Capítulo 22

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 -Wow, que cursi puedes ser cuando te lo propones Swan.-dijo Regina dedicándole una mirada indiferente. Emma desvió la mirada y largó una risa amarga.

-Sigo insistiendo, luego la bipolar soy yo.-canturreó. Regina la miró de mal modo.- ¿Por qué te empeñas en que nos llevemos mal?-preguntó.

-Porque tú te empeñas en joderme la vida y por eso...-se quedó callada, no tenía nada que decirle.

-¿Por eso?-Emma le incitó a hablar.- Voy a preguntarte una cosa.-le dijo.- ¿Nunca nos vamos a llevar como una pareja normal?  

-Emma, no me salgas con cursilería barata, es obvio que nunca vamos a llevarnos como una pareja normal porque no somos una pareja normal.

-Entonces...-¿Qué más quería Emma que Regina le dijera?

-Oye, Emma, mira tengo hambre, así que si no te importa voy a pedir algo para almorzar porque de verdad me estas saturando los nervios.

-Okey, pídeme algo a mí también.-Emma volvió a tumbarse en el sillón.

 Regina no respondió, solo marcó el número y llamó al servicio a la habitación. Regina pedió para ella solo una ensalada y una gaseosa de dieta, para Emma carne al horno con puré de papas (patatas).
Regina se acostó en la cama y comenzó a hacer ruidos sobre la almohada.

-Mmmm....iiiiaiaiaiaii...shhhhuuooouuuu.- ¿Quedo claro que Regina estaba aburrida? Sintió la tierna risa de Justin a su lado.- ¡Te vas!-dijo la morena aun con la cara sobre la almohada.- Vamos, no quiero pelear de nuevo.

-Y no tienes por qué.-la sintió recostarse a su lado. Regina apretó la almohada con sus manos.- ¿Qué hacías?-preguntó. Sintió su mirada de Emma sobre su rostro clavado en la amolada. 

-Ruidos sin sentido.-respondió Regina aplastando su boca. Inentendible.

-Ah.-dijo Emma con desgano.- ¿Sabes?-hablaba mientras tecleaba su celular.- Aun tengo ganas de ir a la playa.

-Oh, que bien.-dijo Regina sarcástica mientras apoyaba su rostro de costado.- Que te vaya lindo.

-Ah si, no te hagas la indiferente que tu vienes conmigo.-dijo Emma, mas bien, carcajeó.

-Okey, con una condición.-dijo, bloqueó su celular y miró a Regina atenta.- Que me dejes hacerme una de esas trencitas de playa.

-No.-dijo la rubia firmemente. Regina gruñó como una nena pequeña, frunció el seño y se acostó de la misma manera que Regina. Quedaros frente a frente mientras sus respiraciones se mezclaban.- Con esas cosas te llenas de piojos.-hizo una mueca asqueante. Regina rió.

 -Hazte una.-le sonrió Regina- Por favor.

-No me vas a convencer.-dijo.

-Ouuu que amarga eres Swan, espero que nuestros hijos no sean iguales a ti.- Regina se dio cuenta rápidamente que fue un comentario al descuido. La sonrisa de Emma era maléfica.- No lo tomes literalmente.-le sonrió como para salir del apuro.

-O sea, que vamos a tener hijos.-dijo sorprendida por las palabras que habían salido de la boca de Regina.- ¡Que bien!-sonrió la rubia.- Si es una nena se llamará Hope.-le informó. Reí.

-Sigue soñando Swan.

-Hey, tu dijiste que íbamos a tener hijos, no yo.-le echó en cara.   

-No hablaba de eso, dije que sigas soñando con lo del nombre, se llamara Alicia.

-Eso esta por verse.-dijo Emma riendo.- Pareces una nena pequeña, así toda despeinada.

-Cállate.- Regina intentaba no sonrojarse. Tarde, conciencia molesta que adviertes las cosas cuando ya han ocurrido.- Emma.-dijo Regina llamando su atención, Emma la miró directo a los ojos.- Si.

-¿Si que?-la rubia arqueó una ceja. No había entendido.

-Que si.-volvió a decir. ¿Por qué es tan difícil expresarse?  

-Gina, no entiendo.-dijo. Lo más malo de la historia es que lo decía en serio.

-Que si, que si tu te mueres si te extrañaría.-dijo Regina, Emma le sonrió enternecida. La morena volteó el rostro y se escondió tapándose con la almohada.

¿Qué más incomoda situación cuando la gente no te responde algo que te cuesta decir? Regina no conocía otra. Sus nervios de punta, sus mejillas explotando en colores rojizos y su corazón latiendo con fuerza.
Sintió unas suaves caricias que le corrían el pelo de la cara. Regina se concentraba en respirar el rico aroma de las almohada recién perfumadas por la limpieza del hotel.

A Regina la salvaron tres golpes secos en la puerta de la habitación. Soltó todo el aire que retenían sus pulmones cuando sintió que Emma se levantaba de la cama y abría la puerta.


-Gracias. Diga en recepción que lo agreguen a mi cuenta.

-Si señora, dígame su apellido.

-Swan.

-Listo, yo avisare.-dijo amablemente. La puerta se cerró.

-Ven a almorzar.-dijo Emma apoyando la comida sobre la mesita del pequeño living, luego el silencio fue reemplazado por las noticias del día de hoy. Regina levantó la cabeza y volteó a verla.

-¿Me lo traes aquí?

-No.-cortó un trozo de la carne.- Vas a llenar de comida la cama.

-¿De que te quejas si tú no duermes en esta cama?-dijo Regina. Emma sonrió.

-No dormía, hoy si pequeña.-le dijo. Regina sintió su corazón corriendo por llegar a su garganta, tragó saliva y se levantó de la cama.

-Bueno, yo dormiré en el sillón.-Regina trató de controlar sus nervios.

-Como gustes preciosa.-dijo Emma mientras se concentraba en su comida.

Regina se sentó al lado de Emma y tomó la bandeja que contenía su ensalada, tomó un tenedor y comenzó a comer.
Emma se concentraba en su carne, en devorar a la pobre vaca que había dado su vida por alimentar a algunas personas, Regina no la juzgaba, no era vegetariana pero cuando se imaginaba esas cosas le daban ganas de serlo. No viene al caso.
Terminó antes que Emma y aun que Emma comía como un animal, su comida era más abundante que la de la morena.
Regina se levantó del sillón y caminó hasta el baño, debía cepillarse los dientes.

-Alístate como para ir a la playa.-le gritó Emma desde donde estaba.

-Okey.-dijo.- Tú prepárate para hacerte una trencita.

-Tú y tus ideas locas.-le gritó, Regina rió y cerró la puerta.  

 Regina cepilló sus dientes, cepilló su cabello y se quitó el maquillaje, para ir a la playa no se necesita. Abrió el armario y sacó una bikini celeste junto con un short de mesilla y una remera negra de tirantes.
Se colocó la ropa en el baño, para no causar discusiones con Emma. Arregló su cabello en una coleta y salió.

-Oh Dios santo.-abrió los ojos con asombro. Volteó rápidamente.- ¡Cúbrete ya!-gritó la morena. Sintió la risa de Emma.

-Ya, ya, pensé que no ibas a salir tan pronto.

-Vamos Emma, ponte unas bragas o algo.

 -Listo.-dijo la rubia.

-¿No mientes?

-Por supuesto que no.

-No te creo.-dijo Regina volteando con los ojos cerrados.

-Vamos, mírame, te prometo que estoy en bikini.-dijo, Regina abrió los ojos y vio el blanco trasero de Emma. Esta volvió a reír y Regina se volteó de nuevo.

-Ya te pones el traje de baño si no quieres que te de con un palo.-le gritó, Emma carcajeó algo que no pudo entender.

-Ahora si.

-Júralo.

-Lo juro.-dijo Emma tomándola de la cintura.- Creo que debería tomar sol de espalda, ¿No crees?-dijo a mi oído.  

 Las mejillas de Regina se tornaron de colores rosados, rió tontamente mientras echaba la cabeza para atrás, la mas pequeña sintió un húmedo beso posarse en su cuello.

-Relájate cariño, estas muy tensa.-Emma le dijo sensualmente. Regina pensaba que Swan si que sabía conquistar a una mujer.

-Ya, vamos.-Regina se zafó de su agarre.-Todo muy lindo, muy lindo pero se nos va el sol y quiero broncearme.

Emma tomó el bolso de playa y juntas salieron hacía el pasillo del hotel.


La Bella & la Bestia [SQ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora