Capítulo 9:

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Regina

Bebí un vaso de agua y decidí pasar por el comedor como si no hubiese escuchado nada. Caminé hasta llegar al pie de la escalera porque Emma me habló.

-Regina.-dijo secamente- Ven aquí.-permanecía sentada en el sofá.

-¿Qué quieres? Desde aquí puedo escucharte.

-Vamos, ven aquí.- repitió. Me puse nerviosa. No me estaba hablando de mala manera, lo cual me sorprendió.

-En serio Emma, desde aquí puedo escucharte perfectamente.

-Pero quiero que vengas aquí.- se giró a verme.- ¿Puedes?

Confundida caminé hacia ese sillón y me senté a su lado. 

-¿Qué quieres?-dije secamente. Ella simplemente se relajo sobre el sillón.

-Dos cosas, primero, quiero que hagas tus maletas y eso no voy a discutirlo.- solo me quedé callada.- y segundo, quiero preguntarte algo.

-¿Qué?- muy fría, lo sé, pero no podía evitarlo.

-¿Vienes a cenar conmigo esta noche?- antes de que pudiera responder puso un dedo sobre mis labios.- No me grites, vamos con un amigo y su novia.- quito el dedo sobre mi boca.- ¿Vienes?

-No, gracias. Prefiero cenar en mi habitación.

-Así nunca nos llevaremos bien.- puso sus manos sobre el respaldo y se apoyo en ellas.- Si tu no vas yo tampoco iré.

-Bueno.-dije mientras me levantaba- Quédate aquí en casa.- camine y subí las escaleras, Emma me siguió.

-Esta bien, si prefieres que cenemos en tu habitación, cenamos en tu habitación.

-Era una manera de hablar Emma. Y me refería a sola, sin ti, en paz.- hice un intento de cerrarle la puerta en la cara, la sostuvo y abrió, entró y la cerró.- Bien ¿Cuál es tu problema ahora?- dije en un grito.

-Tengo dos problemas. Uno, que mi futura esposa me trata peor que a un estropajo y dos, llevo queriendo hacer esto desde hace unos días.

Me cogió bruscamente de la cintura pegándome a ella. Colocó una de sus manos sobre mi mejilla y se dedicó a besarme. Mis ojos estaban bien abiertos y mis labios no respondían al beso. Algo en mi interior me decía que le siguiera el juego pero por otro algo me decía que me alejara de esta bruja y huya lejos. ¿Qué pasó? Le seguí el beso de una manera bastante apasionada para mi gusto, me encantaba su manera de besar. Ya no pensaba en otra cosa. Dejó de besarme pero no se alejó de mi, me miró directamente a los ojos. Ella sabia como volverme loca. Mierda, no tendría que haberla besado.

-¡¿Que haces?!-grité separándome bruscamente de ella.-¿Estas mal de la cabeza?-me miró confundida.

-¿Que es lo que sucede contigo? Si te ha encantado.- gritó como al descuido.

-Vete, largo de mi habitación ahora mismo.

-No Regina, no me iré.

-Ya.-grité. No se movió ni un pelo.- Vete Emma- al ver que no se iba me fui yo.

Bajé hecha una furia y ella venía detrás.

-No me sigas.-dije dándome vuelta. Ella se veía mas alta debido a que estaba un escalón mas arriba.- Imbécil.- dije de mala gana. Bajo hasta mi escalón y me tomó por la cintura.- No me toques Emma- intenté soltarme.- Alejate en este instante si no quieres que grite.

-Grita.- dijo sin problema alguno.- Grita todo lo que quieras.

-Si, gritaré y te llevarán a la carcel por abusadora.

-No lo creo pequeña.- rió-Supuestamente somos pareja, si gritas pensarán que es por placer, vamos, grita.

-Te odio.- murmuré.

-¿No dijiste que ibas a gritar?-preguntó tocando mis labios con sus dedos.-Vamos Gina, grita para mi.

-Alejate.- la empujé pero fue inútil. No iba a conseguir que se alejara, sus brazos eran el doble de fuertes que los míos.-Emma, por favor.-dije enfadada.

-Dame una razón y te suelto.

-Me das asco.

-Esa no es una razón niña, mira, seré buena. Una condición y te suelto.- sonrió. Esperé que siguiera y así fue.- Vienes a cenar conmigo y con mis amigos esta noche.

-No, di otra cosa.

-Un beso.

-Cenaré contigo.- dije de mala gana. Disminuyó la presión con la que me sostenía.

-Escúchame ¿Si?.- me besó la mejilla- Yo te soltaré pero si esta noche no vienes conmigo, te juro que me tendrás toda la noche en tu habitación.- me soltó y subí escaleras arriba.

Me encerré con llave en mi habitación. Pensé que seriamente en no ir, se que no iba a animarse a entrar a mi habitación. ¿O si? Lo mejor sería no arriesgarme, ir con ella y volver a casa a dormir en paz.

Respiré profundamente, tenía hambre, pero no quería encontrarme con Emma.-agarré el pomo de la puerta y decidí abrirlo pero cuando lo giré esta se abrió golpeándome la nariz.

-Oh, lo siento.-se acercó a mi.-Pensé que estabas dormida, no detrás de la puerta.

-Eres una imbécil Emma.-dije mientras me levantaba del suelo, me maree e intenté agarrarme a algo para estabilizarme, pero por desgracia lo único a mi alcance era Emma.

-No te caigas.-dijo agarrándome por la cintura divertida.

-No me toques.- intenté alejarme de ella pero me pegó mas a su cuerpo.

-Si no te agarro te caes.-dijo advirtiéndome. Se acercó a mi boca.

-Si no hubieras golpeado mi nariz no estaría mareada.-dije de mal modo alejándola de mi cuerpo.- Te dije que no me toques.

-¿Por qué estas tan a la defensiva??-dijo mientras arqueaba una ceja.

-¿Por qué estas aquí?- dije ignorando sus palabras

-Quería... hablar contigo.-dijo con cierto nerviosismo.

-¿Ah si? Pero me habías dicho que pensabas que yo estaba durmiendo.

-Si, es verdad, vamos a comer.- me avisó.

-Que bien, tenía bastante hambre.- dije levantándome de la cama.

-Gina.- me giré.- Una cosa, tienes la nariz roja.- salió por la puerta antes que yo.

Me miré al espejo y efectivamente si, tenía la nariz roja. Estúpida Emma. Bajé las escaleras y me encontré con Emma que comía como un niño, me senté a su lado y comencé a comer.

-¿Vendrás esta noche?-preguntó.

-Si, supongo, que mas da.

-No lo se, tal vez quieras que pase la noche en tu habitación.

-¿Sabes que Emma?-dije molesta.-¿Quieres que hablemos de sexo?-abrió los ojos-Pues hablemos de sexo, háblame que te escucho. Dime ¿Con cuantas has estado?

-Hey, tranquila.-dijo divertida.-No tienes porque ponerte así.- rió-Me acabo de dar cuenta de algo.

-A ver... Dime ¿De que?

-De que eres virgen.-dijo graciosa mientras metía un trozo de pan en la boca.
























La Bella & la Bestia [SQ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora