Capítulo 3 "Planes"

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De todas las personas mirando o incluso de todas aquellas a quienes les hubiera pedido ayuda para mantenerme alejada de Jessica, era esa mujer de cabello rizado y ojos marrones a quien nunca me habría imaginado ahí.

La respiración irregular, de quien unos momentos antes me había golpeado la mejilla, podía escucharse por yodo el lugar sin mucho problema, mientras yo intentaba disipar el ardor de mi piel frotando con mis nudillos, la mujer frente a mí se alejó no sin dedicarme una larga mirada llena de desden. Al parecer la hermana de Michael se había convertido en mi heroína.

-Gracias -dije apenas pude obtener su atención.

-Da igual -dió media vuelta sin detenerse.

Caminé rápidamente hasta poder alcanzarla, no había cruzado palabra con ella desde aquella cena en la casa de sus padres, no parecía estar muy de acuerdo con la relación entre su hermano y yo, sin embargo, el defenderme debía significar algo. Obstrui su camino, esos ojos marrones no me reflejaron con amabilidad.

-De verdad, gracias.

-No lo hice por ti, están en el estacionamiento de la editorial, según los principios morales de cualquiera, no está bien pelear.

-Esa no es una razón suficiente para mí.

- ¿Qué quieres escuchar? Estoy cuidando la mercancía de mi hermano, me agradas. Lo siento, no me agradas, no me interesa si mi hermano está o no contigo, lo hice porque me ensañaron a no pelear, si eso no es suficiente para ti, no me interesa.

Paso a un lado mientras yo solté un suspiro cargado de alguna emoción irreconocible. Los Jackson tenían un encanto bastante incomprendido. Entré a la editorial sin detenerme hasta estar en el ascensor, el ardor de mi mejilla había desaparecido, sin embargo las paredes plateadas me hicieron notar la mano marcada en mi piel.

-Hola -la melodiosa voz de Cressy me hizo volver al presente, intenté sonreír cuando las palabras de Janet Jackson se encontraban repitiéndose una y otra vez en mi mente-. ¿Estás bien?

Pronto y sin darme tiempo de esquivar su mano tomó mi cara para poder mirar de cerca esa marca roja.

-No es nada -retire sus manos escondiendo el rostro ente mi cabello.

- ¿Quién te golpeó, Lisa?

Me quedé sin habla, todas las palabras se esfumaron de mi alcance, no podía dar una explicación de cómo eso apareció en mi rostro.

-Cressy, no es nada, en serio.

-Tienes la mejilla completamente roja a punto de ponerse morada, eso no puede ser nada.

Las puertas del ascensor se abrieron rápidamente, los ojos oscuros de Monique nos observaron con media sonrisa perversa asomándose. Ese era nuestro piso, ella había estado en nuestro piso cuando seguramente nadie había llegado, a excepción de Michael, y la razón para su sonrisa debía ser esa. Me quedé pasmada mirándola entrar con el color rojo vistiendo su esbelta figura.

-Lisa, debemos irnos -me arrastró fuera.

Estaba aturdida por alguna razón, cuando deje ese cuarto de paredes plateadas me sentí incapaz de poder estar al otro lado de mi escritorio leyendo todos esos artículos. La silla me pareció incómoda y lo único claro en mi mente era la voz de mi madre además de un deseo incontrolable por estar entre sus brazos.

No había tenido un mal día desde hace mucho tiempo. Ahora estaba mirando el reloj casi cada minuto, con esperanza de haber pasado las 4 horas reglamentarias para salir corriendo e ir a despejarme por al menos una hora.

- ¿Lisa? -no sabía cuánto tiempo había estado ahí parada frente a mí, pero sus ojos castaños se disculpaban por haber goleado la mesa intentando llamar mi atención.

-Hola, Yara.

-Lo siento, Lisa.

-Tranquila -tragué saliva con dificultad intentando ocultar esa parte de mi cara aún doliendo-. ¿Qué ocurre?

-Michael desea ver la edición del último número, ¿Puedes llevarlo?

-Claro.

Tomé los reportes caminando ese par de metros con premura para evitar las miradas de todas mis compañeras, en especial Jessica, cuando la puerta de madera se cerró toda la luz de su oficina me hizo sentir más aliviada.

-Traje los reportes.

-Acercate.

Con los pies pegados al suelo hice un intento por comenzar a caminar, paso con paso sentía el aire abandonarme los pulmones, él no pasaría desapercibido aquel golpe o al menos eso estaba esperando.

-No vas a creerlo -comentó en un tono divertido-, me encontré... -guardó silencio, respiró profundo dejando su escritorio aún lado, se posicionó frente a mí mirando de cerca la cosa en mi rostro-, ¿Fue ella? ¡¿Fue ella?!

-No vale la pena, no importa.

-Tienes un moretón en la cara, ¿No importa?

-No necesitas hacer de esto un problema más grande, por favor.

- ¿Yo haré el problema más grande? -frunció los labios.

-Sí, todo esto es por ti.

- ¿Por mí?

-Porque esa chica al parecer está loca por ti, no la llamaste después del tercer día y nadie merece tu atención más que ella. Me golpeó, lo hizo por ti, por nuestra relación porque al parecer no te has acostado con nadie más en al menos seis meses... Porque soy tu novia -la voz se me apagó.

Lo sabía, sabía exactamente la razón por la cual estaba ahí a nada de llorar frente a él por segunda vez.

-Lee los reportes y listo.

-Lisa.

-Estoy bien, te veré después.

Salí de su oficina tan rápido como me fue posible, tomé mi bolso para salir de la editorial y caminé un par de calles, estaba alterada, al parecer todas las hormonas dentro de mi cuerpo hacían una fiesta intempestiva. No era una persona normal, nunca me agradó ser tomada como tal, había tenido una buena vida sin complicaciones, sin molestias, sin pensar en otro amor luego de Danny, sin necesitar a nadie a excepción de mi madre... Pero ahora estaba él, con su sonrisa, con esos ojos y la esperanza de regalarme algo lejos de todo aquello conocido para mí.

Terminé por sentarme en una mesa para dos cuando mi compañía no llegaría nunca.

-Los planes no siempre se mantienen en pie, ¿Cierto?

Su odiosa voz, su maldita y odiosa voz.

- ¿Puedo sentarme o Michael viene contigo?

Monique, como si no fuera suficiente castigo estar ahí sola debía aparecer ella para fastidiar mi día aún más, si eso era posible.

-Al parecer tu bolso es el accesorio de hoy, ¿Dejaste a Michael en el perchero?

-No tengo ganas de hablar contigo, si continúas...

- ¿Vas a dejarme la mejilla como Jessica hizo?

-Estoy harta -me levante de la mesa.

-Espera, yo únicamente deseaba hacer mi buena acción del día. No necesitas escucharme, sin embargo, esto podría ser un beneficio para ti.

Su manera de sujetar mi mueca fue sutil, la mejor forma de liberarme de ella era escuchar sus estúpidos argumentos para olvidar todo.

-Te escuchó.

-Tu adorado novio tiene un plan. Estructurarlo no le llevo mucho tiempo, y tenerte tampoco. Eres su novia por una simple razón, su padre le dió un ultimátum, si no podía encontrar a alguien para compartir el resto de su vida entonces lo haría por él, junto un par de candidatas dispuestas a darle una vida feliz sin muchas complicaciones, pero Michael es rebelde -hizo una pausa para examinar mi reacción a sus palabras. Me mantuve al margen sin hacer expresión alguna para darle tiempo de burlarse en mi cara-. Él va a casarse contigo, eres su novia como parte de ese plan en dónde le da a sus padres el gusto de verlo caminar por el sendero del matrimonio, y él no renuncia a su vida de placeres. ¿Te gusta el plan?

Soñando Con Los Ojos AbiertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora