La playa

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-¡Ya está la cena!- Gritó Sanji, haciendo que todos los Mugiwara se sentaran en la mesa, muertos de hambre.

-¡Tiene una pinta increíble!- Gritó Luffy babeando.

-Si... tiene... una...suuper... pinta...- Arrastró las palabras Franky, que cada vez notaba más la ausencia de cola.

-Ahora que me acuerdo, toma Franky.- Dijo Chopper extendiéndole un pequeño frasquito.- He encontrado unas hierbas especiales. No es lo mismo que la cola, pero creo que te vendrán bien.

-Muchas... gracias... doctor...- Dijo Franky mientras lentamente se recargaba con el líquido del renito.- Aunque... no... creo... que... haga... mucho... efecto... has...sido... ¡SUUUUUPER AMABLEEE! ¡GUAU! ¡ESTOY LLENO DE ENERGÍA!

-Son unas hierbas que encontré antes, nunca las había visto, y al estudiarlas vi que tenían propiedades estimulantes, aunque no sé cuánto durará el efecto.

-Eres un suuuper-doctor.

-¡Cállate idiota! ¡No creas que con eso me vas a hacer feliz!- Comenzó a bailar el renito sonrojado.

-Bueno, bueno, ya vale de tanto alboroto. Sentaos ya, o esto se enfriará.- Dijo Sanji colocando la comida sobre la mesa, donde Luffy era incapaz de parar en su asiento.

La cena transcurrió como siempre, Luffy robaba comida de los platos ajenos, Brook hacía comentarios indebidos, Ussop embelesaba al renito con sus mil y una aventuras en el mar como el gran Capitán Ussop... Pero bajo toda esta normalidad, algo comenzaba a gestarse.

-Nami-san, permíteme decirte que hoy estás más bella que de costumbre...- Dijo Sanji en un susurro, haciendo que Nami se sobresaltara y enrojeciera por la seriedad con la que lo había dicho. Había algo distinto en él. No era como otras veces, exagerado, dramático... Ésta vez era... ¿Real?

Sin embargo, Nami no fue la única que oyó aquello. Zoro no pudo evitar fruncir el ceño durante una milésima de segundo, gesto que no fue obviado por el cocinero, que mirándole de manera desafiante, volvió a acercar sus labios al oído de Nami.

-Puede que te parezca osado, pero... ¿Por qué no damos un paseo luego, cuando todos duerman, por la playa?

-Yo... Yo... Sanji-kun, me... me halagas, pero...

-¿Pero?- Le volvió a susurrar. Aquello era surrealista, ¿qué estaba pasando?

-E... Estoy cansada, y...

-Vamos Nami, piénsalo, la playa, las estrellas, la luna reflejada en el agua calma... ¿no te gusta?

-No es eso, es sólo que...

-Pero...

-Ya te ha dicho que no quiere.- Arrastró las palabras, en voz baja y desafiante, evitando que los demás lo escucharan.

-Vamos marimo, si tú también quieres dar un paseíto romántico, nadie te lo impide... es más, juraría que hay alguien que está deseando que se lo pidas.- Dijo mirando a Robin, provocando que la arqueóloga enrojeciera ligeramente y que un nudo se formara en el estómago de Nami.- ¿O es que ella no te interesa?- Preguntó en voz baja, de forma que sólo Nami y Zoro lo escucharon.

Aquello le sobrepasó. Se sentía acorralado, incómodo... Furioso. Aquella era la palabra. Le estaba costando mucho contenerse. No le gustaba que presionara así a Nami, ella podía aceptar por verse en un compromiso, y aquello no auguraba nada bueno, claro que Nami podía ser muy tajante cuando ella quería, pero ahora no lo había sido... ¿Qué significaba aquello? Y luego estaba la insinuación de lo de Robin... Había muchas cosas que se le escapaban, detalles que no tenía, y odiaba aquella sensación de incertidumbre.

-¿Y bien?- Le volvió a pinchar Sanji.- ¿No vas a hacer nada al respecto?- Volvió a preguntar, mirando nuevamente a Robin, que permanecía atenta en una de las esquinas de la mesa, mientras a su alrededor todo eran gritos y alboroto.

Nami sintió una sensación de vacío en su cuerpo. ¿A Robin le gustaba Zoro? ¿Desde cuándo? ¿Por qué no se lo había dicho? O más importante aún, ¿era ese el motivo por el que tuvieron aquella conversación, para sonsacarle información?

"-¡No le soporto!- Se quejaba Nami mientras tomaba el sol en una tumbona que había sacado a la cubierta del Sunny.- Está más insoportable que nunca.

-Lleva tiempo sin poder entrenar, tiene demasiada energía y no sabe qué hacer con ella.- Reía Robin en la tumbona contigua.- Pero admítelo navegante, en el fondo te gusta.

-¡¿Qué?! ¡No, claro que no!- Gritó Nami notando cómo el rubor iba apareciendo en sus mejillas.- ¡No me gusta Zoro!- Exclamó bajando la voz mientras miraba a su alrededor."

Un ruido fuerte la sacó de sus pensamientos, justo a tiempo para ver cómo Zoro se levantaba de la mesa, y se iba cerrando la puerta tras de sí de un portazo.

-¡Un médico!- gritó Chopper alarmado.

-¿Un médico?- murmuró confusa y sin saber muy bien qué había pasado.

-Tranquilo doctor, no es nada.- Dijo Robin seria.

-¡Pero hay sangre!

-Tranquilo.- Dijo Sanji- está bien, sólo le ha reventado el vaso en la mano, apenas serán un par de cortes superficiales.

-¿Pero qué ha pasado?- Preguntó Ussop casi tan confuso como Nami.

-Nada, se ha roto un vaso, no es grave.- Le respondió Sanji, mientras la imaginación de la navegante volaba, mirando fijamente los cristales ensangrentados encima de la mesa.

Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora