Vigilancia

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Tras un desayuno regido por los sucesivos intentos del capitán por robar comida y por el alboroto generalizado de la tripulación, salieron a comprobar los desperfectos del Sunny.

Como cabía de esperar, la tormenta había causado estragos. Cabos colgando, la baranda dañada, tablas de la cubierta sueltas... Pero lo que les llamó la atención fue otra cosa.

-¿Qué le ha pasado al mástil?- Preguntó Franky frunciendo el ceño mientras pasaba delicadamente la mano por el boquete que había en él.- Parece como si alguien se hubiera empotrado contra él.

-Pues ahora que lo dices es cierto...- Comentó Ussop colocándose a su lado e inspeccionando las astillas que habían caído al suelo.- Y esto de aquí parece sangre seca.- Añadió cogiendo una de las astillas.

-Por aquí también hay, es posible que al quedar inconscientes nos deslizáramos por la cubierta y mancháramos algunos puntos, después de todo el que más o el que menos sangrábamos todos.-Dijo Nami no muy convencida.

-Puede ser, pero parecen señales de lucha.- Observó Robin pasando la mirada por la cubierta.

-El oleaje era muy fuerte, lo raro sería que no lo pareciera.- Bromeó Franky.- ¿Dónde está Mugiwara?

-Cuando desaparece nunca ocurre nada bueno...-Sollozó la navegante llevándose una mano a la cara.- ¡Luffy!- Gritó llamando a su capitán.

-¡Nami! ¡Estoy en los mandarinos!- Se escuchó la siempre alegre voz del capitán, a la vez que a Nami le daba un vuelco al corazón.

-¡Los mandarinos!- Gimió echando a correr.- ¡Aaaaaaaaaaah!- Gritó al ver el estado en el que se encontraban. Si bien la mayoría no tenía grandes desperfectos, algunos estaban maltrechos. Ramas colgando, troncos astillados, y mandarinas por todas partes.- Mis mandarinos.-Sollozaba arrodillada con una rama entre las manos.

-Podría haber sido peor.- Dijo Robin colocándose a su lado.- Nada que no se pueda resolver con el tiempo... Ese cabo, hizo un buen trabajo asegurándolos, ¿no crees navegante-san?

-¿Un cabo?- Preguntó Nami levantando la vista, para encontrar una cuerda deshilachada que a duras penas era capaz de sostener nada, haciendo que una gran gota cayera por su cabeza.

-O lo que queda de él- Rio la arqueóloga cruzándose de brazos.

-¿Quién lo colocó ahí?

-Creo que fue espadachín-san.-Contestó mirándola de reojo.

-Bueno, por fin hace algo bien...

-¿Alguna queja?- Preguntó Zoro con fastidio mientras recogía cabos y cuerdas del suelo, poniendo muecas cada vez que olvidaba los puntos que tenía en el hombro y el movimiento tiraba de ellos.

-No, supongo que no.-Suspiró Nami poniéndose en pie y dirigiendo la mirada hacia la baranda de popa.- ¿Te hiciste aquí lo del hombro?- Preguntó señalando a un punto con un listón de madera ensangrentado que estaba en el suelo.

-Sí, me sorprendió una ola y la baranda no lo resistió.- Contestó restándole importancia mientras seguía recogiendo tablones y demás cosas que había por el suelo.

-Gracias.- sonrió Nami tímidamente ante la mirada de sorpresa de Zoro.- Te haré un descuento en la deuda del uno o dos por ciento.- Sonrió haciendo un gesto con la mano derecha de despreocupación.

-¿De la deuda? ¡No te debo nada!

-¡Claro que sí! ¿O es que no lo recuerdas? ¿Acaso tu palabra no vale nada?- Preguntó fingiendo tristeza.

Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora