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Salí de la habitación con una sonrisa maliciosa en el rostro dispuesta a llevar cabo mi plan después de haber hablado todo ello con las chicas, observé que Adrien entró en la habitación de Chloé, indignada corrí hasta allí. Me apegué a la puerta para escuchar lo que decían.

—¿Cómo estás, Adrien?.—preguntó de forma melosa la rubia.

—Muy bien, chicas.—respondió el Agreste.—Ahora a dormir. 

Eso es blondo teñido y sexy enseña quién manda en este lugar.

—Adrien, ¿a dónde te llevaste a Marinette después de la cena?.—cuestionó con curiosidad Aurore, la esclava y compañera de habitación de la ojizarca.

Si supiera lo que estuvimos haciendo él estuviera en ese mismo instante en el suelo siendo golpeado y apuñalado por esas dos. Pero la tipa no se daba cuenta que era tan obvio que la misma Chloé le había pedido que le preguntase.

Ridículo completamente ridículo.

—Debía preguntarle unas cosas.—dijo cansino, en el momento en que vio a Sabrina mover los labios supo a que se iba a referir.—Deben dormirse ya.

—Antes que te vayas ¿puedo preguntarte algo?.—noté como sus ojos brillaron con tristeza.—¿Aún me quieres?.—al ver pensativo al Agreste insistió.—Sólo es una sílaba, no es tan difícil decirlo.

Pobre niña desesperada, tus verduras son las únicas que te quieren

—Sí, te quiero.—respondió él.

¡Maldita blonda plástica!

—¿Me das un beso?.—preguntó de forma cariñosa, demasiado patético para mi salud.

Vi como el dudaba pero luego se acercó demasiado a ella.—Ven aquí, mi Chloé.—le pidió Adrien con cariño, me negué a mirar pero escuché su beso.

Lo tomaré pero me ofende muchísimo, muy bien pasivo Agreste jugaré de la misma forma que tú lo haces.

Mis oídos captaron los pasos del de mirada verdosa y me alejé de la puerta, en el instante que esta se abrió caminaba en dirección contraria con la cabeza cabizbaja.

Percibí el sonido de su voz llamándome, siempre fui actriz nata y reina del drama así que fingí unas lágrimas. Volteé a mirarlo.

—¿Por qué estás llorando?.—se acercó a mi preocupado.—No me digas que me escuchaste con Chloé.

Oh vamos, tengo dignidad. Llorar por un hombre es estúpido, si vas a sufrir hazlo por un perro que esas pequeñas criaturas son un pan de Dios.

Arrugué el entrecejo fingiendo confusión, él al verme comprendió que se había confundido.

—Nada, esto dime qué te pasa.—negué con la cabeza, tímida.—Puedes contarme, anda.

—Pero es que debo ir a dormir.—giré mi cuerpo y sonreí a espaldas.

—Si quieres platicamos en nuestra.—se detuvo y agachó la cabeza intentando ocultar su sonrojo.—en mi habitación.—ladeé la cabeza como un cachorro confundido.—Lo digo enserio.

—Sólo déjame ir a decirle a las chicas, no quiero que se preocupen por mí.—él negó con su dedo índice.—Si no les digo podrían ir a buscarme, tu madre las hallaría y nos encontrarían.

—Vale.

Estuvo pensativo por un largo tiempo pero me fui a ver a las demás antes de que Adrien cambiara de opinión. Cuando llegué todas estabas sentadas en una cama, les repasé todo lo planeado sobretodo a Lila.

Smoke Girl [Adrinette]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora