Hannah Smith.
Iba con Anne sujetada de su mano y me puse nerviosa al momento que mi nombre se hizo escuchar por todos lados.
Creo que la mujer a mi lado se dio cuenta de aquello, pues comenzó a describirme cada lugar que pasábamos, cosa que agradecía mucho, ya que de esa forma me iba imaginando los lugares en mi cabeza. Eso ayudaba a distraerme del bullicio.
Al llegar a cierto lugar, el cual Anne me dijo que era la entrada hacia el cinema, me aviso que Harry se estaba acercando. Sonreí por inercia y pase mi mano por mi ahora corto cabello.
Lou lo había cortado por encima del hombro, como se lo había dicho. Y se sentía genial. De todas formas sabía que me iba a crecer bastante rápido por esa misma razón me atreví a dejarlo tan corto.
—¿Todo marcha en orden?— busco la dirección de la voz de mi novio cuando se hace presente.
—Todo está bien.— su madre le respondió. Ella se soltó de mi agarre y de inmediato unas manos tomaron mi rostro.
Sus manos.
Era extraño, pero había creado esta conexión con él, que podía distinguirlo por su mera presencia, no importaba si no había puesto una sola mano sobre mi o que su voz se hiciera presente para saber que estaba cerca. Simplemente lo sabía.
—¿Tú estás bien?— podía detectar un poco de preocupación en su voz. Lo que me hizo poner mis manos sobre las suyas y darles unas pequeñas caricia.
Sé que ha estado preocupado por esto, por mi bienestar ante este paso, al cual le llamo, la definición de nuestra relación ante los demás.
—Estoy bien.—le aseguro con una sonrisa. Sus labios son puesto con delicadeza sobre mi frente.
—Me tomarán unas fotos con mamá, te llevarán adentró mientras tanto. Te alcanzaremos en un minuto ¿okay?
—No te preocupes.— ajuste el agarre que tenía sobre sus manos para atraerlas hasta mi labios y dejar un beso sobre estas. Acto que él imito de inmediato con mis manos.
Cabizbaja sonreí, sintiendo mis mejillas arder, no por el acto del contrario sino al darme cuenta que me había metido en mi propia burbuja que no reparé del espectáculo que estábamos dando, porque los gritos y el sonido de los flashes se magnificaron.
—Señorita.— escuché una nueva voz aparecer en nuestro pequeño espacio. Si debía ser exacta, estaba segura que era Dan.
Danniel, pero como nosotros lo llamábamos, Dan, era de los más cercanos guardaespaldas de Harry y con el que más he compartido desde que estoy en la vida de mi ahora novio.
Agradecía y tenía total confianza con la presencia del mayor, pues como lo antes mencionado, era al único que Harry le daba exclusivo y directo instructivo para velar por mi seguridad. Y claro ejemplo estaba en que Dan era quien me llevaba de California a Londres, o viceversa, cuando mi novio no podía acompañarme.
Harry suelta mis manos y el dueño de esta nueva voz me toma con delicadeza del brazo.— Estoy de vuelta a su lado. Soy Dan.
Sonrió ante su comentario.
—Hola Dan. Gracias por salvarme.— el ríe ante mi respuesta.
Antes de haber llegado al lugar, había bromeado diciéndole que me rescatara si esto se salía de las manos.
—La llevaré adentro.— vuelve a hablar. Yo solo solo asiento en respuesta. Y comencé a caminar bajo su dirección.
Sin embargo, mi corazón se detiene ante la voz de Harry, prácticamente en un grito.