Scary Love [HS]

34

Esas pastillas para el dolor me nockearon, pero por fin consigo despertar. Una luz brillante entra por la ventana y maldigo, porque me duele jodidamente todo. No hay señales de Kat por ningún lado, lo que me hace refunfuñar.

Que bueno es despertar.

Escucho ruidos abajo en la cocina y hago mi mayor esfuerzo en levantarme. Joder, que dolor.

Necesito un momento para recuperarme de los mareos que me asaltan. En mis oídos escucho la sangre agolparse.

Finalmente y entre muecas llego a la cocina, no sin antes parar en el baño. No había mucho que pudiera hacer con mi aspecto demacrado, pero bueno.

Ellos no me notan cuando llego. Le veo la espalda a Niall y Louis, que están sentados en la isla de la cocina y se ríen de algo que ha dicho Kat. Ella está de pie frente a ellos, cocinandoles el desayuno. ¿Por qué carajo sigue usando ese conjunto? Me aclaro la garganta malhumorado y todos voltean a verme.

Kat sonríe al verme, pero luego se pone seria.

—¿Qué haces levantado? El doctor dijo que no puedes...

—Mira quien apareció—me sonríe Niall—, y luciendo más encantador que nunca−Louis me alza su licuado en saludo y yo regreso mi vista a Kat, que luce molesta.

−Tenía hambre—me excuso.

—Podrías haberte esperado a que subiera tu desayuno. Aun no lo termino.

—Ya, ya—interviene Louis—. Deja que se siente.

Ella se acerca a mí y me ayuda a sentar, como si yo fuera un puto inválido. No me quejo, me gusta me ayude aunque esté cabreada.

—¿Quieres que te traiga un cojín para la espalda? —los bancos altos en los que nos sentamos tienen un espaldar de tubos que no me resultan incómodos, pero asiento hacia ella. Kat se da la vuelta y sale de la cocina.

—Escuchen, hijos de puta—les susurro cuando ella se ha ido. Ambos se sorprenden divertidos—. No quiero ver a ninguno de los dos viéndole el culo o las tetas a Kat.

—Ah, hermano, no seas así—se queja Niall—. Yo estaba disfrutando bastante de la vista antes de que llegaras.

—Voy a darte una paliza—lo reto molesto.

—Oh, si, se nota que puedes—se burla. Maldito—. Ya, ya, está bien.

Kat regresa un segundo después con un almohadón y lo coloca tras mi espalda. Me quejo un poco, mitad mentira mitad verdad, y ella regresa su vista a la comida.

—Marica—me susurrra Niall con tono burlón.

Kat me pasa un tazón de avena caliente, una torre de panqueques y fruta picada. A los chicos les sirve tortillas y pan tostado. A pesar de que todos los aderezos están sobre la mesa, me pregunta si quiero miel, nutella, o jalea en mis panqueques. Cuando me muestro indeciso ella comienza a aplicar uno de cada uno por separado.

—Yo también quiero avena—dice Louis con la boca llena de comida.

—No, lo siento. Solo había suficiente para Harry.

Louis frunce el ceño—. Esta es mi casa, si había avena suficiente era para mi, no para Harry.

—Si, bueno—Kat rellena un sándwich con jamón y queso amarillo—. ¿Tu sufriste una contusión? ¿Tienes algun brazo lesionado? —Louis baja la vista—. Eso creí. Sigue comiendo tus panqueques.

Le doy una sonrisa gigante a Louis cuando refunfuña y yo me llevo una cuchara de avena a la boca. El sabor de la victoria.

Se que el sándwich que está haciendo es para mi cuando le echa mostaza. Kat odia la mostaza, y sabe que yo la amo.