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−Entonces el estoy a punto de encestar la pelota−cuenta Louis mientras Niall y yo fingimos escuchar−y el hijo de puta de Gordon Ramsay se atraviesa justo en el último minuto.

−Espera, ¿qué? −Niall levanta la vista de su teléfono y lo mira confundido.

−¿Gordon Ramsay? −pregunto.

−Si, se atraviesa y evita que haga mi última anota...

−¿No es el gritón del programa de cocina? −Niall vuelve a interrumpir.

Louis asiente como si no fuera la gran cosa−. Louis, Gordon Ramsay no estaba en tu juego de baloncesto−digo.

−En mis sueños, lo estaba.

−¿Estás diciéndome que has estado contándonos un sueño todo este rato? −cuestiona el rubio.

−Si, ¿no lo dije al principio?

Niall suelta una carcajada mientras yo me acerco y le doy un golpe en la nuca a Louis. Menudo idiota.

−Muy bien, señoritas, debo ir a clases−me despido−nos vemos más tarde.

Me levanto del césped en el que estábamos matando el rato y me dirijo al interior del edificio para mi siguiente clase. Metodología e investigación. Un dolor de culo, si me lo preguntan.

Entro al salón con el profesor pisándome los talones, y me mira mal porque llego tarde. Aunque no tan tarde como él.

Cuando me giro para sentarme lo primero que noto es que la chica conejo está en medio del salón. ¿Y ahora qué?

Quito mi vista de ella cuando sus ojos chocan con los míos y veo el principio de una sonrisa. ¿Ahora quiere sonreírme? Que se vaya a la mierda.

Me siento en el primer puesto que tengo libre y dejo transcurrir la clase sin prestar la mínima atención. Garabateo en mi libreta alguno que otro dibujo y reparo en ella por un momento. Estoy unos cuantos puestos más atrás, por lo que solo puedo ver su espalda y cabellera.

No tiene el cabello muy largo, observo. Sus ligeros bucles castaños apenas rozan sus hombros y otra vez está recogido a la mitad, excepto que esta vez es por una trenza y no un moño. Su camisa es blanca con lunares negros y puedo ver sus zapatos gracias a sus pies torcidos debajo de la silla. Son plateados brillantes, como los que alguna vez usó Sinatra.

¿Por qué está aquí? ¿Acaso también estudia antropología como yo? Incluso siendo así, estoy más avanzado que ella. ¿No debería tener su propia clase?

Debió sentir mi mirada sobre ella como el acosador que soy, porque gira disimuladamente sobre su hombro y me cacha mirandola. Desvío la mirada y puedo escucharla reír bajito.

−¿Algo que quiera compartir con la clase, Señorita Williams? −la mira severamente el profesor.

−No, señor, lo siento−dice sin una pizca de nerviosismo−. Perdone si he interrumpido su lección.

Pedante.

−Recuerde porqué está aqui, señorita Williams, no querrá poner en juego el nombre de su abuelo.

El profesor−cuyo nombre no puedo recordar−continua dando su aburrida clase y veo como ella se encoge de hombros. ¿Ahora que le pasa?

El chico a su lado le pasa una nota y ella la toma, la lee y le regala una sonrisa de esas que se la pasa repartiéndole a todo el mundo. Arrugo el entrecejo.

Maldita Kathy.

Me paso el resto de la clase viendo al empollón pasarle notas a Kathy cuando el profesor está distraído y maldiciendo por dentro. La rabia de verla agitar sus ojos en coquetería hacia él comienza a subir por mis manos hasta mi cuello, y mi mandíbula se tensa con solo mirarlos compartir un borrador.

Scary Love [HS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora