Capítulo 29: Las cosas simplemente pasan

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Para los que sospechan que los dos serán pareja pues pronto sabrán si si o si no jajaja xD

Capítulo 29: Las cosas simplemente pasan

Esa noche Sofía no lograba dormir, pensaba en todo lo que había pasado y como su primer beso había sido con un Darksan. Su cara estaba parcialmente ruborizada, mientras pensaba en todas estas cosas, se le vino a la mente las palabras de su padre que le dijo días antes del viaje.

-¨Sofía como bien sabes ya has cumplido veintisiete años... sabías claramente que si no elegías a un esposo o si algún hombre no pedía tu mano viajarías a Ciudad Carmesí donde te espera la señora Beth, conoces nuestras costumbres y sabes que es lamentable el futuro de las mujeres que no contraen matrimonio, es una vida solitaria, ya que luego de esa edad no se suelen recibir nuevas propuestas... Sabías desde un principio que las leyes dicen que las hijas que cumplen los veintisiete años y que siguen siendo solteras deben cumplir un servicio humanitario, ningún Elfin existe en estas tierras sin que cumpla alguna función¨.

Sofía al recordar esas palabras, se dice así misma.

- ¿Por qué habré nacido sin ningún encanto? Siempre pensé que los libros eran suficientes para mí y que llenarían mi vida, pero la idea de ser exiliada en la ciudad Carmesí donde solo hay solteronas y huérfanos, no me agrada, no significa que no me guste ayudar, pero ¿En serio no hay nada mejor para mí? ¿Realmente el casarse es la única respuesta para una mujer? La vida es cruel y vacía a veces.

Los protocolos Elfin eran muy estrictos sobre todo por ser un patriarcado, donde poco voto y opinión tenían las mujeres, donde era mal visto que una mujer no se casara por eso su padre le había dado la orden que luego de volver del planeta Darksan debía mudarse a Carmesí todo para mantener la imagen de la familia real. En el caso de los Darksan era más amable la estructuración de su sociedad, las mujeres podían hacer lo que ellas querían, no era importante si se casaban o no. Ellas buscaban los oficios que querían realizar. La realeza si tenía un poco más de reglas, pero aun así las mujeres podían elegir sus futuros, a veces las familias si elegían sus matrimonios por conveniencia, pero también había mujeres que decidían manejar sus propias vidas sin importarles su familia. Sofía que no lograba conciliar el sueño se levantó de la cama y miró hacia al velador, ahí estaba el libro que Bernardo le había regalado, al tomarlo en sus manos ve sus lentes que estaban a un costado, pero tuvo pereza de alcanzarlos, por eso solo ocupa magia para poder agudizar su vista. Lo cierto es que Sofía había comenzado a usar lentes cuando pequeña no porque tuviera un problema serio a la vista, sino que ella sentía que podía esconderse bajo ellos... se sentía segura. Muy pocos Elfin los ocupaban ya que podían usar la magia para corregir alguna falla en su vista. Sofía que en ese momento abrió el libro le dio una pequeña leída rápida, mientras lo hacía una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

El libro por un momento hizo olvidar sus preocupaciones, ella que se estuvo un par de minutos leyendo de repente miró la hora en un aparato que estaba en el velador eran las once de la noche y ella tenía un poco de sed, ese día había visto de reojo donde estaba la cocina, Sofía sabía que no era muy educado de su parte salir a estas horas a buscar algo en la cocina, pero había escuchado de Bernardo que en general todos los trabajadores del palacio a las diez podían retirarse a descansar a menos que hubiera alguna ocasión, así que en esos momentos no debería haber muchos sirvientes rondando por el palacio solo los guardias. Sofía antes de salir de su habitación se puso un chal para taparse el camisón, Luego cuando estuvo lista salió de su pieza y comienza a caminar por el pasillo, dobla hacia la derecha y sigue avanzando hasta llegar a las escaleras. Luego baja a la primera planta, la habitación era espaciosa ya que ahí se recibían a las visitas, ve a un costado un par de puertas y se dirige hasta ellas, las abre y camina nuevamente por un pasillo, mientras hizo este trayecto había visto a varios guardias reales, pero a casi ninguna doncella eso era un alivio para ella, ya que estaba algo avergonzada de vagar en esa vestimenta. Cuando llega a la cocina buscó un vaso y leche, se echa un poco, ve que había fruta por eso saca una manzana y mientras se tomaba la leche, Bernardo caminaba justo en esa dirección, este estaba totalmente distraído con todo lo sucedido tampoco había logrado conciliar el sueño y cuando abrió las puertas para entrar a la cocina se encontró con Sofía, no se podía negar la gran sorpresa que esto le produjo que cuando la ve abre muy grandes sus ojos y habla sin pensar.

Dos Mundos / Saga Amores Destinados #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora