Mercedes había insistido que no se iban a ver hasta que estuvieran listas para irse. Bárbara ya estaba lista y la esperaba en el living, estaba nerviosa y jugaba con su anillo de matrimonio. Esa simple joya le recordaba el compromiso que había decidido cargar en sus hombros por el resto de su vida. Le recordaba los años dedicados a un hombre que al principio solo vivía para ella y ahora solo vivía para trabajar. Habían perdido la pasión del amor que alguna vez los juntó y ahora solo eran un matrimonio de nombre, solo por las apariencias.
Pero Bárbara no quería pensar en eso, no esa noche. Esa noche sería para su pequeña, ahora era Mercedes la que movía su mundo, así que tomó el anillo y lo sacó de su dedo guardándolo en la habitación.Salió justo a tiempo para ver a Mercedes salir de su habitación. Se quedó sin palabras. Se veía hermosa envuelta en su vestido blanco con lunares negros y apliques del mismo color. Sus ondas castañas estaban sueltas y peinadas hacía un solo lado y su maquillaje estaba en su medida justa para hacer resaltar sus bellos ojos verdes. Estaba preciosa.
-¿Y?- Bárbara no dejaba de mirarla - ¿Cómo me veo?
- Estás hermosa, ¡hermosa!
- Ya Bárbara... oye y tú también te ves preciosa.
- ¡Ay!, muchas gracias.
Ambas se habían quedado en silencio, comunicándose sólo con miradas. Bárbara luchaba con las ganas de acercarse y besarla, era lo único que había deseado estos últimos días. Mercedes fue la que despertó del trance.
- Bueno... ¿Nos vamos?
- Sí, Vamos.
Bárbara la miraba de reojo de camino a la fiesta. Mercedes siempre se veía hermosa, pero hoy estaba diferente. Estaba radiante, la felicidad escapaba por sus poros. Su luminosidad era cada vez más fuerte y la cegaba de amor, pero también de temor. Su respiración se volvió agitada y trató de calmar los latidos de su corazón. La quería tanto y las ganas de demostrárselo la iban a volver loca.
Mercedes se sentía como en un sueño. Estaba junto a Bárbara, lejos de su familia, de Nicanor, de Villa Ruiseñor, de todos aquellos ojos acusadores. Por fin podría disfrutar con ella, sin tener que guardar las apariencias. Deseaba tener el valor de tomar su mano y bailar, aunque hacerlo no fuera lo correcto. Quería que esa noche fuera inolvidable. Volvió su mirada hacia ella y no dejaba de encontrarla bella.
Llegaron a la entrada y Mercedes la tomó del brazo para guiarla a donde estaba la pista de baile. Se acomodaron en una mesa y Bárbara preguntó:
- Mercedes ¿Quieres algo para tomar?
- Sí gracias, un ponche estaría bien.
- Bueno, ahora vuelvo, espérame...
Mercedes miraba a todos lados
viendo a parejas hacerse cariño, hombres conversando, entre ellos algunos de sus profesores, algunas parejas bailando y su vista fue pasando de un lado a otro, hasta que llegó hacia Bárbara.Estaba muy hermosa, siempre lo era pero al verla tan relajada, tan contenta, lo era aun más. No podía dejar de mirarla… hasta que sus ojos colisionaron con los suyos y todo alrededor desapareció. Bárbara le devolvía la mirada con complicidad, la conexión que tenían estando juntas las envolvió y se hacía más fuerte, le sonrió y supo que por más que luchara y negara ese sentimiento, el hilo que tiraba de su corazón hacia el de Bárbara volvería a juntarlas.
De pronto una risa la sacó del ensueño, y la duda y el dolor empezaron a crecer dentro de ella.
Después de unos minutos, llegó con los vasos y brindaron, conversaron cosas triviales, reían y después de un rato sonaba una melodiosa canción.
Bárbara se puso de pie y le tendió la mano.
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Donde Todo Comenzó... (Barcedes)
FanfictionUna historia diferente... Mercedes y Barbara se conocen en Villa Ruiseñor.. Pero por cosas del destino y de la desgracia.. coinciden en Santiago.. lo que empezo como una amistad y apoyo en momentos dificiles.. se convirtio en algo mas grande que ell...