Capítulo 24 *Monique*

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Cressy, ¿te casas conmigo?

Ella no se lo merecía.

Cressy, ¿te casas conmigo?

Ella nunca podría ser digna de él porque su familia estaba llena de rufianes, estafadores y gente insignificante como lo era ella. Cressy de ninguna manera podía ser parte de la vida de Michael y menos ser su esposa. Ella no lo amaba tanto, podía estar enamorada o no, pero no merecía, ni en el más remoto de sus sueños era merecedor de él.

Extrañaba a Michael, y el mayor de mis problemas era no haberlo tenido nunca.

- ¿Cuál es tu nombre?

-Michael -respondió sin mirarme en ningún momento.

-No eres muy sociable, ¿o sí?

-No.

Parecía un niño bueno esperando a su mamá para librarle de hablar conmigo. Tenía los ojos perdidos en aquella servilleta llena de letras, no paraba de escribir en ningún momento, debía ser una historia muy interesante o una carta urgente.

- ¿Qué escribes?

-Letras.

- ¿Y tienen un sentido o solamente es para no olvidarlas?

Por primera vez desde la nuestro encuentro me miró, su labios formaban una linea firme y esos ojos tan expresivos parecían ligeramente irritados.

- ¿Cómo te llamas?

-Monique.

-Monique es un bello nombre y amar la libertad una bella virtud.

Me hizo fruncir el ceño sin lograr comprender sus palabras.

-Es el significado de tu nombre, deberías buscarlo.

No agrego más y dio media vuelta dejándome frente al mar abierto. Se había ido, dejando a mi lado una pésima primera impresión, un puñado de malos modales y cierta timidez bastante atractiva.

Me había gustado desde ese momento, quizá me había enamorado tras escuchar su voz por primera vez. Lo amaba y nunca pude decirlo, lo amaba y él nunca había podido amarme, lo intento, se convenció de hacerlo y cuando descubrió la verdad no pudo soportarlo, le dolía no haberme amado, lo había lastimado no solamente por estar con otro hombre, sino por hacerlo creer en mis sentimientos y traicionarlo de esa manera tan vil.

Me sentía desgraciada, incompleta, sin alma. Lo amaba, pero él ya estaba enamorado de alguien más, ya soñaba con alguien más y ella le correspondía completamente. Los veía en la distancia, se pertenecían el uno al otro, pero aun estaban tan lejos.

Los miraba en la distancia tan enamorados el uno del otro, mi rabia era latente, pero amar a Michael, el sentir ese sentimiento tan puro no me dejaba ser egoísta, había llegado a J-K para hacerlo volver conmigo, para tenerlo y no volver a dejarlo ir..., sin embargo, ya era muy tarde, y aún continuaba pensando si algún momento había estadoen su vida a tiempo.

—No pareces muy concentrada, ¿Estás bien?

—Lo siento, señora Jackson.

— ¿Estás bien? ¿Puedes ayudarme con esto?

— ¿De verdad es necesario? Michael es el único de sus hijo que aún piensa en ustedes antes de pensar en el mismo, debería...

—Monique, te traje para intentar inducirlo a encapricharte de nuevo contigo, pero al parecer no funciono. Es hora de tomar medidas distintas.

Él merecía ser feliz, más que cualquiera, había sacrificado parte de su vida intentando maquillar los problemas de su familia, siempre acatando ordenes de sus padres sin entusiasmo o sin replicar, era una buena persona, parecía un pequeño ángel rondando en otras vidas, llenandolas de ilusión, incluso cuando lo conocí mi vida parecía estar llena de color por él, cada día era bueno si al menos podía escuchar su voz al otro lado del teléfono.

—Tal vez debería darle la oportunidad de arreglar su vida por su cuenta, no puede ser tan malo..., cuando se ama...

—Se está en peligro constante. Lisa podría estar con él solamente por dinero, para aspirar a una clase social.

—Pero ella es hija de un compositor, podría llevar una vida despreocupadas sin trabajar por su propia cuenta.

— ¿Crees que ella tuvo alguna relación seria?

—...yo, no lo sé.

— ¿Estuvo enamorada antes de estar con Michael?

—Señora... Jackson.

— ¿Viste a mi pequeño niño destruido alguna vez?

Sabía exactamente a donde iba con esa pregunta.

—Yo lo vi. Su sonrisa se desvanecio, esa alegría genuina emanado de sus ojos era reemplazada por los ojos llorosos, siempre intentando ocultar su dolor. Tu lo viste, fuiste un testigo fiel de como se desmonoraba pedazo a pedazo.

Lo sabía, lo vi, ella me hizo verlo para poder comprender la magnitud del daño causado.

—Lo amo, lo amo y voy a protegerlo mientras pueda, porque esa es una de mis obligaciones como madre —se quedó en silencio y mientras le miraba aquellos ojos castaños tras sus gruesos lentes pensé en él, el pequeño y adorable Michael, era un hombre aun cuando casi cualquiera podía lastimarlo, era frágil, pero no tan frágil como su madre pensaba o su padre lo creía—. Lo voy a proteger así tenga que hacer todo un plan para eso, lo voy a proteger aun cuando deba recurrir a otros recursos, ¿Lo entiendes?

Asentí, sin agregar nada, sin desear hacerlo o tener armas para contradecirla, conocía a su hijo sin importar cuantas cosas pudiera ocultarle. Él tenía una madre, alguien amándolo incondicionalmente e intentando cuidar de él a cualquier costo.

Había tenido suerte al encontrarme con los Fireline, podía no llevarme muy bien con mi hermana adoptiva, pero ellos habían tomado mi patética existencia y la volvieron algo refinado, me dieron la posibilidad de sentirme amada así como agradecida, era una persona distinta y Michael era parte de esa vida mágica iniciando, tenerlo era como comenzar la transición.

—Debería buscar más ayuda.

— ¿De quién? —Frunció el ceño.

—No de mí. Amo a Michael, no como usted tal vez, pero deseo verlo feliz, con su concepto de felicidad y con quien desea feliz.

Me levante de la silla con tranquilidad, dejé la oficina sin esperar a escucharla llamarme, tampoco quise decir nada por su manera de proteger a su hijo.

Y pude respirar, respirar con tranquilidad y algo parecido a la sensación de felicidad. Merecía ser feliz, no sabía si Lisa lo merecía tanto como él, pero si estaba destinado a pasar, así sería.

Soñando Con Los Ojos AbiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora