Entre nosotros y el destino

Capítulo 15

Brayden

Lo que le he dicho es la total realidad.
Todavía le quiero, todavía me importa y todavía siento por ella lo que jamás nadie a despertado nunca en mi. Encendió mi corazón el cuál era de hielo, le dio color a mi vida gris y despertó algo en mi que jamás pensé que tenía y llevaba dentro.

¿Cómo puedo olvidar a una persona que me hizo revivir cuando estaba muerto en vida?

La veo sentarse al lado de Mel y de Lander, me mira pero en seguida retira la mirada incómoda. Lleva el pelo recogido en un moño dejando ver su rostro.

—¿Y qué tal tu vida, Alle?
–escucho que le pregunta Lander.

Mi mirada se despega de Cody quien está hablándome sobre alguna tontería y me centro en su conversación. No estamos tan lejos y puedo escuchar perfectamente lo que están hablando.

—Bastante bien.
–sonríe.

—¿Has conocido a alguien.. nuevo?

Alle frunce el ceño ligeramente y dobla la cabeza confundida.

—¿A qué viene esa pregunta?
–dice soltando unas risitas.

—Sólo curiosidad. Si te molesta, no hace falta que respondas. No te sientas presionada.
–dice en una sonrisa.

—No pasa nada, Land. He conocido a una persona, pero no estamos saliendo ni nada de eso.
–ríe.

¿Land? ¿Desde cuándo le llama Land?

Ha conocido a una persona, por eso mismo me ha rechazado, por eso mismo se ha separado de mi, por eso mismo no quiere estar a mi lado.
Está conociendo a alguien más, seguramente al gilipollas que trajo a la fiesta en la playa el otro día.

Tengo tantas ganas de romperle la cara.
Tengo rabia acumulada.

—¿Es Beck, no?
–dice guiñándole un ojo.

Ella se pone roja y agacha la mirada.
Joder, es ese, claro que sí.

—Podría decirse que si.. es buen chico, nos llevábamos bastante bien. Aún es pronto para decir si nos gustamos o no.
–sonríe.

Esas sonrisas.
Esas mejillas rojas.
Esa sonrisa tonta que le sale cuando habla de ese cabrón.

Joder, la estoy perdiendo y otro se la está llevando.

Retiro la mirada de ellos y me levanto de golpe del sofá agarrando el paquete de tabaco y andando lejos de donde ellos se encuentran, frente a la piscina, frente a la luna que ahora nos alumbra en el oscuro cielo.
Y me siento tan identificado, el cielo casi negro, con pequeñas estrellas que apenas se ven si no te fijas bien en ellas. Con la luna en medio del inmenso cielo oscuro, sola, ahí arriba.

A los pocos minutos siento una mano acariciarme mi espalda. Me coloco el cigarro entre los labios y miro de reojo a la persona que está mi lado; Mel.

—Sé que quieres estar solo, pero también sé que quieres compañía.
–dice sonriendo.

No digo nada.

Acerco la llama de fuego al cigarro prendiéndolo y dándole una calada. Mel agarra el paquete de tabaco quitándomelo de las manos y prendiéndose uno.

—Sé lo que te pasa. Alle me ha contado algo por encima.

Miro hacia ella y elevo una ceja. Retiro la mira clavándola de nuevo en el cielo y suspiro.