Capítulo 47

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Me siento en uno de los taburetes de la isla de la cocina, agarrando el vaso de zumo de naranja y dando un pequeño sorbo mientras que observo el móvil el cual descansa sobre la isla apagado.
Son las nueve de la mañana, en Rusia debe de ser ahora mismo por la tarde.
Supongo que Brayden debe de estar en alguna reunión o haciendo algo importante. No puedo molestarle, pero necesito contarle esto, no puedo alargarlo por más tiempo.

Suspiro y alargo el brazo para tomar el móvil.
Trago en seco y lo desbloqueo, mirando en contactos buscando el nombre de Brayden y apretando su chat, me dispongo a escribirle;

'Hola amor, tengo que contarte algo. Lo he estado alargando porque no sé cómo hacerlo y es algo que me dejó un poco en shock, cuando puedas, llámame'
Enviado a las 09:13 pm.

Busco en contactos el nombre de Mel, le envío un mensaje y nuevamente bloqueo el móvil dejándolo sobre la isla.

Agarro el vaso de zumo y me levanto del taburete caminando hacia el comedor sentándome en uno de los sofás con la espalda apoyada en el respaldo de éste y mirando hacia la televisión la cual está apagada.

Tengo tantas cosas en mente, tantas preguntas que consiguen que mi cabeza duela de darle tanta bola a todo. Cierro los ojos por milésimas de segundo intentando apagar mi mente y dejarla en blanco, cuando el ruido del timbre de la casa hace que los vuelva a abrir y bombardee en mi cabeza.

Suspiro pesadamente y me coloco de pie caminando hacia la entrada a paso lento, hasta llegar a la puerta principal. Agarro la manivela y abro la puerta, cuando aparece Mel y Alex al otro lado.

¿Alex? ¿Qué hace aquí?

La última vez que le vi fue el día de la boda de Derek, no volví a saber más de él. Ni un mensaje, ni una llamada, ni un encuentro por algún lado casualmente.

—Hola.
–murmuro mirando a ambos.

—Hola Alle.
–contesta Alex antes que Mel.

Mel me saluda con un beso en la mejilla y pasa al interior de mi casa. Alex me saluda con un rápido abrazo de tres segundos y me pide permiso para entrar. Asiento con la cabeza y entra cabizbajo por un lado mío.

Cierro la puerta y giro sobre mis talones para caminar hacia el comedor donde están ellos esperándome sentados en el sofá.

—¿Qué hacéis aquí?
–pregunto cruzándome de brazos.

—Venía hasta aquí para pasar el día contigo y me he encontrado con Alex de camino y ha querido venir aquí.

Asiento con la cabeza no muy convencida y deshago mis brazos caminando hacia donde están ellos, sentándome en el sofá al lado de Mel.

—No tenía pensado venir aquí, no quería ponerte en una situación incómoda. Pero Mel insistió y bueno, acepté porque quería verte para despedirme.

—¿Despedirte? ¿A dónde vas?
–pregunto confusa.

No estoy enfadada con Alex ni mucho menos.
Es un chico increíble y un muy buen amigo, pero no hablamos desde la boda de Derek y la amistad entre el y yo este tiempo no ha estado demasiado comunicada cómo hace un tiempo atrás.
Hemos estado distanciados por equis razones y la pelea que había entre Brayden y él tampoco es que ayudase demasiado, aunque por suerte, lograron hablar sobre el tema y más o menos llegan a soportarse.

Pero me sorprende que Alex vaya a irse. Es mi amigo al fin y al cabo y le voy a extrañar si se va demasiado lejos.

—¿Te acuerdas que una vez te conté que si algún día me iría s otro país, sería a Francia? –asiento con la cabeza– pues allí voy, voy a irme para siempre. Por eso quería despedirme de ti, no sé cuándo volveré.

Entre nosotros y el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora