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Parte pequeña...

×××

TREVOR (ELM)


—¡Prefiero que me lleven a que estar aguantándote un día más! —escupe mi hermano

Si estuviera débil, ese ácido que expulsó mi menor me ardería ahora mismo, pero lo único que corre en mi sistema circulatorio es rabia e impotencia.

—Lo hago por tu bien, no puedes estar con ellos, pero tampoco debes alejarte porque de igual manera ella te buscará y.... —intento relajarme y tener estribor ante este conflicto.

Estaba a punto decirle la verdadera razón de todo esto. Que lo asesinarán.

No permitiré que mi madre le ponga las manos encima a mi hermano, porque muy en el fondo ella es consciente de que lo abandonará y este debilucho recurrirá a las drogas para disminuir su soledad y reemplazarla por el pacifismo. Menos Charlotte, no permitiré que ni respire cerca de él.

—¿Y qué? No puedo Elm, entiende que todo esto es difícil para mí. Al menos irme con mis padres me ayudará a pagarle todo lo que le debo a esa idiota. —justifica

Conozco a Charlotte y una vez que tenga el dinero en sus manos de igual modo lo matará como me lo juró a cambio de que si me negaba a matar a Helena. Victoria que ella quiere conseguir a toda costa.

Pero es que tampoco... ¡AY MALDICIÓN!

—No es como tú crees —persuado

—¿Así? ¿Entonces cómo crees que es? Eres un tipo malo Elm y tu actitud de chico bueno no me convencerá. —interroga todo satírico cruzándose de brazos

Solo quiero ayudarlo. Carajo.

—No quiero que te lastimen pedazo de imbécil. Deja de ser un niño testarudo y abre los ojos. Tu mundo de chico juvenil y divertido se regó a la basura por culpa de las drogas. Ahora estás en la mira. —vocifero con alta molestia.

Mi corazón late a mil por hora.

—Vete a la mierda —susurra entre dientes, apretando las manos en puños.

Y sin darme cuenta, ya nos hallábamos dentro de una brusca pelea.

—TE ODIO —clama sin piedad y con mucho enojo mientras forcejeamos para ver quien lanza el primer golpe— ¡TE ODIO!

—¡En cuanto menos te des cuenta acabarás en una tumba! — sostengo sus manos con mi mano izquierda y le mando un puñete en su pómulo sin temor.

Quiero que reaccione de una puta vez.

Al querer darle otro este lo impide lanzándome al suelo de un cabezazo. Ahora es él quien me golpea, pero me cubro al instante y elevo mis piernas para luego empujarlo hacia atrás. Este pierde el equilibrio y cae de trasero al suelo chocando contra la pared.

—Mi madre es una perra enferma de dinero, Charlotte otra más, y sabiendo todo esto, ¿quieres hacer lo que tú quieres y no lo que te recomiendo por tu bien? Tu vida está en riesgo compañero. No tengo toda la noche para convencerte como un niño, si recapacitas ya sabes donde encontrarme.

Hasta aquí llego. No puedo ayudar a quien no quiere ser ayudado. Me hinca en el alma dejarlo, pero haré todo lo que esté en mis manos para que el cambio de la vida entre mi hermano y Helena vaya por otro rumbo.

De un aventón a su asquerosa puerta, voy caminando a zancadas alejándome de su casa.

Necesito descargar toda mi ira. Mi pecho no deja de subir y bajar. No tengo control de mí mismo.

Joder, quiero desahogarme

Tengo tanta cólera

Quiero hacerlo...

Tantas preguntas que forman un nudo en mi mente y una muy fresca es saber qué rayos hacía Helena en ese hospital.

¡Lo tengo!

Sin tomar el carro, lo dejo estacionado al frente y me encamino hacia esa casa donde ya reconozco de pies a cabeza. Donde dentro de unos minutos el dragón está a punto de torturar a su princesa. Princesa que me confunde cada día sin fiereza y que ahora me ha dejado en una completa confusión, mi querida Helena...

Tal vez hoy no quiera atacar, pero espero que de mi presencia no te vayas a asustar. Lo único que quiero es interrogarte y si responderlas puedes lograr, te aseguro que solo esta noche libre estarás... Pero que de mis ojos, manos, cuerpo en total no podrás escapar jamás. —estoy a pocas calles de su casa. Mi corazón avanza a un ritmo rápido—Tu timidez me enloquece, tu presencia me estremece, estos días has transformado ciertas partes de mí que nunca creí tener o despertar, así me tienes Helena... loco, loco de placer y de sangre, de vida y muerte. No una locura cualquiera, una confusa y tortuosa. Sorprenderte e inmanejable.

¿Qué coño estás haciendo conmigo?

Y sin poder sostener mis hambrientos pensamientos aquí estoy, frente a tu casa...

© CUANDO TE ENCUENTRE (FINALIZADA, Y EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora