— epilogo —
Un hombre se acercó a los Habitantes, al tiempo que el resto del grupo se desplegaba alrededor de ellos moviendo las armas de un lado a otro y disparando a las ventanas de observación. Se escucharon los alaridos; vio la sangre y los vidrios rotos, y luego se concentró en el hombre que estaba junto a ellos. Tenía pelo oscuro y su cara era joven, pero estaba llena de arrugas alrededor de los ojos.
—No hay tiempo para explicaciones —Dijo, con una voz tan crispada como su rostro—. Síganme y corran como si sus vidas dependieran de ello. Porque es así.
El hombre les hizo unas señas a sus compañeros y luego salió corriendo por las puertas de vidrio, sosteniendo el arma con firmeza delante de él. Todavía se oían disparos y gemidos de agonía en el recinto, Chloe no estaba segura de seguir las instrucciones.
—¡Corran! —Gritó uno de los hombres.
Después de una breve vacilación general, los Habitantes huyeron dando grandes zancadas y chocando unos con otros en el apuro por dejar el lugar. La castaña no supo de dónde sacó las fuerzas para hacerlo, pero corrió junto a los demás por un largo pasillo hasta un túnel débilmente iluminado y subieron unas escaleras. Todo estaba oscuro y olía a aparatos electrónicos. Recorrieron otro pasadizo, más escaleras, varios pasillos.
Mientras escapaban, algunos hombres y mujeres los guiaban al frente del grupo y otros los alentaban desde atrás. Encontraron otro conjunto de puertas de vidrio y, al atravesarlas, los sorprendió un intenso chaparrón que caía de un cielo negro, sintió la lluvia mojándole la cara, el agua estaba casi caliente y tenía una extraña densidad. Así no se sentía la lluvia; fue lo único que pudo pensar.
No se veían más que pálidos destellos fugaces reflejados en la cortina de agua, que repiqueteaba en el piso. El líder no dejó de moverse hasta que llegaron a un gran autobús, abollado y oxidado, con las ventanillas rotas.
—¡Suban! —Gritó el hombre—. ¡Deprisa!
Los Habitantes se agolparon en la puerta y fueron entrando uno por uno. Entre los empujones y el desorden, les tomó mucho tiempo trepar esos tres escalones y ubicarse en los asientos. Chloe entró al autobús y siguió caminando hasta el fondo, dejándose caer en uno de los asientos. El encargado de los corredores no tardó en sentarse a su lado y Newt, luego de asegurarse que se encontraba bien, se sentó unos asientos más adelante.
Cuando creía que ya nada podía ocurrir, un grito proveniente de afuera del autobús la hizo mirar por las ventanas. Thomas había sido sujetado de la camisa por una mujer con aspecto enfermo.
—¡Nos salvarás a todos! —Exclamó la espantosa mujer—. ¡Nos salvarás de la Llamarada!
Soltó una carcajada y luego emitió un aullido cuando uno de los desconocidos la tomó con las dos manos y la arrancó de encima de Thomas. El hombre arrastró a la extraña, que se resistía lanzando patadas al aire. Luego, la mujer le apuntó a Thomas con el dedo y le habló una vez más.
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trapped in the hell ━━ maze runner
Fanfiction⌗𝗧𝗥𝗔𝗣𝗣𝗘𝗗 𝗜𝗡 𝗧𝗛𝗘 𝗛𝗘𝗟𝗟 ━ 𝘵𝘩𝘦 𝘮𝘢𝘻𝘦 𝘳𝘶𝘯𝘯𝘦𝘳. Chloe era la única mujer en el laberinto y la líder del lugar, se esforzó durante años para tener control en el área y encontrar la salida de ese ho...