Primer y extraño día de trabajo II

3.4K 181 9
                                    



Sin necesidad de verificar el sol a través de la ventana, sin necesidad de sacar un veredicto sobre en qué clima me hayo... No es necesario percibir el frío perforando mis huesos, el sol pierde contra los escalofríos que va recorriendo todo mi cuerpo. Intento convencerme de que solo fue un coqueteo más del típico jefe a su secretaria.

«No fue real, no fue real»

¿Debo preocuparme? ¿Y de qué va a servirme? El anhelo de tener todo ese dinero en mis manos es lo que abarca e intenta ganar el temblequeo que está dominando mis músculos.

«Está funcionando»

La paz me está haciendo efecto. Siempre he tenido en mente desde pequeña que solo yo puedo controlar las sensaciones que tengo en mi ser, nadie más lo hará. A veces la realidad me ha jugado muchas pasadas, últimamente malas, pero estoy decidida a afrontar esta guerra. Aunque admito que su presencia, una muy cercana, me controló hace unos instantes dejándome paralizada y sin poderío de articular palabra alguna. En fin, sin más que perder ordeno a mis extremidades a dirigirse al escritorio para comenzar mi trabajo tratando de olvidar ese rostro que por un momento me creó un gran nudo en el pecho y consiguió imágenes mías sufriendo.

Sin querer, ese hombre me trae una horrible impresión junto con una lejana corazonada.

×××


—¿Aló? — la persona al otro lado de la línea resopla con desgano — Debo decirte algo.

Otro desesperante silencio se esparce por mi alrededor haciéndome perder el control de todo lo que tengo cerca de mí hasta lanzarlo al suelo y sonreír satisfactoria y maléficamente. Los latidos de mi corazón trotan a mil por segundo. Es la adrenalina que está corriendo por mi sangre. Estoy enloqueciendo, estoy ansioso... pero de aguantar esta agonía. Día, tarde y noche la imaginé muerta entre mis manos, ensangrentándose, desbordando culpa por haber inyectado la furia en mi ser, dando sus últimos respiros pidiéndome perdón complaciendo y finalizando mi malévolo acto. Estuve durante todo este tiempo organizando lo que haría sin dejar pasar por alto ningún error. La soñé destrozando partes de su cuerpo, hasta que despertaba y me maldecía aceptando que solamente era un sueño. Y ahora que llego, después de esperar tanto, me bastó cero segundos para decidir en qué momento actuar, ¿y miren qué? El mundo me lo está dejando fácil, muy fácil.

Muy pronto comprobará que soy capaz de todo y más...

Oye, ya tengo todo listo, pero ya no quiero ser parte de...

—Ya no te necesito más, puedes largarte. — y corto la llamada sin darle oportunidad de contradecir mi orden.

No necesito más su apoyo. Desde ahora puedo correr con todo solo. Estudiaré sus rutinas y cada rincón de su vida haciendo de mi plan una puta cacería.

Me remuevo el cuello de la camisa y me acomodo en mi asiento para guardar en mi maleta sus documentos, esos papeles que son una pista más de lo que tengo preparado para continuar, pero, ¿mejor no? Así llevo más ventaja de lo que estoy por hacer...

  ×××  



Durante el escaneo de varios archivos relleno de datos de todos los empleados y faltándome otros más para poder entregar a mi jefe, mi móvil expulsa un corto timbre desde el parlante lo que hace reaccionar a mi campo auditivo y captando mi total atención. Dejo los papeles encima de la máquina y marco paso hasta llegar a mi decente objeto. Averiguo el texto escrito enviado por mi grupo de amigos desde el aplicativo WhatsApp deseándome suerte en mi primer día de trabajo. Una boba sonrisa se muestra ante mí, sin embargo, me pregunto cómo es que supieron que había sido aceptada.

© CUANDO TE ENCUENTRE (FINALIZADA, Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora