Zoro daba vueltas por el nido mientras, agitado, se revolvía el pelo una y otra vez con la mano izquierda.
-Estúpido cocinero... Somos nakamas, ¿qué pretende con Nami? Es obvio que no se puede, sólo traería problemas a la tripulación...- Murmuraba constantemente.- Y encima hizo ese comentario con Robin... ¿Qué significa eso? ¿Acaso ella siente algo por mí? Sea como sea es ridículo, no puedo permitirme ese tipo de cosas. Soy un pirata, y mi sueño no se conseguirá si estoy con alguien, y ¡au!- se quejó al pasarse la mano derecha por la cabeza, haciendo que se percatara de las heridas que tenía en la mano tras haberse cortado con el vaso. No pudo evitar un suspiro.- Pero si sé que todo esto no es bueno, ¿por qué me molesta tanto que ese cocinerucho pervertido ronde a Nami de esta manera?
Mientras tanto, en la cocina todos comían en silencio, o todo el silencio que se podía conseguir con un capitán como Luffy que no paraba de robar comida a todo el mundo.
-Oye Sanji...
-Dime Nami-chwaaan.
-Respecto a lo que me has dicho antes...
-Olvídalo.- Sanji se puso serio de repente.
-Sanji... sabes que haría cualquier cosa por ti, pero es que...
-Nami, en serio, sé por qué lo haces, no te preocupes.- Sonrió feliz, desconcertando a Nami.
Una vez hubo acabado la cena, cada uno se dirigió a su camarote. Se había hecho tarde sin apenas darse cuenta, y tras la persecución de la marina y la tormenta, estaban más cansados de lo que creían.
-Oye Robin, -dijo Nami interceptándola por el pasillo y aprovechando que ambas estaban solas.- ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro navegante.- Sonrió Robin.
-¿Te gusta Zoro? Es decir, ¿sientes algo por él? –Una gran sonrisa apareció en la cara de Robin.
- ¿Habría algún problema si así fuera? –Preguntó dulcemente mientras escrutaba a Nami en busca de una respuesta.
-No, no, en absoluto.- Sonrió Nami un poco forzado. No sabía por qué, pero había algo que le dolía en aquella respuesta.
-¿Ocurre algo? –Preguntó Robin algo preocupada.
-Yo... es sólo que... Pensé que me lo contarías a mí antes que a Sanji. No sé, es una estupidez, lo sé, pero yo también podría haberte ayudado y...- El gesto de Robin cambió de repente. Se puso seria, y la duda apareció en su cara.
-Nami...- acertó a decir tras unos segundos de duda.
-No te preocupes.- Sonrió Nami una vez más.- Ahora que lo sé yo también puedo echarte una mano, ¿no crees? Creo que me iré a dormir, es tarde, y estoy cansada.- Dijo estirándose ante Robin, que se había quedado de piedra.- ¡Buenas noches!- Se despidió con una alegría que no sentía, pero tan realista que hasta logró engañar a Robin. Definitivamente tantos años con Arlong le habían permitido pulir esas técnicas.
-Buenas noches, navegante.- Murmuró Robin confusa.
El barco estaba en silencio, pero Zoro era incapaz de dormir. No podía evitar dar vueltas por la habitación, replanteándose absolutamente todo. Necesitaba tomar el aire, y urgentemente.
Aprovechó que todos estaban dormidos para dar un paseo por la cubierta. Era agradable notar el viento fresco, le relajaba, hasta que, por caprichos del destino, junto con el viento vino el sonido de una risa. Con curiosidad, se asomó a la baranda, y de repente, allí estaban. Parecía que hablaban tranquilamente, hasta que de repente... Zoro no pudo reprimir la necesidad de golpear la baranda del Sunny, haciendo que el golpe resonara por todo el barco. Acto seguido, giró sobre sus talones, desapareciendo en la oscuridad de la noche.
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Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]
Fanfiction-Cómo debería empezar... -¿Qué tal por el principio?- siseó molesto. -Supongo que es una buena idea.- Sonrió Robin.- Aún no te has dado cuenta, pero... Estás enamorado de Nami. Tras ser separados hace dos años, todos los Mugiwara saben que d...