Hannah Smith.
Me consideraba una persona demasiado amorosa. Tal vez era porque fui criada con tanto amor. No solo por la manera en la que vi a mis padres amarse, sino también por la manera en que este sentimiento se me fue transmitido.
Cuando murieron fue como morir con ellos, ese amor se me fue arrebatado, incluso hasta sentí que había perdido mi ser entero, me desconocía, me sentía perdida. Aunque tenía a mi tía, quién me dio cariño sin dudarlo, el vacío que habían dejado mis padres seguía ahí, latente, y eso era algo que nunca iba cambiar.
Sin embargo, cuando descubrí a los chicos, cuando descubrí a Harry, su voz me regreso al mundo, le dio a mi corazón cierta calidez que no había sentido en un largo tiempo. Sin detenerme a pensarlo, mi corazón se enamoro de eso, de la calidez que este mismo había carecido por años.
Todo aquello que existió antes del accidente jamás a iba volver, todo lo que ese día perdí se fue totalmente, pero Harry había sido el punto de partida para un nuevo capítulo en mi vida.
La vida era tan incierta y muchas veces cruel, pero con el pasar de los años nos podemos dar cuentas que hay ciertos momentos que no hubiesen sucedido sino fuesen por aquellas cosas que tuvieron que tener un fin en el pasado.
¿Cuáles eran las posibilidades de que Harry y yo hubiésemos terminado juntos sino hubiera perdido la vista? Si le daba vueltas al asunto, para mi eran muy pocas.
Inclusive si hubiese asistido a ese mismo concierto que lo cambió todo, ¿me hubiese notado al no haber estado en un punto tan visible para él? ¿O mostrar el interés en mi persona sin haber estado en las condiciones que me encuentro?
Era muy probable que no.
Pero nada de eso era importante porque en el ahora, esos posibles escenarios nunca iban existir. La realidad era que él se enamoró de mi aunque fuese ciega y yo me enamoré de él estando en esa condición.
Las apariencias aquí no tenían cabida, el corazón es el que habla y actúa por ambos.
Entonces a pesar que el pasado siguiera doliendo, porque el perder a los dos personas más importante en vida era un hecho irreversible, el tener alguien que sanaba mis heridas, es sin duda volver a vivir sin sentir ataduras u limitaciones.
Cuando pensé que mi vida no podía ir mejor, oficialmente la vida me iba a cambiar en tres semanas.
Mi vida a ciegas podría resultar tan difícil y complicada para muchos, pero para mi, ese no era el caso. Si bien al comienzo fue como vivir en el mismísimo infierno, ahora estoy tan acostumbrada a esto, a imaginarme cada una de las cosas que percibo, siento y escucho. Pero estar acostumbrada no le daba la felicidad total a mi corazón y saber que tengo la oportunidad de volver a ver el mundo, era una bendición. Algo que no podía rechazar.
Estoy muy feliz, ansiosa a que todo resultara con éxito. Pero sobre todo, agradecida con mi novio, que una vez más me demostraba que haría cualquier cosa por hacerme feliz.
Soy demasiado afortunada y estaba bastante consciente de eso.
Ayer luego de salir de la clínica, fuimos directo a casa de Harry, o como a él le gustaba llamar, nuestra casa. Lo hacía inconscientemente y no hacía más que robarme sonrisas.
A este punto ya había hecho todas sus pertenencias mías también.
Mi novio quien no podía ocultar la emoción que la causaba saber que la operación era oficial, se dedicó a llamar a su mamá y hermana, a los chicos, a Jeff, y a mi tía para darles la gran noticia.
La llamada de mi tía fue bastante emotiva, pues no le había comentado acerca de la posibilidad, ya que si nos daban negativa no quería darle falsas esperanzas. Terminamos llorando.
