Capítulo14

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Emma abrió la puerta de la habitación y dejaron las maletas a un costado de esta. Entraron y cerraron la puerta. Regina soltó su mano bruscamente y le dedico su peor mirada.

-Juro por mi familia que voy a hacerte la vida imposible.-dijo antes de meterse más en la habitación. Sintió su risa, demasiado sensual para el momento. Volteó a verla.- ¿Qué es tan gracioso?-arqueo una ceja. Le sonrió.

-Tú lo eres.

-Oh, si que bien que te haga gracia, porque a mi no.-dijo de mala gana. Volvió a reír.- No entiendo de que mierda te ríes.

-Ya te dije, de ti.

-¿Acaso soy un payaso?

-No, que yo sepa los payasos sonríen, tu no.

-De verdad no puedo creer que exista una persona tan desagradable como tu.- volvió a darle la vuelta, la sintió acercarse a ella.

-Lo dices porque aun no has estado en la cama conmigo.

-¡Cerda!-sentenció dándose la vuelta.- Emma eres un asco.-se alejó de ella. Solo sonrió.

-Admite que mueres por sentirme pegada a ti.

-Vuelve a decir algo que implique sexo y mi nombre en la misma oración, y no vives para contarlo.- Regina se metió en lo que parecía ser el baño.

Regina.

Esa habitación era una locura, pero claramente era para dos personas que estaban felizmente casadas y claramente yo no disfrutare de esta habitación estando junto a Swan.

Apoyé mi bolso sobre el lavabo y me mire al espejo. Estaba hecha un desastre. Me lavé la cara, cepillé mis dientes y até mi cabello en una coleta.
Salí del baño y me encontré con Emma tirada sobre la enorme cama, ella estaba viendo las noticias. No me dedicó su mirada así que seguí con mi paso hasta mi maleta, pero antes tiré mi bolso al lado de Emma, sobre la cama.

-Dime que parte del armario usaras.-dije secamente.

-La que tú me dejes.-dijo sin despegar la mirada del televisor.

Bien, ella había comenzado con el jueguito, yo se lo había seguido, y luego las dos nos atacamos, pero yo tenía una nueva idea. Swan, tendrás que dejar tu ropa dentro de la maleta porque espacio no tendrás.
Reí en voz alta sin darme cuenta, Emma volteó a verme extrañada.

-¿Te encuentras bien?-preguntó casi en una risa. Y si, no te encuentras a una persona risueña sin sentido todos los días

-Muy bien.-dije conteniendo una risa. Ciertamente su cara daba gracia. Tenía un brazo extendido sobre la cama y las piernas abiertas, casi que se reía pero no se si era una risa o una mueca que se confundía con una risa.- Aparte no preguntes porque no te interesa.-agregué. Se puso seria.

-Siempre con tus acotaciones estúpidas.-dijo y volteó a ver el televisor de nuevo. Sonreí para mis adentros, me sentía malvada.- Aparte si pregunto es porque me interesa. ¿No crees?-agregó.

-Dios, por favor, haz que cierre la boca.-dije casi en un suspiro. Rió.- ¿Por qué ríes por todo?-pregunté doblando una remera.

-Bien, no puedo preguntar porque según tú, no me interesa, y tampoco puedo reír. Dime, ¿Controlaras mi vida?

-Digamos que capaz.-dije rodando los ojos. Me miró atenta.- Es feo cuando controlan tu vida. ¿Cierto?

-Y claro que si. Uno es uno y hace lo que quiera con su vida.

-Pues repítetelo a ti misma.-dije secamente. Rió.- Yo no puedo controlar tu vida pero tu puedes controlar la mía.-dije. Asintió.- Imbécil.- rió.

La Bella & la Bestia [SQ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora