Perseguida

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Ya ha pasado una semana, una semana la cual ha sido extraordinaria. Lo que no he logrado realizar muchas veces con Alice, como ver películas todo el día, quedarnos a charlar durante horas, comer todo el rato, "sobrevivir" varias noches sin fiesta alguna y, de nuevo películas, todo lo he convivido con Javier. Él ha sido el único que me ha soportado y no me ha dejado sola en ningún momento, ni si quiera para ir a comprar. El ser una mujer antisocial no es lo de hoy en día y Javier lo ha comprobado, sin embargo, tuvo sus beneficios, ya que los días en los que iba a trabajar solamente venía a mi casa a descansar y con una preocupación menos, a diferencia cuando iba a la suya y tenía que seguir soportando a Charlotte o a su "hermano" —el chico de aquella vez en el callejón— sirviendo de paloma mensajera.

Está de más decir que las amenazas de la mafiosa no se han detenido, peor aun cuando se percató de la ausencia de su ex al querer desafiarlo nuevamente. Inmediatamente lo llamó esa tarde, exactamente hace tres días, y le reclamó en dónde se encontraba. Recuerdo que estábamos en mi cuarto disfrutando de una pizza familiar frente al televisor, hasta que su ex novia lo llamó y empezó a vociferar estupideces referentes a la ausencia en su casa. A Javier no le faltaba poco para lanzar su celular por la ventana y olvidar todo.

Pero vivimos en un mundo donde desahogarnos con nuestras cosas no nos solucionan los problemas en un parpadear.

Por suerte estuve ahí para poder controlarlo hasta consolar su desahogo con un abrazo. Desde ese entonces, me di cuenta que mi función era ayudarlo y no dejarlo solo. La vida de su familia está en riesgo y la nuestra también.

Ahora me hallo de nervios. Javier salió a trabajar desde temprano no sin antes aconsejarme que no les abra la puerta a extraños y que mantuviera la ventana de mi cuarto cerrada, y Alice se fue de compras con Joshua, David, Eduardo y Omar... Pobres, no saben lo que les espera. Lo que quiere decir que me encuentro sola en casa y sin alguien que me ayude a tranquilizarme, ¿hacia qué? La recepcionista del trabajo, al que he postulado, me llamó y me dijo que mañana en la mañana será la entrevista, también que sea puntual. Y desde ese momento estoy una bola de nervios. Sin alguien con quién desquitar la ansiedad que tengo o contarle sobre esta noticia.

—Tal vez necesite una mascota que me haga compañía y para poder contarle todo lo que me está sucediendo. — pienso en voz alta, acariciándome el mentón y mirando al techo intentando verme como toda una chica de película. La típica chica encerrada en su cuarto e ideando un plan para hacer una travesura.

Cuando mi plan estaba marcado, me paro de la cama y bajo hasta llegar a la sala teniendo en cuenta las consecuencias que podría traer si les doy la bienvenida a mis padres, de su regreso de viaje, con un perrito en brazos.

El escándalo que haría mi madre... Desde la muerte de su mascota, cuando tenía once años de edad, fue la mayor partida que tuvo que sufrir y, desde aquel entonces, actualmente no desea tener ninguna otra, «¿para qué tenerla si al fin y al cabo sufriré cuando se vaya?». Eso es lo que siempre nos dice.

—Lástima, yo si la quiero — me armo de valor, tomo las llaves de la casa y salgo de ella.

Como quien quiere caminar, me dirijo hacia mi anterior empleo y de paso voy buscando por las aceras o parques si hay algún perro que necesite un hogar.

Tengo en mente la advertencia de Javier de que no salga de mi casa por ningún motivo, y si así fuera el caso, como este, que llamara a mis amigas para que me acompañen. Por un lado, entiendo su máxima preocupación, ya que estoy siendo amenazada de muerte y los secuaces de Charlotte deben estar detrás de mis pasos, o ella misma. Pero por el otro pienso que no debe preocuparse tanto, puesto que es bien difícil que hallen mi ubicación a simple vista. Muy aparte de que tengo confianza en mí misma para pensar que ya me van a aceptar del trabajo, que recibiré mi primer sueldo y con eso lo ayudaré a pagar, poco a poco, la deuda que tiene con esa bruja así apartándola de nuestras vidas para siempre.

© CUANDO TE ENCUENTRE (FINALIZADA, Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora