Capítulo XXVIII.

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2 años después.

Una noche más...

Un noche más en la que el insomnio se vuelve mi compañero pero hoy no importa, ya que su intromisión me permite plasmar en estas hojas que alguna vez contuvieron rastros de palabras de tristeza, sentimientos de abandono y soledad, ahora ser testigo privilegiado de la más hermosa historia de amor, jamás vista, jamás vivida, jamás escrita.

Y a la misma vez... la miró.

Puedo mirar sin pudor a la mujer más bella, cálida, buena, que es toda mi vida y que tengo la suerte de que sea mía.

Solo mía.

Recuerdo como si fuera ayer el día en que la vi entrar a esa misa y de paso entrar en mi corazón, como un huracán arrasando todo a su paso. Ese día fue cuando la luz cegadora de su mirada color esmeralda me atravesó la razón y el corazón derrumbando todas mis defensas dejandome a sus pies, e  invitandome en silencio a perderme en su inmensidad sin poder, ni querer escapar.

Y lo hize.

Me perdí.

O mejor dicho me enamoré a primera vista, pero al mirarla  cada día, vuelvo a sentir esa necesidad de tenerla, de quererla, de compartir hasta el más mínimo detalle del día.

De amarla.

Después de años de oscuridad, de tempestad, de sufrir, por fin el tiempo había acomodado las etapas a nuestro alrededor. Nuestra vida, nuestros sueños, nuestros anhelos están eternamente entrelazados. Y no hay poder  humano capaz de destruir nuestro amor.

Nada.

Nadie.

Y ahora al escuchar su respiración lenta y tranquila, me invade la felicidad, la calma. Jamás me arrepentiría de haber dejado todo por ella, de haber sobrevivido a tantas tormentas, a la soledad, a la ignorancia, a la maldad, solo con la esperanza de volver a tenerla entre mis brazos.

“El amor no se puede elegir... te parte como un rayo”... Y ahora por fin puedo entender las palabras de Cortazar.

Mi amor... Nuestro amor... Es esa clase de amor que llega y te da vuelta el mundo... es algo más allá de lo físico, es de esos que te atraviesan el alma, de los que solo pasan una vez en la vida, de los que perdura a pesar de los problemas, del dolor, de la distancia.

Es el tipo de amor que te transforma...

Que te lleva a lo que nunca pudiste creer que sería real...

Ese que te recorre las venas, que hace que todo tu cuerpo sienta millones de mariposas dentro, ese que hace que todo se vea mágico e indescriptible...

Junto a ella he vivido todo lo que jamás soñé que llegaría a vivir...

Amor
Esperanza
Pasión
Deseo
Locura
Necesidad
Delirio
Obsesión
Alegría

Y ahora la calidez de su cuerpo me envuelve, despierta mis sentidos, y me siento la mujer más afortunada del mundo. Es mía, después de tanto... después de todo... mi destino estaba sellado a vivir junto a Mercedes lo que siempre soñé... 

Lo bueno
Lo malo.
Lo dulce.
Lo amargo.
Los sueños.
Las pesadillas.
Las ilusiones.
Las derrotas.
Los días de sol.
Las noches oscuras.

Todo.

Aún viene a mi pensamiento los momentos en que creía haberme resignado a la vida oscura, vacía y monótona que solía vivir en el matrimonio junto a Nicanor, hasta ese día...

Donde Todo Comenzó... (Barcedes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora