Cambios en el Thousand Sunny [One Piece]

Huida

      -Franky, sácanos de aquí.

-¡Eso está suuuuper hecho!- gritó emocionado poniéndose en pie, listo para desplegar su arsenal de armas, cuando, de repente, todas las esposas se abrieron, cayendo estruendosamente al suelo ante la expectante y desconfiada mirada de todos.- ¿Pero qué...?

-Qué extraño...- murmuró Robin, poniéndose en pie y dirigiéndose hacia la puerta de la celda.

-¿Cómo han conseguido que las esposas se abran?- murmuró Ussop mientras sostenía una en sus manos.

-Chicos, mirad esto. –Todos miraron a Robin.- Está abierta.- Dijo empujando delicadamente la puerta que se abrió con un leve chirrido.

-Esto no me gusta...- Murmuró Nami mientras ayudaba a Zoro a incorporarse.

-Sea como sea, hay que salir de aquí, así que andando.- Sentenció el cocinero con la aprobación de Luffy.- Deprisa.

Todos recorrieron el laberinto de pasillos, atentos a la más mínima anomalía, hasta que finalmente lograron encontrar la salida.

-¿Dónde estamos?- Preguntó Chopper.

-Por la posición del sol, estamos en el noroeste de la isla.- Respondió Nami.- Está anocheciendo, debemos darnos prisa.

Tardaron cinco horas en encontrar el Sunny, y otra hora más en revisarlo y registrarlo por si alguien había entrado al barco y manipulado algo, pero todo estaba tal y como lo dejaron.

-Parece que no han encontrado el barco- dijo Franky mientras acababan de cargar las últimas provisiones.

-Y eso es muy raro.- Contestó Robin.- Han accedido a los recuerdos de Nami, se veía perfectamente dónde atracamos.

-Sea como sea, no lo han saboteado ni han hurgado en él, así que larguémonos de esta isla de una vez. Me da escalofríos.

Era casi medianoche cuando los Mugiwara abandonaron la isla. Todos estaban cansados, y fueron a sus habitaciones, pero miles de preguntas saturaban sus cabezas. Ansiaban respuestas, querían saber más acerca de lo que habían visto, y Zoro era consciente de que tendría que responder a todo aquello. Sin embargo, eran los recuerdos de otra persona los que le quitaban el sueño.

Y por primera vez en mucho tiempo, nadie durmió aquella noche en el Thousand Sunny.