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—No puedes decidir eso tu sola.—intervino Adrien.—No soportarás la anestesia

Chasqué la lengua irritada, eso lo podía decidir sólo yo.

—La muerte me da igual, y lo sabes.—respondí tajante.

El doctor me había avisado que haría una cesárea pero mi cuerpo no podría soportar tener a los gemelos, así que podía morir en pleno parto, eran mis bebés o yo. Y mil veces prefería que mis hijos tuvieran una vida plena a la mía.

—No digas eso, si te pasa algo malo.—hubo un pequeño silencio.—Me mataré, nuestros niños quedarían solos.

Apreté los puños por su intento barato de detenerme, ¿acaso la familia Agreste tenían problemas mentales?

—Dices que soy una maldita egoísta, ¿y tú?.—exclamé molesta.—¿Ya oíste lo que hablas? ¿Acaso no los quieres?

Por un instante su rostro se llenó de pura tristeza y desesperación.—Claro que sí, pero podemos tener más hijos después y si mueres no encontraré a otra como tú.

Suspiré intentando calmarme, en este planeta existían millones de chicas buenas o malas, incluso más bonitas y dulces que yo. Aunque pensé que si fuera la situación de Adrien sentiría lo mismo pero no arriesgaría el bienestar de mis preciados bebés por él.

—Pues buscarás bien, mis hijos son más importantes.—respondí tajante.—Como tú un día me dijiste debo despegarme de algunos amigos y pensar en mi familia antes que los demás.

Su expresión de volvió fría.

 —Yo también soy tu familia.—intentó convencerme—Hay posibilidades que sobrevivan si tienes un parto natural, eres lo más preciado que tengo, piensa en mí.

—¿Y si dejamos de pensar en nosotros mismos y priorizamos el nacimiento de nuestros hijos?—miré su rostro con decisión.—Es mejor salvar dos vidas que amo que a la mía.

—No apoyo tu decisión.

—Me importa una hectárea de verga, quieras o no los voy a tener.—gruñí por que no apoyó mi decisión.—Tal vez me abriste las piernas para hacerlos pero no lo volverás a hacer a sacarlos.

—Pues no cuentes con mi presencia.—dijo cuando estuvo al alcance de la puerta.—Eres una maldita suicida.

—¡Sé el mismo cobarde de siempre, no te necesito!.—grité molesta.

Él cerró de un portazo, moría con la idea de que puede que sería el último día de mi vida y que no estaría a su lado sólo por su egoísmo.

Pensé que me apoyaría, me tomaría la mano en medio del parto para darme fuerzas pero simplemente se fue, todo fue un engaño que produjo mi mente. Si moría quería que él fuera el último rostro que haya visto.

El amor de parejas apesta, por eso daría mi vida por las personas que amaba y no me iba a arrepentir.

...

Me prepararon para la cirugía, Alya entró con la ropa adecuada y me inyectaron la anestesia, suspiré intentando darme ánimos y pronto mi cuerpo no sintió nada, mi amiga morena se acercó y depositó un beso en mi frente.

—Aquí estoy.—me sonrió nostálgica.

—Gracias.—mis ojos pronto comenzaron a cristalizarse.

Escuché murmullos por parte de los doctores que no logré entender pero mi cuerpo comenzó a debilitarse, era por la anestesia y aún así no me rendiría, debía soportarlo por mis bebés. ¿Qué sentirían al no tener una madre?

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⏰ Última actualización: Nov 11, 2019 ⏰

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Smoke Girl [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora