Entre nosotros y el destino

Capítulo 19

Durante estas dos semanas he visto a Brayden en dos ocasiones. Un día fue en la casa de Mel cuando fui a pasar la tarde con ella y otro día cuando quedamos todos a tomar algo por la noche y después ir a algún pub.
No pasó nada entre nosotros, hablamos y bailamos pero cada uno seguía a su rollo y hablando con más personas. Sin celos, sin rabietas de niños pequeños, solo como amigos.
Y me sentí muy cómoda y muy bien, pensaba que estar tranquila con Brayden era misión imposible y menos cuando él me veía hablar y bailar con otras personas y entre esas personas habían dos chicos, un compañero del instituto y Lander.

Me sirvo zumo de naranja en el vaso y me siento en la mesa de la cocina. Agarrando una de las tostadas poniéndole mantequilla por encima y llevándomela a la boca para darle un mordisco.

—Entonces, dices que te has vuelto a ver con tu ex. ¿Y habéis hablado?
–pregunta mi hermano mirándome y mi madre me mira expectante.

He venido junto a mi hermano a visitar a mis padres.
Venimos todos los domingos a comer y estar la tarde con ellos de día familiar, todos los domingos que son los que no trabajan y no se tienen que ir por asuntos de trabajo.

Mi padre está en el comedor viendo la televisión, y en la cocina estamos mi hermano, mi madre y yo desayunando.

—Sí, nos hemos visto algunas veces.. y no ha pasado nada entre nosotros. Solo hemos hablado unas cuántas veces.
–murmuro.

Mi madre me mira fijamente alzando ambas cejas llevándose el vaso de zumo hacia los labios.

La relación que tengo con mi madre es muy cercana, suelo contarle bastantes cosas de mi vida incluida cosas con Brayden. Obviamente no intimidades que he tenido con él o cosas similares, pero si lo del beso de la piscina, el beso de la otra vez y cuando baile con él el otro día.

Mi hermano no sabe nada de eso y tampoco quiero que se entere. Básicamente porque no quiero que me de otro sermón diciéndome que Brayden es un gilipollas y prohibiéndome que me acerque a él.
Sabe el daño que me ha hecho y aunque alguna vez haya hablado con Brayden, todavía tiene una espinita clavada del daño que le causó a su hermana pequeña.

—Así me gusta.
–dice echándome una mirada y después desviándola hacia su móvil dando un trago a la taza de café.

Miro a mi madre en miradas cómplices y ella alza ambas cejas y yo hago lo mismo, riéndonos y retirando la mirada una de la otra. Y seguimos desayunando tranquilamente.

[...]

Un mensaje hace que mi móvil vibre. Frunzo el ceño, no sé quién puede ser, no esperaba ningún mensaje por ahora y menos a las doce de la noche.

Desbloqueo el móvil y me encuentro con un mensaje de Brayden. Mi estómago se encoge por algún extraño motivo y abro el chat leyendo el mensaje;

'Hey, estás dormida?'
Brayden a las 00:10 am.

Tardo unos segundos en contestar, pensando y leyendo el mensaje como por cinco veces seguidas hasta que al final tecleo la respuesta.

'Hey, no, estoy despierta. ¿Por qué?
Envidiado a las 00:11 am.

Su repuesta tarda microsegundos en llegarme, cosa que me sorprende viniendo de él.

'Por si querías hablar un rato. Me apetece hablar contigo'
Brayden a las 00:11 am.

Mi estómago se vuelve a encoger y por algún motivo siento algo dentro de mi estómago revolotear. Hacia tiempo, demasiado tiempo, que no sentía estas cosas y se me hace muy extraño.