-Esos cabezas huecas se han dejado la comida.- Dijo Sanji acercándose a Robin, que tomaba el sol en la cubierta del Sunny.
-Normal, con la salida que ha tenido el capitán no han tenido tiempo.- Se rio Robin incorporándose en la tumbona y dejando a un lado el libro que estaba leyendo.- Creo que tenemos que hablar.
-Sí, creo que sí. ¿Cómo vas con lo de Nami?
-Me temo que mal.- Sanji la miró, confuso.- La navegante vino a hablar conmigo, y se ha ofrecido a ayudarme con el espadachín.
-¿Estás segura de eso?
-Sí. A mí tampoco me cuadra, pero es lo que pasó... Por un momento me pareció verla algo triste, pero si lo vi, fue durante una fracción de segundo, y luego sonrió.
-Entonces esas son buenas noticias.- Sonrió Sanji, emocionado.- Nami siempre ha sido una experta a la hora de ocultar sus sentimientos y reacciones, supongo que debido a lo que tuvo que soportar cuando estaba Arlong, y sin embargo...
-Pues claro... - Sonrió Robin comprendiéndolo todo en ese momento.- Has estado muy observador, cocinero-san.- Le felicitó con una mirada de complicidad.- ¿Y tú cómo llevas lo de Zoro?
-La verdad es que bien. Zoro está reaccionando, y cada vez más.
-Sí, ya vi y oí el puñetazo que dio anoche al barco... Pero me pregunto si no te estarás pasando un poco. Es decir, Zoro puede ser impredecible, si un día sobrepasamos su límite, podría ocurrir una desgracia.
-Lo sé, pero llevo tiempo intentando que reaccione, y nada. Hay que jugársela.
Robin se limitó a asentir, no muy convencida de la idea de Sanji. Zoro enfadado podía ser muy peligroso.
-La que me preocupa ahora es Nami.- Continuó Sanji.- Está claro que no entiende nada de lo que está pasando, pero creo que empieza a sospechar, y ahora mismo no podemos arriesgarnos a que nos descubra...
De repente, una sombra se precipitó sobre Sanji, tirándolo al suelo a la vez que Robin, sobresaltada, se ponía en pie lista para defenderse del ataque, pero lo que vio, la dejó paralizada.
-¿Zoro?
-¡¿Se puede saber qué coño estás haciendo maldito marimo?!
-¡No! ¡¿Qué estáis haciendo vosotros?!- Gritó furioso tratando de sujetar a Sanji bajo él, quien, sin demasiada dificultad, se lo quitó de encima inmovilizándolo.
-¿De qué estás hablando?- Preguntó aún cabreado.
-Lo sabes muy bien.- Dijo Zoro luchando por liberarse mientras notaba cómo las fuerzas le fallaban por completo, haciendo que su frustración y enfado fuera en aumento.- ¡Habéis estado jugando con nosotros!
Sanji y Robin se miraron por un momento. Habían sido descubiertos.
-¡Suéltame!
Sanji se lo pensó por un momento, y finalmente decidió soltarlo. Después de todo ahora mismo podía reducirlo en cualquier momento gracias a la infección que tuvo hacía ya unos días.
Zoro se puso en pie, mientras una mezcla de enfado, orgullo herido e impotencia recorría su cuerpo.
-Ella confió en ti, Sanji.- Dijo despacio y mirando al cocinero con profundo odio.- Has permitido que se haga ilusiones, y todo ¿para qué? ¿Para encubrir lo vuestro? Has jugado con ella y sus sentimientos, la has manipulado para creer algo que no es real...
-Zoro, yo...
-Lo único que siento en este momento es no estar en plena forma.- Le miró desafiante.- Me da igual cómo, pero arréglalo.- Añadió, mientras giraba sobre sus talones y desaparecía en el nido del cuervo.
-¿Cómo puede ser que no nos diéramos cuenta de que estaba aquí?
-Está muy debilitado por la infección. Apenas se puede intuir su Haki. Se limitó a responder Sanji.
-Así que contabas con eso... Sabías que no jugabas con fuego porque ahora mismo no es un peligro.- Sanji asintió, con una gran sonrisa.- ¿Por qué sonríes cocinero-san?
-No sé qué parte de la conversación habrá oído, pero no se ha enfadado porque le hayamos mentido, si no porque hemos "jugado" con Nami... Creo que al fin ha reaccionado.
-En ese caso... esperare a que se tranquilice un poco e iré a contarle todo.
Zoro llevaba horas caminando de un lado para otro en el nido, aún furioso y humillado. El que el cocinitas le hubiera manejado con tantísima facilidad era bochornoso, pero lo peor era el hecho de haber sido sus marionetas. No quería bajar y encontrarse con ellos, pero hacía calor y necesitaba airearse un poco.
De mala gana, bajo a la cubierta, y de repente, ahí estaba, mirándolo con una sonrisa en la cara. ¿Encima iba a burlarse de él? Con el ceño fruncido paso a su lado sin siquiera mirarla, tratando de ignorarla, pero una mano le agarró, impidiendo su avance.
-¿Qué es lo que quieres?- siseó.
-Hablar.
-Hablar, sobre qué.
-La conversación que crees haber oído antes.
-No creo haberla oído, escuché perfectamente como Sanji decía que Nami comenzaba a sospechar y que no podíais ser descubiertos.
-Sí, pero por tu reacción supongo que no oíste todo.
-¿A qué te refieres?
-Ponte cómodo, hay mucho que contar.
Zoro se acomodó contra la baranda del barco, mirando desafiante a Robin, quien se puso a su lado.
-¿Y bien?- protestó Zoro impaciente y con los brazos cruzados.
-Cómo debería empezar...
-¿Qué tal por el principio?- siseó molesto.
-Supongo que es una buena idea.- Sonrió Robin.- Aún no te has dado cuenta, pero... Estás enamorado de Nami.
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Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]
Fanfiction-Cómo debería empezar... -¿Qué tal por el principio?- siseó molesto. -Supongo que es una buena idea.- Sonrió Robin.- Aún no te has dado cuenta, pero... Estás enamorado de Nami. Tras ser separados hace dos años, todos los Mugiwara saben que d...