Capítulo 48

9.8K 310 76
                                    

Alle

Han pasado dos semanas desde que Brayden volvió a casa de nuevo, por sorpresa, sin esperarlo para nada.
Le echaba muchísimo de menos y extrañaba pasar tiempo con el, estar abrazada a él y dormir juntos.
El lado vacío de la cama se me hacia cada vez más doloroso y odiaba el hecho de estar tan separada de él y a tantísima distancia de por medio.
Le necesitaba, necesitaba de él y su cariño en los momentos que peor lo estaba pasando física y mentalmente. Estaba agotada por pensar en el por qué pasan y ocurren algunas cosas que no queremos que pasen, no me sentía segura y estaba triste la mayor parte del tiempo.

Estas semanas hemos estado juntos.
Hemos estado con nuestros amigos, hemos hecho planes y nos hemos dado todo el amor del mundo.
Estábamos juntos a cada rato y a cada momento, estamos mejor que nunca, mucho mejor que hace un mes. Con mucho amor por darnos, con muchas cosas que contarnos.
Él ha tomado un tiempo de descanso al ser uno de los jefes y yo estoy teniendo unas semanas de descanso por todo lo ocurrido el mes pasado y disfrutando de cada momento junto a mi novio.


(Flashback)

Busco las llaves entre mi bolso y al tenerlas, abro la puerta de casa. Por fin llego a casa después de haber estado toda la tarde fuera.
Mel y Arthur me insistieron en que les acompañara a dar una vuelta al centro comercial para despejarme y así no estar sola en casa pensando, saben que éstas semanas han sido duras para mi por la noticia del bebé y sobre todo el tener a Brayden tan lejos, y finalmente me animé para ir con ellos, aunque no tenía demasiadas ganas de ir.

Últimamente me canso demasiado y todo el día me encuentro como si estuviera cansada y de vez en cuando, siento alguna náusea y mareos leves, los cuáles consigo controlarlos con caramelos y bebiendo mucha agua.
Según me contó mi doctor, si sigo sintiendo los síntomas es que todo va bien. Aunque eso no quita que pueda haber algún riesgo.

Suelto un suspiro y cierro la puerta tras de mí después de haber entrado en casa, camino por el pasillo hasta llegar al salón el cual está a oscuras. Enciendo las luces y para mi sorpresa, aparece una chaqueta negra de polipiel encima del sofá.
Frunzo el ceño y dejo el bolso sobre el sofá, agarrando la chaqueta. Cuando de repente un olor familiar invade mis fosas nasales, huele a él. 

Pero, ¿qué hace aquí?
No recuerdo haber sacado ninguna chaqueta de Brayden, ni recuerdo que estuviera aquí antes de marcharme.

Miro hacia mi alrededor buscando a alguien, Brayden o Marlon, pero no hay nadie. Él no está. Suelto un suspiro pesado y dejo la chaqueta en el mismo lugar, preparada para girarme e ir hacia la cocina cuando de repente, escucho toser a alguien fingidamente y después siento algo posarse encima de mi hombro derecho.
Un grito escapa de mi garganta y me giro bruscamente hacia atrás esperando encontrarme a alguien, cuando sus ojos pardo y su amplia sonrisa me reciben. Tiene el pelo algo despeinado, una sonrisa amplia en el rostro y un ramo de rosas rojas y blancas en su mano.

Llevo mis manos hacia mi boca sorprendida por verle después de un largo y duro mes, y me tiro hacia el abrazándole. Sus fuertes brazos rodean mi cuerpo y mi cintura apretándome contra el, riendo, y agarrando mi rostro con su mano mirándome fijamente a los ojos.
Lágrimas caen por mis mejillas por la emoción de volver a verle después de tanto tiempo. Brayden me sonríe y con su pulgar retira las lágrimas, aplastando sus labios contra los míos besándome con pasión y ternura.

—Te he echado tantísimo de menos...
–murmuro al separarse nuestras bocas.

—Yo también, amor. No sabes cuánto.

—¿Cuándo has llegado? ¿Por qué no me has avisado?
–pregunto nerviosa.

Tomo el ramo de rosas que Brayden tiene agarrado y las llevo hacia mi nariz oliéndolas. Sonrío y le doy las gracias por las hermosas rosas, mirándole a los ojos esperando una respuesta de su parte.

Entre nosotros y el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora