Capítulo 46

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Brayden

A tan solo un día de viajar a Rusia no me esperaba ésta noticia, me ha pillado totalmente por sorpresa.
No era algo que estaba en mis planes, no en mucho o demasiado tiempo. Nunca había pensado que esto podría ocurrir, al menos, no en éste momento que todo va medianamente bien con el trabajo y la relación con Allegra va mejor que nunca.
Hacia tiempo que no estábamos tan bien, sin discutir, una relación sana, apoyándonos y queriéndonos como nunca.

Estamos en nuestro mejor momento y ahora enterarme de esta noticia... no es algo por lo cual me sienta feliz. Tampoco lo voy a negar, es mi hijo, nuestro bebé y ahora que sé que está en proceso un poco la idea me gusta.
Pero no voy a mentir y decir que estoy felizmente con esta noticia y que estoy que me subo por las paredes de la felicidad. Sé que a Allegra tampoco le ha gustado y que a ambos nos ha llevado una gran sorpresa, sabemos lo que había si no tomábamos precauciones, pero teníamos todo bajo control.

Agarro la tarjeta de la habitación y junto a Lander caminamos hacia las habitaciones.
A penas he hablado durante todo el viaje, tenía la mente hecha un auténtico caos y lo que menos quería era hablar. No es que estuviera de mal humor, pero solamente quería estar en silencio sin hablar con nadie y pensando en la situación que nos va a tocar vivir y que cambiará nuestras vidas.

Lander no me dice nada, entra a su habitación y antes de cerrar la puerta me hace una seña con la cabeza a lo que se la devuelvo y cierro la puerta tras de mi. Camino arrastrando la maleta dejándola a un lado de la cama, saco el móvil de mi bolsillo encendiéndolo y busco en contactos el nombre de Allegra.

Sé que a estas horas ella debe de estar durmiendo, la diferencia horaria es bastante. Pero quiero enviarle un mensaje para que sepa que he llegado bien, Alle se preocupa demasiado y antes de irme me había pedido que por favor le escribiera cuando llegara, que le daba igual si le despertara.

Suelto un suspiro y me dejo caer en la cama.
Son las once de la mañana y el jetlag se está haciendo notorio. Estoy cansado y en la mierda.

'Ya he llegado amor, estoy en el hotel. Cuando despiertes hablamos, te quiero.'
Enviado a las 22:29 pm.

Bloqueo el móvil dejándolo encima de mi abdomen, mirando hacia el techo blanco, cierro los ojos cuando escucho el móvil vibrar.
Frunzo el ceño y agarro el móvil encendiéndolo y miro las notificaciones; es Alle.

'No podía pegar ojo pensando en si habías llegado bien. Gracias por avisarme amor,
descansa, te quiero'
Alle a las 22:31 pm.

Le respondo con un: "mañana hablamos" y bloqueo el móvil dejándolo sobre la mesita de noche.

Me levanto de la cama agarrando el paquete de tabaco y saliendo a la pequeña terraza de la habitación. Prendiendo el cigarro y apoyándome sobre la barandilla mientras que miro las vistas y fumo tranquilo. Hace frío, bastante frío, pero dentro de la habitación no se puede fumar.

Pienso en Alle, en el bebé, en mi trabajo y en la vida que nos espera de ahora en adelante.
Ella tiene veinte, yo tengo veinticuatro y todo esto lo veo demasiado precipitado. Es una aventura que sé que nos va a costar demasiado y que nos va a costar hacernos a la idea y afrontar la realidad y sé que no va a ser nada fácil.

Tengo la cabeza que me va a explotar.
Estoy pensando demasiado en nuestro futuro y en un futuro cuyo planes tal vez no se den porque lo primordial es el bebé, como es obvio.

Estar un mes aquí y alejado de cierta manera de la vida de Estados Unidos, quizá me ayude para deshacerme de ideas y crear otras. De hacerme ver la realidad del asunto y de la vida, de dejarme la mente clara y tener suficiente tiempo para pensar en todo.

Entre nosotros y el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora