Es viernes. Faltan dos horas para que sean las seis de la mañana y mi cuerpo no se quiere despegar de la puerta de mi cuarto. Llevo casi toda la noche analizando los sucesos en los que me hallé en el otro lado. Hasta ahora no sé qué situación me preocupó más: el que ese horrible hombre haya querido acabar conmigo y que inesperadamente terminó a mi lado tocando mi cabello a modo de consuelo para después dejarme libre, o haber oído que mis padres me escondían -o me esconden- un secreto muy frágil, y que por lo que sé es mi madre quien tiene el control sobre el asunto.
Dios... también me es difícil sacarme de la cabeza el impacto que se expandió por todo mi ser al poder ver a tal magnitud corporal masculina delante de mío cuando derribó el armario con una potente patada. Me sentí como una pequeña hormiga. Por dentro me decía: "Es el fin Helena, es el fin...". Pero de lo que imaginé vivir una macabra noche a manos de ese inescrutable hombre me condené a sufrir emocionalmente por la charla de Paty y Peter.
Soy consciente de la gravedad de los dos casos, dos que unieron fuerzas y me derrumbaron en menos de lo que podía esperar y soportarlo en menos de una noche. No puedo, y es que realmente no puedo sentir tanto miedo del ex presidiario a comparación de la decepción hacia los seres que me vieron nacer. Agregando que mientras mis oídos se agudizaban para oír mejor la conversación entre ellos, el chico que me llevó a la fuerza a esconderme en el baño fue el único que detuvo la desesperación que estaba por salir de mí. A lo que solo me dediqué a llorar.
Quien lo diría... que esa persona que te haya causado el peor temor durante varias noches y te quitó lo más preciado que conservabas terminara por apaciguar tus sollozos.
Claro está, no me dejaré llevar por sus contradicciones, sin embargo, cabe resaltar que eso que vi y sentí en él no formaba parte de sus planes. Cualquier humano que te deseaba muerto no dejaría pasar más tiempo y acabaría contigo en menos de dos segundos, pero él no lo hizo; observé muy bien cuando soltó su cuchillo para acariciarme y al instante de querer salir sin ser vistos por mis padres este dudó en sostener el arma para utilizarla en mi contra.
Eso decía mucho... O quizá me esté equivocando.
Son las cinco de la mañana y mi cuerpo insiste en irme a la cama, pero no lo deseo; mis párpados no soportan el ardor de mis ojos y en menos de un segundo ya quieren deslizarse hacia abajo, la frialdad en mi piel recorre desde la cabeza hasta mis pies a causa del viento que se escabulle desde los bordes de la ventana, mi columna no resistirá mucho tiempo encorvada sobre la superficie de la puerta y cuando sea la ocasión de estirar mi cuello hacia arriba este me dolerá como los mil demonios por tenerlo hundido entre el hueco de mis brazos apoyados sobre mis rodillas.
No puedo, y es que en verdad no puedo quitar esas palabras de mis progenitores. De cualquiera aceptaría que me ocultaran muchas cosas, inclusive de Alice, una amiga muy íntima y especial; sin embargo, de mi propia familia no. Tampoco puedo evitar como la decepción me baña a cada pestañeada que doy, a cada momento en que atraigo la imagen de mi madre callando a mi padre para que no hablara de más.
—¿Qué sigue en la lista? —susurré en tono irónico y dañado.
Estoy tan arrepentida por haber escogido un empleo donde imaginé que solo me encargaría de reforzar los gastos económicos de la casa y apoyar a mis padres, pero de encargarme de sobrevivir ante dos asesinos y ayudar a alguien más a que lo haga... La verdad creo que nadie está preparado para eso de la noche a la mañana; menos si la situación es crítica.
En cierto modo, no señalo a Javier como culpable, sin embargo dada mi incontrolable curiosidad cuando fui a perseguirlo hasta el callejón y me pescó espiándolo, desde allí sentí que ciertos aspectos de mi vida, o casi todo, iban a transformar. Repito, no lo culpo, pero resalto que nunca tendría conocimiento de lo que le está pasando si no fuera por mi inesperada presencia. Aunque, de alguna u otra manera el destino me lo pondría en mi camino bajo este aventurado acontecimiento, ya que Charlotte, su ex pareja, me tendría bajo amenaza y yo ni si quiera lo iba a saber si no fuera por él.
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© CUANDO TE ENCUENTRE (FINALIZADA, Y EDITANDO)
Mistério / SuspenseHelena experimentó lo que era el dolor, la angustia y el terror en carne propia, haber sido violada. Ella buscó justicia y logró su objetivo de echar al tipo tras las rejas. Con el tiempo decidió trabajar en una de las empresas más reconocidas del p...