Hannah Smith.
No tenía ni la más mínima idea de que hora era, pero tenía mucha sed.
La respiración de Harry chocaba en la piel de mi cuello, dejándome saber que está de más dormido. No quería despertarlo. Así que decidí buscar agua por mi cuenta.
¿Recuerdan que dije que había estudiado la casa antes? Bueno, ahora tendría la oportunidad de poder de moverme por mi cuenta para adaptarme más.
Si Harry estaba conmigo no me dejaba mucho tiempo sola, cosa que agradecía en demasía, siempre se encontraba muy pendiente a mis necesidades. Pero si iba a estar en esta casa por un tiempo, era necesario que pueda hacer ciertas cosas por mi misma.
Esto me recordaba a los tiempos donde hacía esto en casa de mi tía. Daba mil vueltas tratando de memorizarme los pasos de un lugar de la casa a otro. Mi tía solía regañarme mucho por el miedo que tenía a que me cayera por las escaleras, o una cosa así.
Pero por esa misma razón, era muy cuidadosa cuando hacía tal cosa.
Así que les doy la bienvenida a mi mundo, donde todo tiene sentido en mi instinto y las palmas de mis manos.
Quito delicadamente el brazo que estaba encima de mi abdomen, para así poder sentarme en la orilla de la cama. Se que dormía al lado derecho de esta, de frente a este lado estaba la pared, y luego podría guiarme para llegar hasta la puerta. Trayecto que seguí y logré llegar a mi destino con bastante facilidad.
Al tocar la manija de la puerta, la giré con delicadeza para no crear mucho bullicio. Pasando el umbral no despegue mi mano de la pared y caminé hacia la izquierda, que estaba segura que me llevaría directamente a la escaleras.
Mis pasos fueron cautelosos ya que estaba yendo sola por primera vez en la casa del mayor y no quería caerme.
Cuando decía que había estudiado la casa, me refería a que cada vez que Harry me llevaba de un lado a otro, puesto que no me dejaba sola, mi mente, manos y pies, siempre iba en plena concentración, recorriendo los extremos de la estructura.
Por tanto, el camino de la habitación a la planta baja me lo tenía bien memorizado.
Logro llegar al comienzo de las escaleras, sin embargo, me doy cuenta cuando mi pie izquierdo queda en el aire y me hace tambalear un poco. Lo retiro de inmediato y tomo equilibrio apoyando mi brazo sobre la pared. Mi mano alcanza la baranda de la escalera, y comienzo a cuidar aún más mis pasos.
Veinte escalones había estado contando.
Uno por uno fui bajando sosteniéndome fuertemente de la baranda.Eran demasiado para mi gusto, pero logré bajarlos exitosamente.
Al estar ya en la planta baja, me tomo unos segundos para recordar los pasos que había dado anteriormente.
Derecha hasta chocar con una pequeña mesita. Cinco pasos más hacia la izquierda y llegar al sofá. Derecha hasta llegar a la pared pared de la división entre la sala y la cocina.
Seguí mi instrucción mental estrictamente, pero al llegar a la pared, pensé que me había perdido por completo. Sin embargo, con unos pasos más hacia la derecha sentí un espacio abierto.
La entrada de la división de la cocina hacia la sala o comedor, no lo sé.
Entré y lo primero que toque fue la nevera, que se encontraba a un lado.
Sonreí ante lo relativamente fácil que se había sido el trayecto.
Busque los barrotes para abrirla y sentí lo helado pegar en todo mi cuerpo.
