Todos estaban reunidos ya en la cocina, esperando a desayunar, cuando de repente, comenzaron a oír una voz a lo lejos que se acercaba rápidamente.
-Isla, isla, isla, isla, ¡ISLA!- Irrumpió el capitán en la cocina, haciendo que la puerta de madera chocara ruidosamente contra la pared, mientras todos le miraban.
-¿Capitán?- Preguntó Robin.
-¡ISLA!- volvió a gritar eufórico y nervioso por iniciar la exploración.
-El desayuno está listo.- Interrumpió Sanji a su capitán.
-¡COMIDA!- Volvió a gritar Luffy estirando la mano y dejando la bandeja vacía antes de poder siquiera posarla en la mesa, metiéndoselo todo en la boca y tragando ruidosamente, ante las caras de sorpresa de su tripulación, que lo miraban boquiabiertos mientras sus estómagos rugían hambrientos.- Muy bien, y ahora que hemos desayunado, ¡ISLA!
-¡SÓLO HAS DESAYUNADO TÚ!- Gritaron todos a la vez, abalanzándose sobre él y dejándolo tirado en el suelo, lleno de chichones y moratones, mientras se servían la segunda tanda del desayuno, que Sanji, previsoramente, había preparado.
-Bueeeno...- Dijo Nami estirándose mientras se daba unas palmaditas de satisfacción en la tripa.- Ahora que ya hemos comido, ¿qué os parece si preparamos todo lo que necesitamos y nos organizamos para ir a explorar?
Todos asintieron, sonrientes, a excepción de Zoro, que a lo largo de toda la mañana se había mostrado serio y distante, y Luffy, quien aún no se había levantado del suelo.
-Para empezar, ¿quién se quedará en el barco? –Preguntó Nami.- En mi opinión, y dado que no sabemos nada de esta isla, creo que debería quedarse alguien fuerte... ¿Qué tal tú, Sanji?
-¡Lo que tú digas mi Nami-chwaaaan! ¡Qué lista que es mi pelirroja!- Contestó Sanji bailando a su alrededor, mientras Nami suspiraba aliviada. Se llevaba muy bien con el cocinero, pero últimamente estaban pasando muchas cosas que se le escapaban, y necesitaba tenerlo lejos para poder pensar un poco y despejarse, y la excusa del barco era perfecta.
-Perfecto. –Sonrió.
-Espera, -dijo Ussop- no podemos dejar a Sanji solo, si le atacan necesitará a alguien que le guarde las espaldas, como por ejemplo yo, "El Gran y Valiente Ussop"- dijo henchido de orgullo mientras le temblaban las piernas y murmuraba algo acerca de la enfermedad "no-puedo-desembarcar-en-esa-isla" que le atacaba de nuevo.
-Ussop tiene razón.- Dijo Robin.- Si atacan el barco podría ser peligroso que esté él solo.
- Supongo que sí. Robin, ¿te importa quedarte tú?
-En absoluto, navegante.- Sonrió mientras Sanji bailaba de alegría por todo el barco imaginándose a solas con Robin, y Ussop se iba a una esquina sombría a llorar en silencio por verse obligado a participar en otra loca y peligrosa aventura de su capitán. Nami, por otro lado, no pudo evitar sonreír. Si bien había ofrecido su ayuda a Robin con el espadachín, no le hacía demasiada gracia la idea de que se pudieran quedar los dos a solas, aunque rápidamente se quitó esa idea de la cabeza, sacudiéndola rápidamente.
-Muy bien, en ese caso...
-¡Vamos a explorar!- gritó Luffy que ya se había puesto en pie, y corrió hacia la puerta, torpemente seguido por sus demás compañeros.
Habían salido hacía apenas 5 minutos, y Zoro ya se había perdido.
-Esto es increíble...- murmuró frustrado pasándose la mano por la cabeza.- Un árbol, sólo he mirado un maldito árbol, y de repente, estaba solo en vete tú a saber dónde... Conociéndome, será un milagro encontrar el barco antes de que oscurezca, y... Si está ahí.- Dijo para sí avergonzado, mirando el imponente barco justo delante de sus narices, y dando gracias a que nadie le hubiera oído y visto.- Será mejor que vaya para allá. Me echaré una siesta hasta que vuelvan.
Rápida y sigilosamente, subió al barco evitando encontrarse con Sanji y con Robin. No le habían hecho nada, pero los recientes acontecimientos aún rondaban por su mente sin saber muy bien qué querían decir. Por un lado, tenía a la arqueóloga del grupo, quien, por lo que había entendido, había empezado a sentir algo por él, cosa que aún no había acabado de digerir ni entender. Le parecía completamente inverosímil, y aunque todo se podía resolver con una simple pregunta, no estaba seguro de querer conocer la respuesta, aparte de que no soportaría la humillación de haber entendido mal. Y por el otro lado, estaba el cocinitas pervertido, que de repente había empezado a acosar a Nami de manera descarada, y siempre delante de él, como si quisiera restregárselo, pensó malhumorado. Y lo peor de todo era que ella había cedido. ¿Cómo podía haber pasado aquello? Estaba inmerso en sus pensamientos, cuando de repente escuchó una conversación que lo dejó de piedra.
Ya estaba atardeciendo cuando el grupo de la expedición llegó.
-Tengo hambre...- sollozó el capitán mientras arrastraba los pies.- Ussop, llévame...
-No.- Contestó el francotirador agotado y con el estómago rugiéndole.
-Pero estoy cansado, y tengo hambre...
-Haberlo pensado antes de salir corriendo de aquella manera sin dejarnos coger la comida.- Le riñó Nami, mosqueada.
-Quién nos iba a decir que no habría animales en esta isla...- Murmuró Chopper pensativo.
-Sí, la verdad es que eso es suuuper- raro.- Dijo el ciborg.- Pero por suerte hay muy buena madera para reparar el barco, mañana iré a por ella.
-Voy a desfallecer por el hambre.- Se quejó el esqueleto.- Me pesan las piernas... Aunque claro, soy solo huesos, y ya estoy muerto, yoho... no tengo fuerzas para reír.
-Mirad, ahí está el barco. –Dijo Ussop agradecido de que no tuvieran que andar más.
Todos se dirigieron hacia el barco, en silencio debido al cansancio, y comenzaron a subir por la escala, deseosos de darse una buena ducha, comer y descansar.
Nami subió la primera, y cuando por fin llegó a la cubierta, se encontró con una escena que la dejó boquiabierta. Allí, apoyados en la baranda opuesta, vio como Zoro y Robin se abrazaban, separándose inmediatamente al darse cuenta de la presencia de Nami, y mirándola avergonzados. Robin iba a hablar, cuando la navegante giró sobre sus talones, y se metió en el Sunny dando un portazo tras ella.
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Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]
Фанфик-Cómo debería empezar... -¿Qué tal por el principio?- siseó molesto. -Supongo que es una buena idea.- Sonrió Robin.- Aún no te has dado cuenta, pero... Estás enamorado de Nami. Tras ser separados hace dos años, todos los Mugiwara saben que d...