.
-Este frío me llega a los huesos... Pero claro, soy sólo...
-¿Huesos?
-¿Por qué eres tan frío conmigo Ussop-san...?- Preguntó Brook con un aura negra de tristeza rodeándole por completo ante la divertida mirada del francotirador por la reacción tan exagerada del esqueleto.
-La verdad es que sí que hace frío...- murmuró Nami mientras el vaho salía de su boca.- ¿Por qué será?- dijo frotándose las manos.
-Quizá nos estemos acercando a una isla de invierno- dijo Luffy sonriente mientras recordaba su aventura en Punk Hazard.
-Supongo que tienes razón- dijo Nami. "¿Pero qué me pasa? Primero no soy capaz de ver venir una tormenta de proporciones épicas, y ahora no se me ocurre que estemos cerca de una isla de invierno..." Pensó agobiada.
-Sea como sea, será mejor que hagamos un reconocimiento por el barco para ver qué desperfectos causó la tormenta de anoche.
Todos asintieron y cada uno fue hacia un lado del barco. Luffy fue a la proa, Ussop junto con Chopper a estribor, Franky cogió el submarino para ver los desperfectos del casco, Zoro subió al nido de cuervo, Robin y Brook se dirigieron a babor y Nami al huerto de los mandarinos. El único que quedó exculpado de la revisión fue Sanji, quien se puso a preparar el desayuno para todos.
A lo largo del barco sólo se veían agujeros, cuerdas y cabos colgando, y trozos de la madera de la baranda desperdigados por la cubierta. El lugar menos afectado de todos fue, para sorpresa de Nami, el huerto de los mandarinos.
-¿Qué tal han resistido los árboles?
Nami se giró sobresaltada con un trozo de rama con una mandarina colgando en las manos.
-Parece que bien- sonrió a Zoro.- Pensé que me habría quedado sin ellos... es increíble que apenas se hayan movido... Espera, están asegurados con un cabo... ¿sabes quién lo hizo?
-Ni idea, habrá sido el cocinero.
-Supongo que sí, anoche había tanto caos que no tengo ni idea de lo que hizo cada uno...- No pudo evitar fijarse en el brazo en cabestrillo de Zoro. Con toda la confusión y el cansancio no se había percatado de que lo tenía inmovilizado.- Pensé que sólo te iban a poner una venda, como siempre.
-¿Mmm? Ah, ¿esto?- dijo señalándose el brazo.- Bah, Chopper insistió en que debía ponerme esto, y es un incordio.- Farfulló.
- ¿Y desde cuando haces caso a Chopper?- Preguntó con una sonrisa burlona.
Zoro se limitó a encogerse de hombros, sin poder reprimir una pequeña mueca de dolor que la navegante captó al vuelo, haciendo que le entrara la curiosidad mientras veía cómo Zoro se alejaba.
Ya habían acabado de desayunar y estaban realmente agotados, por lo que poco a poco, se fueron dirigiendo a sus habitaciones para dormir. Sólo quedaban en la cocina Sanji y Nami, que se había ofrecido para ayudar al cocinero con los platos.
-Antes de que se me olvide, gracias por asegurar los mandarinos, no lo llegas a hacer y me habría quedado sin ellos- Dijo Nami con una sonrisa mientras aclaraba uno de los vasos.
-Creo que te has equivocado de persona- dijo Sanji con una sonrisa.- Pero... ¡Que sepas que me alaga mucho que hayas pensado en mí en primera instancia Nami-swan! –Chilló emocionado con los ojos en forma de corazón.- ¡Esto sólo puede significar que nuestro amor es mút...!
-Me lo dijo Zoro- Le cortó Nami distraída, sin darse siquiera cuenta de que el cocinero estaba en un rincón de la cocina encogido y llorando en silencio por aquel corte tan brusco que había recibido de su navegante.- Qué raro... en fin, supongo que era lo lógico.- Finalizó con una sonrisa.- A propósito... oye Sanji... ¿Sanji? ¿Qué haces en ese rincón? Ven aquí anda, que si no no vamos a acabar nunca. Lo que te decía, ¿tú viste cómo se dio el golpe en el hombro?
-Lo cierto es que no, me lo encontré así cuando paró la tormenta, ¿por qué?
-Me preocupa un poco... se me hace muy raro que vaya a la enfermería sólo porque se lo pida Chopper y que además se deje inmovilizar el brazo.
-No te preocupes por eso Nami, sabes de sobra que Zoro es así, y además, como él dijo, las ha tenido peores.
-Supongo que sí... ¿Te importa si acabas tú con los platos? Me gustaría ir a mirar un par de cosas.
-Claro, no hay problema.- Se despidió Sanji.- Además, si tú supieras todo lo que ha aguantado ese cabeza lechuga...- Murmuró cuando Nami ya había salido de la habitación recordando todo lo sucedido en Thriller Bark.
-¿Chopper?- Llamó Nami tímidamente a la puerta por si estaba dormido.
-¿Sí? Pasa.- Nami suspiró y entró en la consulta.
-No te he despertado, ¿verdad?
-No, que va, estaba mirando un par de cosas- dijo el renito metiendo un libro debajo de otro.- ¿Qué pasa? ¿Te encuentras mal?
-No, no es eso, es simplemente que me preocupa la herida de Zoro, se me hace raro que se haya dejado tratar e inmovilizar sólo porque se lo hayas pedido... es decir, otras veces lo ignora completamente.
-En realidad, yo no le pedí que me dejara curarlo... vino él donde mí.
-¿Qué?
-Os lo dije, "Eso no es cierto", pero no me hicisteis caso, ¿recuerdas?
-Pensamos que te referías a otra cosa...- dijo Nami ahora más preocupada.- Chopper, sé que no puedes, pero necesito que me digas qué le pasa a Zoro en el brazo.- El renito se quedó callado por unos instantes sopesándolo. Era evidente que había algo que le preocupaba.- Chopper, estoy preocupada, por favor...- dijo Nami muy seria.
Chopper se limitó a sacar el libro que había estado mirando, y cuando Nami lo vio, la angustia y el miedo aparecieron en su cara.
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Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]
Fanfic-Cómo debería empezar... -¿Qué tal por el principio?- siseó molesto. -Supongo que es una buena idea.- Sonrió Robin.- Aún no te has dado cuenta, pero... Estás enamorado de Nami. Tras ser separados hace dos años, todos los Mugiwara saben que d...