Scary Love [HS]

12

Llegamos y prácticamente corro hasta una ducha para quitar este horrible olor a sangre y sudor de mí. En la camioneta vine solo con Matt porque Kat ya estaba acomodada con Louis y los demás, y no quería que soportara mi espantoso hedor. Además, iban a parar para comprar algunas cosas.

Tengo llave de la casa de Louis desde hace tiempo, porque a veces paso alguna que otra noche. El lugar es tan grande que hasta tengo una casi habitación designada. Lo mismo pasa con Niall.

Sarah, la hermana de Louis, también vive allí, pero su trabajo de comentarista de restaurantes de moda no la deja pasar mucho tiempo en casa.

Dejo a Matt abajo acomodando todo y después de un rato escucho a los otros llegar. La música suena, el patio comienza a llenarse y luego me doy cuenta de que me he pasado más de media hora arriba. Estoy adolorido.

Me coloco un jean negro y una camisa negra, también, que dejé aquí la última vez que vine. Momentáneamente pienso en mi sudadera y que todavía esta en el poder de Kat. Sacudo la cabeza.

Cuando bajo por fin las escaleras todo el mundo grita y aplaude, de nuevo. Reconozco a varios chicos del público y Louis me pasa un vaso rojo.

—Esta gente es la hostia.

Localizo a Kat sentada en el mueble de la sala, viendo hacia mí como todos los demás. Su expresión tímida encoge una parte en mi pecho y abro los brazos sin pensarlo dos veces. Ella corre y se lanza contra ellos como si fuera lo mas natural del mundo. Quizás así sea.

—Hola—me saluda.

—Hola.

—¡Por La fiera Styles! —grita alguien, y todo el mundo alza su bebida hacia mi. Hago lo mismo para ellos—¡Para que siga pateando traseros!

La gente aplaude y yo ruedo los ojos, ni siquiera conozco a la mitad de estas personas.

—¡Que siga la fiesta, maldición! —la voz de la amiga de Kat retumba y todos gritan cuando la música se reanuda.

—Ven, vamos a sentarnos.

La llevo de vuelta al sillón donde varios chicos están reunidos. Al parecer no hace falta que la presente, porque todos le sonríen cuando llega. Que carajos, no sabía que esta gente sabe sonreír.

—Aquí tienes, Kathy—Niall le pasa un vaso y ella lo toma cortésmente, aunque no se lo acerca a los labios. La conversación en el grupo no tiene la mínima lógica y no me interesa en seguirla, así que me recuesto un poco mejor en el sillón e intento relajarme. Tanto como se pueda con Slipknot gritando por los altavoces.

—¿Estás bien? —Kat pregunta a mí lado.

—Si, ¿y tú?

—¿Por qué no estaría?

—Bueno, aun no has tocado tu bebida.

Ella la mira y arruga la nariz. La chica conejo está devuelta—. No se si sea buena idea, considerando lo que pasó la última vez.

Me entran ganas de reírme ante el recuerdo pero consigo decir serio—. No es la gran cosa, Kat, solo tienes que saber a que vienes—ella me mira confundido y yo le explico—. Si quieres emborracharte hasta la cuba, entonarte o solo beber agua está bien, solo tiene que ser tu decisión. No te dejes convencer por nadie de hacer nada que no quieras.

Ella me mira por un largo rato y me veo tentado a bajar la vista. Algo en ella siempre hace que me sienta expuesto, y no me gusta para nada. Después de analizarme hasta la muerte, observo las comisuras de su boca elevarse de manera encantadora—. Bien, entonces no creo que beber un poco haga daño.