Scary Love [HS]

15

El dolor de cuello va a matarme.

Me despierto entumecido por el malestar en mis extremidades y deseo estar muerto por el tiempo en el que me toma destensarme. Maldición, nunca duerman en una cosa de estas.

Lo primero que noto es que Kat no está, y el desastre tampoco. Sigo en la biblioteca del abuelo de Kat pero estoy solo ¿Qué hora es? Tomo mi teléfono de la mesa y noto que son las diez de la mañana. Joder, leí por ahí en algún sitio que es de mala educación levantarse tarde en casa ajena, pero la mierda ya está hecha.

También noto que tengo tres mensajes.

De: Chris

¿Vienes esta noche?

De: Rick

Papá está preguntando por ti, donde carajos estás?

De: Robert

Trae tu culo a casa en este maldito instante.

Algo habrá pasado y algo que seguramente va a costarme muy caro, pero no se de donde sale la repentina valentía que no me deja contestar. Sea lo que sea, puede esperar a que regrese mañana.

Seguramente no puede esperar pero de nuevo, la mierda ya está hecha.

Me levanto y sacudo un poco mi ropa. Pienso en mandarle un texto a Kat y preguntarle donde coño está, pero prefiero invertir mi tiempo libre en asearme un poco. Soy un puto indigente en la casa de mi investigador favorito.

Me cuesta un poco no perderme en este laberinto de pasillos y habitaciones, pero finalmente llego a la de invitados sin toparme con nadie en el camino. Tomo mi bolso y ahí mismo hay un baño, así que me ducho rápido y me cambio por un pantalón negro ajustado y una camiseta del mismo color. No hay mucho que pueda hacer con mi cabello, así que solo lo estrujo en la toalla y lo dejo como está.

Salgo de nuevo y no se muy bien a donde dirigirme. Joder, en casa de los Browns nunca pasa esto, solo me muevo por donde quiera.

Encuentro a Kat del otro lado del vidrio cuando llego a la sala del piano y la veo en el patio con Sylvester. Ella no nota que estoy viéndola, así que me quedo ahí observándola, como siempre lo hago. A veces creo que la miro demasiado.

¿Pero como no voy a hacerlo, cuando ella parece ser lo único bueno que tengo para mirar?

—Es linda, ¿verdad? —Theodore hace que me sobresalte cuando se coloca a mi lado, con su vista fija en ella también—. Y bastante ruidosa.

Escuchamos su risa escandalosa a través del cristal y sonrío—. Lo es.

—Ya extrañaba escucharla rondando por ahí. Siempre se las arreglaba para encontrar algo nuevo en la casa y aunque este espacio es bastante grande, había ruido en todas partes.

Puedo imaginarme a Kat corriendo por los pasillos, rompiendo más de una cosa y escondiéndola detrás de la puerta.

—Y es todo lo que tengo—dice firme y voltea verme—. Confío en que lo sabes.

Reprimo el impulso de tragar fuerte. Sostengo su mirada —. Lo se, señor.

—No tengo forma de saber que vas a cuidarla—dice.

—Tendrá que confiar en mí.

—Kathy no está acostumbrada a convivir con chicos, y no se si me sienta cómodo contigo girando sobre ella.

Frunzo el ceño—.No giro sobre ella, somos amigos.

—Podré ser viejo, muchacho, pero no olvido como son los chicos de tu edad. La universidad puede ser un golpe muy fuerte de transición para ella y no quisiera que termine estrellándose contra un error.