QUINCE

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— epílogo —

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— epílogo —

Chloe y los demás intercambiaron miradas durante unos segundos, pero al final siguieron a David. No tenían otra opción.

Durante las dos horas siguientes, hizo un gran esfuerzo para no pensar en todo lo que podía ir mal en ese momento. Pero luego toda esa tensión y ese valor y la victoria se habían ido desvaneciendo poco a poco mientras el grupo se entregaba a actividades más cotidianas: comida caliente, bebidas frías, atención médica, baños maravillosamente largos y ropa limpia.

En esas horas de calma, Chloe reconoció la posibilidad de que todo estuviera repitiéndose nuevamente. Que los estuvieran apaciguando para volver a conducirlos paulatinamente a otra conmoción como la que había ocurrido cuando despertó en ese gimnasio luego de ser rescatados del Laberinto. Pero en realidad, ¿qué otra cosa podían hacer? David y el resto del personal no los amenazaban ni hacían nada que los alertara. Y no había nada que Chloe pudiera hacer para averiguar el siguiente plan.

Fresca y bien alimentada, la chica terminó sentada en un diván que se extendía a lo largo de la estrecha parte central de la nave: un enorme recinto lleno de muebles distintos y descoloridos. Thomas se acercó y se sentó a su lado.

—¿En qué estás pensando? —le preguntó.

—En posibles escapes, por si algo ocurre —dijo ella de forma honesta—. Tal como dijeron, me dieron todas las armas que pedí.

Chloe le mostró dos pistolas que había guardado a su lado.

—Podré defendernos con esto y, si es necesario, tomaremos el control del Berg. —la chica hablaba de forma seria, parecía que había estado la última hora planeando cada detalle de su plan.

—¿Sabes manejar un Berg? —Thomas levantó una ceja.

—¿Qué tan difícil puede ser? —cuestionó ella—. Ya he manejado una cuatrimoto, no puede ser tan diferente.

A su lado, Thomas se carcajeó.

—Creo que sí es bastante diferente. ¿Has visto todos los controles y monitores que tiene esta cosa? —Chloe se encogió de hombros.

—No quiero que nos tomen por sorpresa de nuevo.

—Deberías relajarte —el chico posó una mano sobre su hombro, acariciando suavemente la zona—. Sé que es difícil confiar, pero no podremos hacer nada hasta que ocurra. No pierdas tu tiempo haciendo planes; descansa.

—No es tan fácil.

La verdad era que la castaña estaba intentando no dormirse, había estado evitando a Leo desde que subieron al Berg, no quería hablar con él. Y sabía que sí dormía, no tendría escapatoria.

—Deberíamos disfrutar por un rato la paz y la tranquilidad, ¿no te parece?

Thomas observó a Chloe. Su cuerpo estaba lleno de cortes y muchos de ellos ya habían dejado de sangrar, pero a pesar de estar en el refugio, su cuerpo parecía tenso. Esperando que el peligro apareciera por la puerta de enfrente.

trapped in the hell ━━ maze runnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora