|24|

484 44 14
                                    

Comenten >:'v

—¿Por qué nunca se lo contaste a alguien? ¿A tus padres?.—preguntó Adrien alterado debido a mi repentina confesión del pasado.

Encogí los hombros para luego suspirar con pesar.

—Dirían que no era una manera correcta de arreglar las cosas, pero gané tanto poder y respeto cuando actuaba así que un día cuando Anne molestaba a Alya la dormí, y le rapé la cabeza además de eso le tatué en la frente "Soy una perra"

Adrien hizo un gesto de asombro, seguro no se esperaba eso por parte mía.

—Me expulsaron de la escuela y no volví a ir, no pude estudiar criminología y me quedé más sola que el pan con soledad. Alya hizo lo mismo y comenzaron a vivir una vida loca hasta que llegaste tú.—rasqué mi nuca con nerviosismo.—Me gustaste desde el día que te vi, es decir, estabas más bueno que el queso.

El blondo soltó una carcajada por mi broma, me miró directo a los ojos y tomó mi mano con delicadeza.

—Pero no quise dar mi brazo a torcer, así que me metí en la mente que tú solo eras un juego pero tú no eras esos imbéciles que antes había conocido, me enojé cuando me llevaron al internado, cuando te miraba con Chloé estallaba de la ira debido a los celos.

Solté una pequeña risita al pensar en todas las cosas malas que le había hecho a esa oxigenada, recordarlos me traía una sonrisa a mi rostro.

—Nunca me había pasado eso con nadie, era la señal de que empezaba a sentir algo por ti y bueno pensaba que podía deshacerme de ese sentimiento cuando quería pero lo que sentía por ti aumentaba, ni siquiera quise aceptarlo.—sin darme cuenta una pequeña lágrima se deslizó por mi mejilla.—Llegó el momento en que estaba totalmente enamorada de ti y ni siquiera me di cuenta.

Acaricié mi brazo derecho con vergüenza para luego continuar.

—Luego me dejaste y quedé hecha pedazos por lo cual hice esa tontería y me abandonaste, descubrí que era el dolor y estaba perdida causando que empezara a valorar todo lo que había tenido y perdido. Traté de reprimir ese sufrimiento con Nino pero no sentía amor.

Tragué en seco cuando vi que la expresión del Agreste cambiaba a una malhumorada al oír el nombre del moreno.

—Después oí que algo malo pudo haberte pasado y casi muero, lo dejé todo, pero no quería herir a nadie por mis sentimientos.—reí de forma amarga.—Vaya error que cometí, traté de sacrificar lo que sentía pero cuando regresé...

No pude terminar porque ya no podía contener más las lágrimas. En el momento en que mi amado vio la tristeza reflejada en mi faz me acunó en sus brazos.

—Tranquila.—intentó calmarme con mimos, besó con cariño mi mejilla.—No sabes cuanto significa para mí que hayas sido sincera conmigo. Por cierto dime una cosa ¿amas a Nino o a mí? Te ayudaré con cualquiera de todas formas, sólo quiero tu felicidad.

Ese es un verdadero hombre.

—No lo sé, estoy demasiado confundida.—respondí cabizbaja.

—¿Quieres una idea?.—cuestionó, asentí con la cabeza.—Aléjate, dicen que uno sabe lo que tiene hasta que lo pierde y así te darás cuenta a quien quieres cuando lo extrañes.

Quedé pensativa por un pequeño instante, si fuera mayor de edad me casaría con él en este instante.

—Para ser una idea por parte tuya, es muy buena.

Él me fulminó con la mirada y reí por su actitud aniñada, acaricié sus pómulos para intentar hacerlo sonreír.

—Si quieres arreglar todo este malentendido primero debes hablar con Alya.—sugirió.

Smoke Girl [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora