Los golpes se sucedían, a veces por parte del enemigo, y a veces por parte de la propia tripulación que trataba de defenderse sin lograrlo. Estaban exhaustos, y se sentían impotentes. La tormenta parecía empeorar por momentos, y la frustración hacía mella en ellos.
Hubo un nuevo ataque, que impactó de lleno contra el espadachín de la tripulación, que salió despedido contra el mástil, a la vez que una ola impactaba contra el casco del mástil, haciendo que todos rodaran por el barco, y provocando que Zoro cayera sobre alguien, que profirió un grito por la sorpresa.
-¿Nami?- Zoro no pudo evitar bajar la guardia.
-¿Zoro?- Nami quiso dar un paso hacia él, pero una alarma saltó en su interior haciendo que levantara su climatact en señal de advertencia.- ¿Cómo puedo saber que eres tú?- preguntó amenazadoramente en apenas un susurro.
- Pregúntame lo que quieras y yo haré lo mismo. Puede que sea la única oportunidad de saber si somos amigos o enemigos, el muy cabrón no ha permitido que hablemos entre nosotros desde que empezó todo esto.
-En ese caso es sospechoso que esta vez lo haya permitido, ¿no crees?- Dijo en un siseo.
-¡Pregúntame algo! No hay tiempo.- Apremió Zoro.
-¿Dónde conseguiste esa katana?- Tras un momento de duda, Nami dio con la pregunta perfecta. Si de verdad era Zoro, sabría de sobra a qué katana se refería ella, además de su origen. Si fallaba en una de las dos respuestas sabría que no era él.
-Kuina...
-¡Eres tú!- Dijo bajando el arma y acercándose a él hasta que fue capaz de tocarlo.
-Supongo que no contaba con la ola.- Sonrió Zoro agradecido de haber encontrado a la auténtica Nami.- ¿Estás herida? -Preguntó apremiante y en voz baja al escuchar cómo se reiniciaban los sonidos de lucha.- Deprisa, antes de que nos localice.
-¿De que nos localice? ¿Crees que no puede ver a través de su propia akuma no mi?
-La habían desechado, ¿no? Y no creo que fuera por el tema de la inteligencia, no es difícil encontrar a hombres fieles y tontos... tiene que tener otro problema, y tal vez por eso el cabrón de la capucha se retiró de la lucha, para que no lo confundiera con alguno de nosotros... este poder sería muy problemático en una lucha con compañeros de ser así. ¿Y bien? ¿Estás herida?
-No, estoy bien... Ni siquiera sangro. Me ha conseguido dar varias veces, pero no tiene demasiada fuerza, creo que cuenta con que cunda el pánico entre los enemigos y se ataquen entre ellos, pero en nuestro caso, y ante la duda, creo que todos los golpes están siendo más para quitar de encima al oponente que para dejarlo KO... creo que sin darnos cuenta todos estamos esperando un plan, y... ¿Qué? ¿Qué ocurre?- Preguntó sorprendida ante el repentino agarre de Zoro alrededor de su muñeca.
-Tienes razón...- murmuró ensimismado pensando en voz alta.- Ningún ataque de los que he recibido ha sido fuerte, no sangro... pero...- Poco a poco llevó la mano de Nami hacia su herida en el hombro.
-¿Qué te ha pasado? ¿Por qué sangras?- Preguntó asustada. No sabía qué había ocurrido.
-Es de la baranda de los mandarinos, cuando empezó todo... y ahora mismo sólo hay otra persona más en esta cubierta que esté sangrando tanto como yo. -Sonrió triunfante agarrando a Nami aún más fuerte y llevándola a remolque hasta el campo de batalla.- ¡Todo el mundo quieto!- Bramó por encima del ruido del viento. La lucha paró de súbito, aunque no podían evitar pensar que era una emboscada. Si no les dejaba claro que era amigo, no serviría de nada, pero por suerte, y para no variar en sus costumbres, Nami tenía razón. Todos habían estado esperando a una cosa en concreto.- ¡Tengo un plan!
-¡Jodido marimo! ¡Ya era hora!- se escuchó a Sanji por encima del ruido, permitiendo a los demás relajarse durante un escaso segundo.
-Primera parte del plan, el primero que se mueva será considerado enemigo, y todos lo atacarán sin importar nada más.- Todos asintieron poniéndose otra vez en guardia y mirando las masas de oscuridad sin perder detalle.- Segunda parte del plan, como podéis ver, ahora mismo hay otra persona a mi lado, es Nami, y nos hemos reconocido mutuamente como los verdaderos, por lo que ahora avanzaré y pasaré por todos vosotros. Soy el único que puede moverse.
-¿Cómo sabemos que eres tú y no es una emboscada espadachín-san?- se escuchó la siempre voz de la razón Robin.
-Porque le he preguntado dónde consiguió su katana y supo responder.- Todos entendieron rápidamente el motivo por el que aquella pregunta fuera la elegida para corroborarlo todo, quedándose conformes con la situación, a excepción de uno.
-Antes quiero comprobar una cosa- tomó la palabra de nuevo Zoro.- ¿Quién recibió antes aquel golpe que le hizo desplomarse? Que diga yo y su nombre.- El silencio se propagó dentro del ruido dando su respuesta por contestada.- En ese caso...
Rápidamente echó a correr hacia las distintas masas de densa oscuridad, hasta que paro en seco en la cuarta de ellas.
-Te pillé- Sonrió de forma siniestra a la vez que lanzaba un potente golpe, capaz de dejar fuera de juego a cualquier persona que no tuviera una fuerza monstruosa, haciendo que la figura volara por los aires, y quedara incrustada en el mástil del Sunny, perdiendo la conciencia y haciendo que se desvaneciera el efecto de la akuma no mi, permitiéndoles volver a ver, oler y sentir a los de su alrededor.
-¿Cómo lo supiste?- Preguntó Robin intrigada acercándose a aquella bestia inerte.
-Había nueve sombras, así que ninguno estaba o estuvo inconsciente en ningún momento, y ya que nadie respondió a la pregunta...
Diste por sentado que había sido una trampa para desatar el caos...
-Exactamente, y como ninguno estuvo malherido, y ningún ataque era demasiado fuerte, aparte de mi sólo sangraba él por el ataque de Franky y el corte del brazo...- Todos asintieron comprendiendo el razonamiento lógico.- Fue una suerte caer donde Nami, si no, no me habría podido mover libremente porque no me habríais creído.- Sonrió.
-Me jode decirlo marimo, pero ha sido una buena idea... Lástima que no nos tengas acostumbrados a que uses la cabeza.- Sonrió con autosuficiencia comenzando una guerra entre los dos.
-¿Cómo dices cocinitas?
-Ya me has oído espadachín mierdoso, si usaras más ese cerebro que dices tener, no tendríamos que malgastar tiempo buscándote cuando te pierdes.- Dijo dando por sentada su victoria mientras Zoro desenvainaba una de sus katanas sintiendo cómo ardía todo su cuerpo.
-Puede, -dijo con esfuerzo y con una sonrisa diabólica.- pero al menos yo no me arrastro ante ninguna mujer y friego el suelo con la lengua como tú, maldito pervertido...
- ¿Cómo dices?- Preguntó Sanji mientras su rostro se escondía entre las sombras y su pierna comenzaba a arder.
-¡Basta los dos!- Una vez más, sendos puñetazos fueron enviados a sus habituales víctimas, cortesía de Nami, que buscaba poner orden, incrustando ambas cabezas en la madera del barco, y haciendo que unos grandes chichones surgieran de sus cabezas, parando el conflicto en el acto.- Esto todavía no ha acabado... Tenemos que ir con Luffy.
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Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]
Fanfiction-Cómo debería empezar... -¿Qué tal por el principio?- siseó molesto. -Supongo que es una buena idea.- Sonrió Robin.- Aún no te has dado cuenta, pero... Estás enamorado de Nami. Tras ser separados hace dos años, todos los Mugiwara saben que d...