capítulo 1: "you haven't even told me your name"

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-¡Maldita sea! ¡¿Quieres hacer el favor de espabilar de una vez?! No estamos para tonterías, y lo sabes.

Suspiré y cerré los ojos intentando evitar darle una paliza al hombre que tenía que ver cada día.

-Lo siento - fue lo único que pude decir -

-Yo lo siento más. Como sigas así no vamos a tener a nadie decente para presentar, Lorea. Joder. Confié en ti.

Abrí mis ojos de golpe y le miré frunciendo el ceño.

-¿Acaso ya no lo haces?

-No si sigues comportándote como llevas haciéndolo toda esta semana.

Fui a contestarle cuando un chico algo más mayor que yo se acercaba y llamaba a Will.

-Ey Will, siento el retraso es solo que...

-No pasa nada- Will se giró y quedó frente al chico- Vete cambiándote, te quiero fuera en 5 minutos.

El chico me miró una última vez y se fue a los vestuarios. Centré de nuevo toda mi atención en Will.

-Mira, siento estar así pero no estoy en mis mejores días y...

-¿Estás con la regla acaso?

-No.

-¿Entonces?

-Son cosas personales, Will. Solo... dame este fin de semana para tranquilizarme. El lunes estaré como nueva.

Will me dedicó una calurosa sonrisa y no pude evitar abrazarle. Aquel hombre me había visto crecer desde que era un moco, y me conocía como la palma de su mano.

-Te veo el lunes Will. - Dije dándole un abrazo-

Me encaminé hacia los vestuarios cuando vi al chico de antes salir preparado para empezar su turno. Era la primera vez que le veía allí, lo cual se me raro. Todos aquí nos conocíamos, ¿de dónde había salido?

Cuando pasé por su lado, el chico me sonrió más fuertemente que la última vez y ese gesto me congeló. ¿Por qué no paraba de sonreírme? Lo único que fui capaz de hacer fue devolverle la sonrisa, aunque esta no tuviera nada que ver con la que él me había dado.

La mía era distante y seca, mientras que la suya había sido calurosa y amable.

Me metí bajo la ducha y cerré los ojos. Tenía que apartar ese momento de mi cabeza. No me permitía concentrarme y Will tenía razón; yo era lo mejor que él tenía aquí y no podía defraudarle.

Me sequé el cuerpo y me puse mi ropa, pero en vez de dirigirme a casa, decidí salir a ver a aquel chico. Necesitaba saber si era competencia o podría estar tranquila.

Cuando salí dejé mi mochila en una esquina, y me acerqué a Will, que miraba a aquel chico con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-¿¡Tú también!?

Aquel chico tomó aire cuando llegó a su meta y Will le gritó.

-¿Qué es lo que os pasa a todos hoy? - dijo mirándome a mí y después a aquel chico - ¡No os entiendo! ¡Estáis decaídos! ¡Los dos eráis mi mejor opción! ¡Pensaba llevaros a los dos al campeonato, pero veo que debería replantearme esa idea!

Will miró el reloj y fijó sus ojos en aquel chico.

-Nos quedarían 15 minutos, pero no tengo ganas. Continuamos el lunes a las nueve. A las ocho para ti - dijo fijando sus ojos en mí - Espero que paséis un buen fin de semana, y lo digo más en serio que nunca, estamos a un mes de la competición y en dos semanas debo dar los dos nombres. No juguéis con fuego.

Will se fue del local dejándome sola mirando a aquel chico, que seguía con su entrenamiento aunque Will se hubiera ido.

Me quedé mirándole fijamente. Su espalda estaba bien definida, se notaba que llevaba años haciendo este deporte, y por lo que había comprobado antes al cruzarme con él... tenía la sonrisa más bonita que había visto.

-Deberías marcar más los círculos, y no lo hagas con miedo.

El chico me miró extrañado, pero volvió a sonreírme.

-¿Cómo dices?

-Se te nota el miedo. Marca bien los círculos, no dudes antes de hacerlo.

-¿Y por qué debería hacerte caso? Según he oído a Will estás tan mal como yo.

-Pero tú y yo somos los mejores, según he oído a Will - repetí sus palabras - así que no creo que sea nada malo que nos intercambiemos consejos. Simplemente... abre más los brazos y...

-Y marca los círculos. Está bien, lo he captado - me sonrió -

Se sumergió en el agua y salió al momento a flote, para salir de la piscina y seguir su camino al vestuario.

Yo me quedé allí quieta mirando el agua de aquella piscina. Había crecido en ella, y ahora estaba echándolo todo a perder... Yo... bufé. Cerré los ojos y pensé en todo lo que había pasado esta semana. Cada recuerdo de aquella noche me hacía temblar y notaba que mis ojos se aguaban. Pero no podía dejar dominarme por el miedo.

-¿Aún sigues aquí? ¿Acaso estabas esperándome o...?

Miré al chico que ya estaba vestido y miré al reloj. En el fondo no tenía prisa, asique no me molestaba haberme quedado allí pasmada como una idiota.

-Supongo que me he sumergido demasiado en mis pensamientos.

Me levanté para coger mi bolsa de deporte y me dirigí con ese chico a la puerta de salida.

-¿Puedo invitarte a un helado?

No pude evitar sonreír y mirar de reojo a aquel chico, del cual, por cierto, no sabía el nombre.

-¿Y cómo me aseguras que no eres un violador y que solo te gusta engañar a jovencitas sonriéndolas y después invitándolas a un helado?

El chico me miró con cara de susto y negó mientras sonreía.

-Está en tus manos creerme o no. No te voy a obligar a venir conmigo, entiendo que apenas nos acabamos de conocer.

Miré al chico que estaba plantado frente a mí. Sonreí débilmente y seguí con mi camino sin girar a verle. Bajé las escaleras del local, y me giré al verme sola.

-¿Vienes o no? - dije elevando algo la voz para que el chico, que seguía en el mismo sitio que antes, me miraba divertido -

-¿Entonces no crees que sea un violador? - negué divertida - Vaya, que rápido resuelves tus dudas.

-Tu sonrisa te delata.

-¿Mi sonrisa? - dijo bajando las escaleras acercándose a mí.

-Sí. Es sincera. No sé - alcé mis hombros - simplemente llévame a tomar ese maldito helado, ahora tengo ganas. - reímos -

-Ni siquiera me has dicho tu nombre. - dijo el chico cuando volvimos a andar dirección 'el mejor helado del mundo'-

-Ni tú a mí el tuyo.

El chico me sonrió pero no dijo nada.

-Bueno, en ese caso... mi nombre es Lorea. -dije girando mi cabeza para verle y esperar a que él dijera su nombre. - ¿Hola? ¿Piensas decirme tú el tuyo?

-La verdad es que me estaba gustando la idea de ver cómo mantienes el ceño fruncido mientras esperas a mi nombre... pero bueno... supongo que...

-¿Qué? ¿Por qué eres tan complicado? Le das demasiado misterio a todo, empiezo a replantearme que realmente seas un violador.

El chico rio y juré que aquella era la risa más bonita jamás vista. No pude evitar soltar una carcajada al oírla.

-Ashton. - me miró - Soy Ashton Irwin.

Same beat | Ashton IrwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora