Smoke Girl [Adrinette]

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Dedicado  con amor a Noonini_ ;3

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Sonreí para mi misma observando con detalle mi perfecto reflejo que transmitía el espejo, apreciando como aquel nuevo conjunto que compré me quedaba de maravilla sintiendo la penetrante mirada de mi mejor amiga.

—¿No te parece demasiado revelador?.—pregunta atónita Alya mirándome de arriba a abajo.

Sabía que estaba disconforme con mi manera de vestir pero aquello no importó demasiado.

—¿Revelador?.—fingí un rostro de sorpresa mientras pestañeaba con inocencia.—¿Te refieres a mí?

La castaña soltó un suspiro.—No sé ni para que me molesto.

Esbocé una sonrisa ladina y le guiñé el ojo.—Ya sabes lo que dicen si el producto no se exhibe no se vende. 

—¿Tus padres ya están enterados de esto?.—noté la preocupación en su voz, ella estaba preocupada por mí después de todo estaba enterada que si cometía otra travesura sería castigada de forma severa.

—No querrás saber respuestas que al final no terminaran gustándote.—contesté mirándola fijamente a sus ojos miel desde una distancia algo lejana, Cesaire se sentó en mi cama totalmente abatida con la mirada perdida.

—A veces me cuestiono a mí misma porque siempre tengo las fuerzas para poder cuidarte.—murmuró entre dientes, colocó su cabeza entre las palmas de sus manos manteniendo una vista en el vacío.—¿A qué hora dijiste que sería?

—A las nueve comienza a llegar la gente.—le informé mientras peinaba mi azabache cabello para luego hacerme una coleta de caballo dejando mi flequillo de siempre.

  —¿Qué?.—sus palabras fueron interrumpidas por un leve ruido, alguien estaba tocando la puerta de mi habitación con mucha insistencia, lo mejor sería abrir. 

Gruñí molesta dirigiéndome a la salida de la elegante alcoba, con pesar dejé entrar a mi madre quién se encontraba formalmente vestida, completamente lista para viajar con papá a iniciar un nuevo contrato con uno de sus socios.

—Hola, Alya.—saludó con una sincera sonrisa a mi hermana perdida del alma, esta la imitó. Mamá dirigió sus ojos grisáceos hacia mí.—Marinette, tengo que hablar contigo.

—Dime que hice ahora porqué ni yo lo sé.—mascullé entre dientes totalmente frustrada, ni siquiera había hecho una de las mías.

Todavía.

—Que yo no sepa nada.—arquea una ceja y empieza a analizarme detenidamente.—Sólo vengo a decirte algo para evitarlo, nos vamos en unos minutos, y estamos esperando a la persona que vendrá a cuidarte.