Capitulo I

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-¡Papa, ya me tengo que ir!.. o no voy a alcanzar a tomar el tren.- dijo Mercedes Möller.

- Lo siento Meche, no voy a poder acompañarte a la estacion, tengo que arreglar asuntos aca en la hosteria hija... Espero que te vaya muy bien en la universidad mi niña... Te espero para las fiestas.- le dijo Ernesto Möller.

-Esta bien papa... por favor cuidese mucho, lo estare llamando seguido.- y lo abrazo

Salio de la hosteria y el frio estremecio todo su cuerpo, cerro con fuerza su abrigo y se dirigio al auto que la llevaria a la estacion, cuando escucho que alguien la llamaba:

-¡Mercedes!... ¡Mercedes espera!.- grito Barbara Roman mientras corria hacia ella.

Giro hacia a ella y le sonrio hasta con los ojos.

-¡Barbara!... pense que te habias olvidado venir a despedirte de mi.- le dijo cariñosamente.

- Eso nunca Mercedes, tuve un inconveniente, pero ya estoy aqui... espero que llegues bien a Santiago, por favor cuidate mucho... voy a extrañarte.- y sin mas la abrazo.

- Barbara...- Mercedes quedaba muda y un calor dulce encendio sus ganas de apegarse mas a Barbara- tambien voy a extrañarte, tu tambien cuidate mucho y te escribire seguido, asi no te olvidas de mi.-

Siguieron abrazadas unos minutos mas hasta que el chofer del auto carraspeo y ellas se separaron, Mercedes volvia a Santiago a terminar el resto del año en la universidad, mientras Barbara se quedaba a cargo de un curso en el colegio de señoritas de Villa Ruiseñor.

Camino a la estacion despues de recibir un abrazo mas de Barbara, iba pensando en ella, recordando ese dia...

Se habian conocido cuando Barbara por accidente tropezo con ella a la salida de misa, iba mirando a su marido Nicanor Pereira hacia atras y no la vio en frente, chocaron, y por poco la hace caer, trato de ayudarla y se disculpo:

- Perdon... lo siento mucho, iba distraida - le dijo.

Mercedes la miro para confrontarla por su torpeza pero no pudo contestar, la mirada de aquella mujer la habia atrapado, sus ojos eran tan profundos y brillantes, algo que Mercedes nunca habia visto y quedo inmovil ante tal vista.
Nunca le habia pasado algo asi.
Barbara intento que reaccionara moviendo su mano en frente de su cara, y le decia:

-¿Hola?...¿Estas bien?...¿hola? -...

Cuando volvio en si, su cara estaba roja de la vergüenza y se limito a decir...

- Si.. estoy bien-

Entonces Barbara le tendio una mano:

- Hola, me llamo Barbara... Barbara Roman... recien llegada a este pueblo.-

Mercedes aun confundida intentando entender que le habia pasado, solo atino a decir:

- Buenas tardes... Möller.-

-¿Möller?...- le dijo Barbara con una sonrisa.

- Mercedes.. Mercedes Möller.- y su cara se tiño de un rojo intenso.

- Perdon por tropezar contigo, iba mirando si mi marido venia detras y no te vi... disculpa mi torpeza.-

- No te preocupes, no paso nada grave, ya... ya me voy.- se despidio Mercedes.

- Hasta pronto... y disculpa otra vez.-

Y Mercedes se marcho directo hacia la hosteria pensando que era lo que le habia pasado con aquella mujer.

Dos dias despues, Mercedes conversaba con la directora del colegio, para pedirle una oportunidad para hacer sus practicas cuando terminara sus estudios en Santiago, la señorita Guillermina era muy estricta y amargada, pero habia accedido, cuando llego la nueva profesora de musica y aprovecho de presentarlas.

- Sra. Roman, que bueno que llego, quiero presentarle a la sta. Mercedes Möller, ella hara sus practicas el proximo año.- le dijo Guillermina.

Pero Barbara miro a Mercedes y le sonrio.

- Sta. Guillermina, ya tenia el agrado de conocer a la sta. Möller, nos conocimos en la misa... bueno mas bien... a la salida ¿Cierto?.-

- Si... si claro, lo recuerdo... muy buenos dias.- dijo Mercedes que en todos esos dias no habia entendido aun que fue lo que le sucedio.

- Ah, que bueno, pues como le decia, Mercedes va a realizar sus practicas aqui, asi que espero que tenga un buen rendimiento. Ahora si me disculpan, tengo asuntos que atender, que tenga buenos dias Mercedes... Barbara.- y se fue a su oficina.

Barbara observo a Mercedes y le dijo:

- Parece que seremos colegas entonces.-

- Eso espero, lo que mas deseo es ser profesora.-

- Por lo visto sera una excelente maestra sta. Möller, de eso no tengo dudas.-

- Mercedes... me llamo Mercedes.-

- Bueno... Mercedes.- y se sonrieron. 

- Gracias... supongo que no conoces a mucha gente en el pueblo.-

- La verdad es que no, como te dije, recien llegue y con el cambio de casa y el trabajo no he tenido tiempo para nada.-

- Me imagino - entonces una idea nacio en su cabeza - ¿Quisieras tomar un cafe conmigo en la hosteria?.-

Barbara la miro gratamente sorprendida.

- ¿De verdad?.-

- Claro, asi podriamos conocernos mejor. Digo de profesora a futura profesora.-

- Me encantaria Mercedes, pero tengo que arreglar unos asuntos aca en el colegio...-

- Ah... claro, no te preocupes.- Mercedes sintio por primera vez una punzada de decepcion que trato de disimular rapidamente, pero Barbara le dijo:

-¿Podria ser en unos 15 minutos?.-

- Claro...- y una sonrisa ilumino su rostro- mira te espero en la hosteria, asi terminas tus cosas tranquila... ¿Te parece?.-

- Si claro... ahi estare Mercedes, gracias por la invitacion.- le dijo Barbara.

Despues de esa tarde de cafe y anecdotas se habian hecho muy cercanas, siempre que ella volvia a Villa Ruiseñor, ya sea por un fin de semana largo o alguna fecha importante, iba a verla y conversaban horas, ella la acompañaba hasta que llegaba Nicanor o Barbara iba a verla a la hosteria, a veces alcanzaban a ver alguna pelicula en el teatro o simplemente paseaban por la plaza, hablando y riendo.

Una sensacion de nervios la rodeaba cuando estaba con Barbara. Habia admitido que no le habia pasado nada interesante desde que llego, hasta el momento que Barbara habia chocado con ella a la salida de aquella misa, no podia entender como y sin querer habia caido en la profundidad de su mirada, alguna vez leyo que los ojos eran la ventana del alma... y ella supo de inmediato que pasara lo que pasara nunca iba a olvidar sus ojos, habia quedado prendada de ellos, viendolos, veria la belleza del corazon de Barbara.
Nunca le habia pasado algo asi, con nadie, ella estaba acostumbrada a las mujeres tradicionales y aburridas del pueblo, pero Barbara era diferente, tenia una actitud de no importarle la opinion de los demas, ademas era bellisima, tenia gusto para vestir y caminar, era una mujer increible, tal vez por eso le llamaba tanto la atencion.

Ya llegaba la hora de despedirse de Villa Ruiseñor, hasta las fiestas, sin embargo por primera vez no queria irse. Queria seguir compartiendo su tiempo con Barbara. Iba a extrañar a su querida amiga.

No sabia que muy dentro de ella estaba naciendo algo nuevo, un sentimiento mas fuerte que un huracan, tan profundo como el cielo que le encantaba mirar, un amor tan grande, que quemaba su alma y que llegado el momento iba a atraparlas a ambas... sin posibilidad de escapar.

Era el comienzo de algo que nunca imagino llegar a vivir, algo que solo sabia que existia por los libros que ella amaba leer, y que habia escuchado de algunos afortunados...

Era el comienzo de una historia de amor.. de Su historia de amor.

Donde Todo Comenzó... (Barcedes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora