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—¿Traes tu teléfono?.—preguntó el moreno en el instante en que se sentó en el sofá, negué con la cabeza.—Ta dah.

Hizo una pequeña acción dándole emoción al momento, de su bolsillo sacó su celular y mis ojos brillaron, es como si estuvieras muriendo de hambre en tu casa y tu madre trae tu comida favorita.

—Dime que te sabes el número de Adrien.—continuó, yo asentí con la cabeza.

Me parecía una falta de respeto que preguntara aquello, si fuera por mí diría su número telefónico en mi lecho de muerte pero eso sería muy dramático.

Le dije los datos para hacer la llamada y en menos de un minuto él marcó  para luego colocarlo en altavoz.

—¿Hola?.—sonó una voz apagada.

—¿Dónde estás?.—le preguntó mi supuesto esposo.

Se escuchó un agotado suspiro.

—En el internado de Londre, ¿quién eres?

Solté una pequeña risa por la inocencia de mi querido rubio.

—Que tonto, da su dirección a un desconocido.—dije con gracia.

—¿Marinette? ¿Dónde estás?.—cuestionó de forma desesperada.

Nino esbozó una pequeña sonrisa en su rostro, al verlo no supe a que se debía pero me encogí de hombros.

—Tranquilo, Adrien, todo está bien, estamos en Moscú.—rió por la actitud desesperada de Agreste y le envió la dirección.—Antes de irte debes pagar un precio si quieres verla.—Él calló por un segundo para luego aceptar.—Me traes a Alya.

—Vale, vale lo haré.—dijo un poco más animado.—No te preocupes, Nette, todo saldrá bien. Te amo mucho.

Nino rodó los ojos por las palabras cariñosas de mi chico.

—También te amo.—le respondí feliz.

—Sí, mucho amor.—dijo con sarcasmo el moreno.—Besos en la cola, Agreste, descansa.

Colgó de inmediato, yo parpadeé perpleja por las palabras del castaño. Pero luego solté una fuerte carcajada.

"Tan gay" pensé "Me encanta"

Juro que reí por más de dos minutos sintiendo los ojos asesinos de Lahiffe.

—¿Qué hiciste?.—le pregunté entre risas.—¿Adrien y Alya vivirán aquí?

—Haremos un versión rusa de Jersey Shore. Será Miraculous Moscú Shore.—rodeé los ojos ante su propuesta.—Y por supuesto, aquí no hay seguridad y ahora duérmete.

Le pegué ante su "orden", el chico tan sólo rió al saber que me molestó su manera de responderme. Dormimos planeando todo lo que haríamos, hasta que el ruido del timbre nos despertó.

Nino se talló los ojos con pereza, soltó un sonoro bostezo en cambio yo lucía ansiosa y feliz.

—Abre tú, seguro es el enamorado.—crucé los brazos para luego mencionarle la existencia de Alya.—¡Yo abro!

Se levantó de un salto sin aún ponerse la camisa, y yo corrí tras de él. Y era cierto, se trataba de ellos. No pude soportar más tiempo y me lancé hacia Adrien.

Probé sus labios de forma desesperada, él parpadeó por unos segundos por el asombro para luego seguirme el ritmo del beso.

—¡Consíganse una habitación!.—reí ante la aniñada actitud del de ojos color avellana.

Smoke Girl [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora